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Rusia acusó en la ONU a Estados Unidos de querer «orquestar un golpe de Estado» en Venezuela, pero Washington aseguró que el presidente Nicolás Maduro lidera un «Estado mafioso ilegítimo» y llamó a todos los países a unirse «a las fuerzas de la libertad» en apoyo del opositor Juan Guaidó.

«Venezuela no supone una amenaza para la paz y la seguridad. En algún caso lo que representa una amenaza para la paz (…) es el intento de Washington de orquestar un golpe de Estado», dijo el embajador de Rusia Vassily Nebenzia en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela.

Pero el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, subrayó en la sede de las Naciones Unidas que Maduro lidera «un Estado mafioso ilegítimo» y «que muchos venezolanos se están muriendo de hambre» debido a «un experimento socialista que provocó un colapso de la economía».

«Ahora es el momento para que cada nación elija de qué lado está. No más atrasos, no más juegos. O estás con las fuerzas de la libertad, o estás en la liga de Maduro y su caos», afirmó Pompeo.

«Llegó la hora de apoyar al pueblo venezolano, reconocer al nuevo gobierno liderado por el presidente interino (Juan) Guaidó y terminar con esta pesadilla. No hay excusas», insistió.

Pompeo también advirtió a Maduro que debe proteger a los diplomáticos estadounidenses en Venezuela, horas antes de que venza el plazo para que partan del país.

«Déjenme ser 100% claro: el presidente (Donald) Trump y yo esperamos que nuestros diplomáticos sigan recibiendo protecciones previstas bajo la Convención de Viena», dijo Pompeo. «No pongan a prueba a Estados Unidos en su resolución de proteger a nuestra gente».

Un proyecto estadounidense de declaración del Consejo de Seguridad sobre Venezuela que pedía otorgar «un apoyo pleno» a la Asamblea Nacional dirigida por el opositor Guaidó fue bloqueado por Rusia y China.

Estados Unidos declaró hace tres días a Maduro como «ilegítimo» y reconoció a Guaidó como presidente interino.

 

ÁMBITO

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso el sábado un acuerdo de inmigración en un intento por poner fin al cierre parcial del gobierno que ya se extiende por 29 días, pese a que la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi y otros líderes demócratas ya habían dicho que rechazarán su plan.

Trump se mantuvo firme en su demanda de 5.700 millones de dólares para financiar un muro en la frontera con México, que será parte de cualquier proyecto de ley para reabrir completamente el gobierno, un ultimátum al que se oponen los demócratas.

El presidente esperaba que al ofrecer nuevas protecciones para algunos inmigrantes indocumentados se pudiese terminar con un mes de estancamiento en el Congreso.

En un discurso en la Casa Blanca, Trump ofreció extender el apoyo a la legislación para proteger a los jóvenes inmigrantes indocumentados, conocidos como «Dreamers», así como a los titulares del estado de protección temporal (TPS).

Describiendo el sistema de inmigración de Estados Unidos como «gravemente roto», Trump dijo que «estoy aquí para romper el atasco y proporcionar al Congreso un camino para poner fin al cierre del gobierno y resolver la crisis en la frontera sur».

Dijo que el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, buscaría una rápida aprobación de la propuesta.

Poco antes de que hablara, la prominente demócrata Pelosi señaló una declaración que la oferta era «inaceptable» y que no «representaba un esfuerzo de buena fe para restaurar la certeza en la vida de las personas».

La líder demócrata añadió que era poco probable que la oferta del presidente obtenga los votos necesarios para ser aprobada por la Cámara de Representantes o el Senado.

Alrededor de una cuarta parte de los programas del gobierno se han cerrado parcialmente por la falta de fondos, mientras Trump ha mantenido firme su demanda por los recursos para el muro que, según ha dicho, mantendría alejados a los inmigrantes ilegales y las drogas.

El cierre parcial ha significado que 800.000 trabajadores federales estén sin permiso o trabajando sin paga desde el 22 de diciembre.

 

ambito.com

El mandatario se comparó con el prócer estadounidense que abolió la esclavitud por su enfrentamiento con la prensa

«Newt Gingrich acaba de decir que no hubo ningún presidente desde Abraham Lincoln que haya sido tratado peor o más injustamente por los medios que su presidente favorito, ¡yo! Al mismo tiempo, no hubo ningún presidente que haya logrado más cosas que yo en sus primeros dos años de gobierno», escribió Donald Trump en su cuenta de Twitter.

Lincoln gobernó entre 1861 y 1865, durante la Guerra Civil Estadounidense. Fue asesinado y es considerado un prócer por ser quien impulsó la abolición de la esclavitud.

No es la primera vez que hace esa mención. La razón es que Lincoln también tenía una relación conflictiva con los medios. «Ningún presidente reprimió más a la prensa que Lincoln», sostiene Harold Holzer, autor de Lincoln and the Power of the Press: The War for Public Opinion (Lincoln y el poder de la prensa: La guerra por la opinión pública).

En otro tuit, Trump dijo que «la economía está en uno de los mejores momentos de la historia, con el desempleo en su mínimo en 50 años, y el mercado de valores listo para romper un nuevo récord».

El republicano anticipó el viernes por la noche que planea hacer un «anuncio importante» hoy en relación al denominado «shutdown», el cierre que ha paralizado parcialmente al gobierno federal desde hace casi un mes.

«Voy a hacer un anuncio importante sobre la crisis humanitaria en nuestra frontera sur, y el cierre, mañana (por este sábado) a las 3 pm, en vivo desde la Casa Blanca», anunció el mandatario desde su cuenta de Twitter, sin más detalles.

Trump y la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han estado comprometidos durante varias semanas en torno a este diferendo presupuestario que afecta desde el 22 de diciembre a unos 800.000 empleados federales que ya no reciben su salario.

En el corazón del conflicto se encuentra el muro que Trump quiere erigir en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal y para cuya construcción solicita fondos en el presupuesto de este año por unos 5.700 millones de dólares. Los demócratas no quieren oír hablar de este asunto.

La construcción de este muro fue una de las principales promesas de la campaña de Trump. En un discurso solemne el 8 de enero desde la Oficina Oval, Trump le dijo a los estadounidenses que estaban «presenciando una creciente crisis humanitaria y de seguridad en la frontera sur».

Infobae

 El presidente Donald Trump negó enfáticamente este lunes haber trabajado jamás para el gobierno de Rusia. Sus declaraciones llegan después de un reporte publicado por un importante diario de Nueva York el pasado viernes, donde se revelaba que el FBI había iniciado una investigación sobre él en el 2017, para investigar si era un agente del Kremlin.

«Nunca he trabajado para Rusia y tú sabes esa respuesta mejor que nadie. Nunca he trabajado para Rusia. Es una desgracia que tan solo hagas la pregunta», respondió el presidente, en un encuentro con periodistas afuera de la Casa Blanca.

El sábado en la noche Trump había llamado al programa de su amiga Jeanine Pirro, en la cadena Fox News, y causado un mini escándalo, al no responder directamente que no, cuando la presentadora le preguntó si era un agente de Rusia. «Es la cosa más insultante que jamás me hayan preguntado», fue la respuesta del presidente esa noche. «Creo que es el artículo más insultante de mí que han escrito jamás, y si lo lees, verás que no encontraron nada», agregó.

Según un reporte de la agencia AP, varios miembros del staff presidencial y otros funcionarios de la Casa Blanca, se sintieron muy incómodos por la ambigua respuesta de Trump.

Otro importante diario de la capital publicó un artículo en el que reportaban que el presidente se quedó con las notas de los traductores en sus reuniones con Putin, y les ordenó que no contarán a nadie lo discutido.

La investigación del FBI fue abierta después de que el presidente despidiera a su entonces director, James Comey, en mayo del 2017. Comey estaba a cargo de la investigación sobre la inherencia de Rusia en las elecciones del 2016.

El Intransingente

¿Trabajó Donald Trump como agente secreto al servicio de Rusia?

La política y medios de Estados Unidos se vieron sacudidos este fin de semana por dos reportes periodísticos que revelaron polémicos detalles sobre la cuestionada —e investigada— relación del presidente con Rusia y su homólogo, Vladimir Putin.

El viernes, el diario The New York Times publicó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) abrió una investigación de contrainteligencia en 2017 para determinar si Trump estaba trabajando para Moscú en contra de los intereses estadounidenses, ya fuera de manera intencional o no.

Pero además, The Washington Post informó este domingo que Trump intentó ocultar a los trabajadores de su propio gabinete el contenido de sus encuentros con el presidente Putin.

«Creo que es la cosa más insultante que me han preguntado nunca», dijo el mandatario este sábado en Fox News cuando se le preguntó telefónicamente si alguna vez había trabajado para Rusia, a lo que nunca llegó a responder durante esa entrevista.

Sin embargo, este lunes el mandatario estadounidense fue más enfático. «Nunca trabajé para Rusia», dijo mientras conversaba con periodistas en la Casa Blanca y calificó las informaciones sobre sus vínculos con Putin como «una mentira grande y gorda».

Sin detalles de sus conversaciones

La investigación de The Washington Post asegura, citando a actuales y antiguos trabajadores del gobierno, que Trump ocultó información sobre sus conversaciones recientes con Putin.

Asimismo, afirma que no hay ningún registro detallado de los encuentros que mantuvieron en cinco lugares distintos en los dos últimos años.

Después de la reunión mantenida en 2017 en Hamburgo, Alemania, Trump tomó las notas de su intérprete y le ordenó que no revelara lo que se había discutido a otros funcionarios estadounidenses, según el rotativo.

En 2018, los dos presidentes hablaron a puerta cerrada durante dos horas en Helsinki, Finlandia, con la única presencia de sus intérpretes.

Según los exfuncionarios citados por el diario, el secretismo sobre estos diálogos es algo totalmente inusual y contrario a las políticas de anteriores presidentes de EE.UU.

«Todo es un engaño»

«No estoy ocultando nada. No hay nada que me preocupe menos», dijo Trump cuando se le preguntó en Fox News si le importaría que salieran a la luz los detalles de su conversación privada en Helsinki.

Aseguró que habló con Putin «como hacen todos los presidentes» y que ambos habían mantenido un «gran diálogo sobre cosas muy positivas».

«Cualquiera pudo haber escuchado esa reunión. Esa reunión está disponible para todos».

«Todo el asunto de Rusia es un engaño», afirmó.

La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que la historia era tan «escandalosamente inexacta» que ni siquiera merecía una respuesta.

Contra los intereses estadounidenses

Solo dos días antes, The New York Times ya había desatado polémica al publicar que el FBI investigó en 2017 si Trump trabajaba para el gobierno ruso.

Según este periódico, agentes del Buró estaban tan preocupados después de que Trump despidiera a James Comey como director del FBI que decidieron abrir la investigación para esclarecer si Trump estaba actuando contra los intereses estadounidenses.

Esta investigación se acabó integrando en la que inició la comisión especial liderada por el ex director del FBI Robert Mueller sobre la supuesta trama rusa para interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016.

Al poco de conocerse la noticia, Trump arremetió duramente contra el FBI a través de su cuenta de Twitter.

«Acabo de enterarme en The New York Times que los ex líderes corruptos del FBI, casi todos despedidos o forzados a abandonar la agencia por muy malas razones, abrieron una investigación sobre mí, sin razón y sin pruebas, Después de despedir al mentiroso de James Comey, ¡una sordidez total!», dijo.

«La idea de que el presidente Trump es una amenaza para la seguridad nacional estadounidense es absolutamente ridícula», dijo en CBS el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien no respondió preguntas específicas sobre si estaba al corriente de las investigaciones de de contrainteligencia del FBI cuando él estuvo al frente de la CIA.

Críticas demócratas

Pero las críticas de los demócratas no se hicieron esperar. Este domingo dijeron que las últimas revelaciones entre la relación de Trump con Putin y Rusia plantean serias dudas.

«¿Por qué es tan amable con Vladimir Putin? Un hombre que fue agente de la KGB, que nunca fue amigo de Estados Unidos… (…). ¿Por qué es el mejor amigo del presidente Trump?No lo entiendo», dijo al canal ABC el senador demócrata por Illinois Dick Durbin.

«Creo que es curioso que durante todo el verano cuando comenzaron estas investigaciones, Trump repetía casi como un loro las políticas de Putin (…). Lo tenías diciendo solo cosas buenas de Putin», dijo en CNN Mark Warner, senador de Virginia.

Warner subrayó que el gobierno de EE.UU. aún no sabe qué pasó en las reuniones entre ambos, incluida la cumbre de Helsinki donde Trump defendió inicialmente (aunque luego corrigió sus palabras) la postura de Putin —rechazada por las agencias de inteligencia estadounidenses— de que Rusia no interfirió en los comicios de 2016.

«El gobierno estadounidense no sabe lo que se discutió entre Trump y Vladimir Putin en ese francamente patético y vergonzoso encuentro», concluyó el senador.

BBC

En su cuarto viaje a China en menos de un año, el líder norcoreano se entrevistó con Xi Jinping y visitó una fábrica de medicamentos

El tren personal de Kim Jong-un partió este miércoles de Pekín tras una visita sorpresa de dos días del líder norcoreano para reunirse con el presidente chino, Xi Jinping. Era el cuarto viaje del mandatario a China en menos de un año, y llegaba mientras crecen las expectativas de una nueva reunión entre Kim y el presidente de EE UU, Donald Trump, tras la celebrada en Singapur en junio pasado.

Muy pocos datos han trascendido hasta el momento sobre la visita. De acuerdo con la costumbre, los medios oficiales de ambos regímenes esperarán al menos hasta que Kim haya cruzado la frontera —algo que se calcula que ocurrirá a primera hora del jueves— para divulgar detalles de las actividades de Kim en Pekín. De momento se sabe que se reunió con Xi y, según la agencia surcoreana Yonhap, visitó una fábrica de medicamentos.

La visita tenía como objetivo, según han apuntado los analistas, coordinar posiciones entre Pyongyang y Pekín ante la posible próxima cumbre entre Kim y Trump, para la que ya se busca localización.

Aunque Trump calificó el encuentro de Singapur como un rotundo éxito, esa reunión se saldó con una vaga declaración conjunta sobre la desnuclearización de la península coreana. Desde entonces, el diálogo entre Washington y Pyongyang se encuentra estancado: la Casa Blanca exige para hacer concesiones que Corea del Norte se deshaga de su programa de armamento nuclear y balístico de manera irreversible, completa y verificable, mientras que ese país considera que ya ha dado suficientes muestras de buena voluntad y reclama que Estados Unidos levante al menos parte de las sanciones que pesan sobre el régimen. En su discurso de comienzo del año, el líder norcoreano había advertido de que si Washington no accede a levantar esos castigos, Corea del Norte optará por “un nuevo camino” que no precisó.

Los desplazamientos de Kim a China —su principal aliado económico y militar, y el país que tiene la llave del cumplimiento de las sanciones internacionales contra Corea del Norte— antes de acontecimientos de importancia en las negociaciones entre Pyongyang y Washington han sido práctica habitual a lo largo de 2018.

Pero en esta ocasión, el líder norcoreano, que se desplazaba acompañado de una comitiva que incluía a su esposa, Ri Sol-ju, y sus ministros de Defensa y Exteriores, puede querer presionar a Estados Unidos y demostrarle que su país cuenta con otras opciones y aliados económicos si las negociaciones con Washington fracasan.

Kim probablemente haya “presionado a Xi para que reitere el apoyo de China a un proceso de desnuclearización por fases, en el que Pyongyang y Washington hacen concesiones mutuas en vez de que Estados Unidos exija que Corea del Norte abandone de modo unilateral su armamento nuclear antes de que EE. UU. acceda a relajar el régimen de sanciones”, apunta en una nota la consultora Eurasia Group.

Aunque el presidente chino reiterase su apoyo a un proceso de concesiones recíprocas, “probablemente Pekín tenga pocas ganas ahora mismo de arriesgarse a agravar las tensiones con Estados Unidos porque parezca que cambia su posición sobre Corea del Norte para favorecer a Pyongyang”, apunta la consultora. El desplazamiento de Kim coincidía con el desarrollo de negociaciones en Pekín sobre la disputa comercial entre China y EE. UU.

Como en sus visitas previas el año pasado, la de esta semana incluía también un componente económico para el líder norcoreano. Según Yonhap, aprovechó este miércoles su estancia en Pekín para visitar una fábrica de fármacos de medicina tradicional china.

Kim anunció el año pasado que el programa nuclear norcoreano ya había sido completado, por lo que los esfuerzos se centrarían ahora en el desarrollo económico. En su discurso del 1 de enero, aludió específicamente a la industria farmacéutica como uno de los posibles motores. “Debemos modernizar las fábricas de medicinas y equipos médicos”, declaró entonces.

El País

El secretario de Defensa Jim Mattis anunció el jueves su salida del gobierno de Estados Unidos, en medio de un coro de protestas contra la decisión del presidente Donald Trump de retirar las tropas de Siria y reducir el contingente desplegado en Afganistán.

La dimisión de Mattis, hombre respetado en la escena internacional y que encarnaba de alguna forma la estabilidad en el seno de una administración muy turbulenta, es un desaire para el presidente estadounidense, que parece cada vez más aislado.

En una carta a Trump, el exgeneral de 68 años, que sostenía una relación complicada con el mandatario desde hace varios meses, insistió en la necesidad de Estados Unidos de «tratar a los aliados con respeto».

«Usted tiene el derecho de tener un secretario de Defensa cuyos puntos de vista estén mejor alineados con los suyos… creo que lo correcto para mí es renunciar a mi cargo», aseguró Mattis, marcando su desacuerdo con un Trump que en los últimos meses se enfrentó a los dirigentes de las principales potencias occidentales.

– Retiro «importante» de Afganistán

En su carta, el secretario no habla directamente del tema sirio, sino para citar la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) como ejemplo de la utilidad de las alianzas.

Pero claramente su salida es interpretada como un marcado desacuerdo con Trump, que el miércoles anunció el retiro -en el menor tiempo posible- de unos 2.000 soldados estadounidenses desplegados en Siria.

Según el diario turco Hürriyet, Trump tomó esa decisión tras una llamada telefónica con su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan, en la que este último se comprometió a luchar contra los yihadistas.

El gobierno de Trump prepara igualmente un retiro «importante» de tropas de Afganistán, indicó el jueves en la noche a la AFP un responsable estadounidense bajo anonimato. Mattis había pedido -y obtenido- un aumento de las unidades desplegadas en ese país el año pasado.

El Wall Street Journal y el New York Times hablan del retiro de la mitad de los 14.000 militares estadounidenses en suelo afgano, en el marco de un conflicto de 17 años de duración, iniciado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La retirada de «unos miles de militares extranjeros» de Afganistán «no impactará sobre la seguridad» nacional, indicó sin embargo el viernes la presidencia de ese país, buscando minimizar el impacto del anuncio de Washington.

Al unísono, legisladores demócratas y republicanos manifestaron no obstante su decepción e inquietud por la partida de Mattis.

«Es un día triste para nuestro país», dijo Nancy Pelosi, jefa de los demócratas en la Cámara de Representantes. Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado, lamentó de su lado la salida de uno de los «inusuales símbolos de fuerza y estabilidad» en el seno del equipo presidencial.

Líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, replicó de cierto modo las palabras de Mattis: Estados Unidos debe «comprender claramente quienes son nuestros amigos y nuestros enemigos y reconocer que naciones como Rusia figuran entre los últimos», dijo.

En Twitter, Trump no habló de renuncia e indicó solamente que Mattis dejará sus funciones a fines de febrero y que nombrará un sucesor próximamente.

– Decisión «correcta», para Putin

Destacando que Estados Unidos no quiere ser el «policía de Medio Oriente», Trump defendió el jueves el retiro de las fuerzas de Siria, una decisión tomada pese a las advertencias de varios integrantes de su gabinete.

Aunque queda por definir el futuro de los ataques aéreos estadounidenses contra EI, la política de Washington en la región con respecto a Irán o la decisión de dejar el campo libre a Rusia, el presidente republicano puede jactarse de haber cumplido una vieja promesa.

«Es tiempo de que otros peleen finalmente» contra EI, dijo en Twitter, invitando a Rusia, Irán, Siria y otros, a liderar esa lucha.

Su homólogo ruso, Vladimir Putin, que apoya al régimen sirio de Bashar al Asad, consideró como «correcta» la decisión de Trump. «Donald tiene razón», dijo, «nosotros hemos dado golpes importantes al EI en Siria».

EI ha visto reducirse su autoproclamado «califato» frente a múltiples ofensivas, tras su fulgurante auge en 2014. Pero conserva algunos reductos y se mantiene la duda sobre su capacidad de realizar ataques mortales en el mundo.

Francia, Reino Unido y Alemania, aliados de Estados Unidos en la lucha contra EI y blancos regulares de esos ataques, no han dejado de manifestar su inquietud tras el anuncio del retiro estadounidense.

La coalición antiyihadista «tiene un trabajo por concluir» pese a «la grave decisión» del presidente Trump de retirar sus soldados de Siria, estimó el viernes la ministra francesa de Defensa, Florence Parly.

Jornada

El presidente Mauricio Macri recibió hoy a su par de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Rosada en un encuentro previo a la apertura de la cumbre del G20, en el que le agradeció «el apoyo» en «momentos difíciles», mientras que el estadounidense ponderó el lazo personal y la amistad que lo une con el jefe del Estado argentino.

«Estamos muy contentos de tenerte acá. Tardamos 30 años en convencerte para que vengas. Tuvimos que esperar a que seas presidente», le expresó Macri a Trump en el Salón Blanco de la Casa Rosada, en unas breves declaraciones a la prensa antes de ingresar al despacho presidencial, donde mantuvieron un desayuno de trabajo.

Macri declaró que «es un gran momento» para «agradecer el gran apoyo» del gobierno estadounidense, especialmente «con el Fondo», en alusión al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la Argentina suscribió este año.

Trump, por su parte, ponderó la amistad y el lazo personal que lo une con el Presidente y con su familia desde hace casi 30 años, recordó que hicieron «muchos negocios en Manhattan en los años 80», y dijo que tenía «mucho de qué hablar» con Macri de «los viejos tiempos», pero también sobre temas de comercio y cuestiones militares.

Trump también recordó que en su momento le expresó a Franco Macri que su hijo se convertiría en Presidente.

El presidente estadounidense arribó a la Casa Rosada con al menos 20 minutos de demora en medio de fuertes medidas de seguridad, en su Cadillac blindado, al que se denomina «La Bestia» debido a que está preparado para soportar cualquier tipo de ataques.

Macri recibió a Trump con un fuerte apretón de manos en la explanada de la Casa Rosada y lo condujo hacia el Salón Blanco donde formularon breves declaraciones a los periodistas, a modo de saludo, antes de retirarse para compartir un desayuno privado.

Del encuentro de trabajo participaron solo algunos funcionarios de cada comitiva.

Entre los argentinos estuvieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el canciller Jorge Faurie; el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.

En tanto, junto a Trump participaron Larry Kudlow, asesor económico; Michael Pompeo, secretario de Estado; John Kelly, jefe de Gabinete; Edward Prado, embajador de los Estados Unidos en la Argentina; John Bolton, asesor de Seguridad Nacional, y Sarah Sanders, vocera del jefe de Estado visitante.

Fuente: El Chubut

Después de al menos cuatro cambios de agenda, finalmente Donald Trump fue incluido ayer en la serie de comunicados de prensa que con las instrucciones de cómo acreditarse, el Gobierno envía a la prensa. Se trata de la señal final de reconfirmación de una de las visitas más ansiadas por la administración Macri y que más atrae a los periodistas que cubrirán la cumbre de líderes del G20.

La reunión de Mauricio Macri con Trump será este viernes 30, a las 7 de la mañana, en la Casa Rosada, cuyo equipo hizo malabares para mover algunas bilaterales sin cancelarlas – la alemana Angela Merkel se reunirá con el Presidente después de Trump en Balcarce 50 cuando originalmente era en Olivos. Y se agregó otras reuniones importantes: el presidente recibiría a su amigo canadiense Justin Trudeau, el jueves 29.

En el marco de la visita de Trump se firmarán unos documentos, que el Gobierno esperaba para fortalecer más la relación bilateral. Uno es un acuerdo marco para de cooperación y asesoramiento para generar inversiones directas de empresas estadounidenses hasta US$ 20.000 millones anuales en Energías convencionales y no convencionales, energía eléctrica y renovables. No son fondos tangibles sino una aspiración de máxima que se está negociando con los estadounidenses para llegar literalmente a un ambicioso monto de US$ 140.000 millones para 2030 y así ampliar más la presencia del capital estadounidense en la Argentina, donde los chinos vienen pensando cada día más fuerte.

Este mes, el secretario de Energía Javier Iguacel, el secretario de Planificación Estratégica, Daniel Dreizzen, el coordinador general de Energía, Lucas Logaldo ,y el embajador argentino en Washington, Fernando Oris de Roa, recorrieron varias ciudades de Estados Unidos para promover inversiones en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta. Presentaron también un plan para potenciar la concreción de alianzas estratégicas entre empresas de los dos países, que ahora avanzará más con la firma de estos documentos, el viernes 30. Falta dar puntadas finales.

El otro documento es una carta de intención con la emblemática Compañía de Inversiones Privadas en el Extranjero (la OPIC) que va a servir a para ampliar créditos a empresas de los Estados Unidos que tengan inversiones aquì o quieran invertir. Sirven también para las empresas nacionales donde tengan participación las estadounidenses.

La OPIC, que abrió oficinas en Buenos Aires este año, por mandato especifico de Trump y Macri, es una agencia financiera del gobierno estadounidense. Esta respalda proyectos de inversión de sus empresas en mercados emergentes.

Habrá un acuerdo sobre seguridad en el transporte, otro sobre unificación de programas universitarios conjuntos, y uno de salud. La agenda de temas en la bilateral de Macri Trump será igual abierta, o «libre» porque incluirá temas internacionales y regionales, entre ellos Venezuela.

Este lunes, el canciller Jorge Faurie, y el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo repasaron agendas de Trump y el chino Xi Jinping con Macri. A su vez, el presidente Macri, recorrió las instalaciones de Costa Salguero, donde tendrá lugar la cumbre viernes y sábado, mientras sigue puliendo el discurso como anfitriónòn del G20. El discurso que aún no está cerrado tiene fecha y hora para ser pronunciado: el viernes a las 12.

Para Macri la visita de Trump es un enorme gesto de apoyo en su frente externo siempre fluido. Es la segunda visita de un presidente de los Estados Unidos en tres años. Trump llegará entre la noche del jueves 29 y la madrugada del 30, con su mujer, Melania, para participar de la cumbre de líderes del G20. Posiblemente con ellos venga Ivanka, la hija del presidente estadounidense. Y serán de la partida también los secretarios Steven Mnuchin (Tesoro) y Mike Pompeo (Departamento de Estado/canciller).

La novedad con la visita de Trump, que viene con la delegación más numerosa -unos mil y custodia apostada con aviones en Uruguay- es que no habrá declaraciones a la prensa, y menos aún posibilidad de hacer preguntas como sí ocurrió durante la visita de Barack Obama al país, en marzo de 2016.

Fuente. Clarín

Así lo confirmó el Gobierno en un comunicado. El encuentro será el viernes. Los presidentes firmarán un acuerdo para garantizar inversiones millonarias en energía.

La visita que más ansiedad genera en el Gobierno y que más atrae a los periodistas se reconfirmó este lunes cuando los medios recibieron las coordenadas sobre la reunión bilateral de Donald Trump con Mauricio Macri. Tal como ya anticipado este diario, y el canciller Jorge Faurie informó, será el viernes 30 en la Casa Rosada. Pero la novedad es que no habrá declaraciones a la prensa, y menos aún posibilidad de hacer preguntas como sí ocurrió durante la visita de Barack Obama al país, en marzo de 2016.

​El Gobierno informó este lunes, destacando en parte con letras mayúsculas, que «NO habrá declaración a la prensa», y que «NO HABRÁ INSTANCIAS PARA EL PERIODISMO ORAL Y ESCRITO»

Trump llegará entre la noche del jueves 29 y la madrugada del 30, con su mujer, Melania, para participar de la cumbre de líderes del G20 de viernes y sábado próximos. Posiblemente con ellos venga Ivanka, la hija del presidente estadounidense. Y serán de la partida también los secretarios Steven Mnuchin (Tesoro) y Mike Pompeo (Departamento de Estado/canciller).

Aunque van Macri y Trump van a hablar a agenda abierta, Clarín supo que habrá una firma de documentos durante la visita. ​ Una fuente de Presidencia contó que hay a la firma un memorándum de entendimiento por una suerte de «garantía» por 20.000 millones de dólares para que las empresas estadounidenses inviertan en energías convencionales y alternativas argentinas. Macri tiene en primera fila el yacimiento de Vaca Muerta para ofrecer a los inversores, pero no solamente. Y también, como anticipó en exclusiva Clarín, la agencia estadounidense OPIC va a disponer de un crédito para empresas pymes, y empresas mayores, que quieran invertir en la Argentina. Habrá más acuerdos de seguridad, y otro de educación.

Por razones de seguridad, en la Rosada no se permitirán ni vehículos particulares ni móviles televisivos, y lo único que se verá para la prensa será el habitual saludo oficial en el Salón Blanco, adonde entrarán camarógrafos y fotógrafos que se habían acreditado. Eso durará exactamente dos minutos. Después, se elegirán algunos para un pull de trabajo que podría ser «invitado» a tomar una imagen de la reunión de trabajo Macri-Trump.

La Presidencia manejará el resto de lo que se decida dar y será quien lo habilite. Y es posible que ni el Gobierno nacional lo maneje. La visita del presidente estadounidense se produce en la Argentina con la condición de que sus mil custodios y personal tengan completa autonomía. En los aeropuertos, como pidieron otras delegaciones -chinos, rusos, turcos, saudíes- serán sus fuerzas las que vigilen en persona las aeronaves, alrededor y debajo. Durante la visita de Obama, por ejemplo, también había personal militar en las torres de control de Ezeiza.

Un informe del sitio en Twitter Aviones en Ezeiza viene filmando todas las aeronaves estadounidenses que vienen llegando para esta cumbre, y para la visita de Trump, que trae su conocido blindado «La Bestia», y aunque no lo confirma, tendrá posiblemente estacionado frente a las costas de Uruguay, en aguas internacionales, un portaaviones.

Fuente: Clarín