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Hace semanas, litros y litros de agua son usados para combatir los incendios forestales en Australia. El país ya estaba en una temporada seca, pero durante la crisis, la sequía llegó a un nivel de emergencia tal, que el gobierno decidió sacrificar miles de camellos para evitar que siguieran consumiendo parte de las ya escasas reservas de agua. Parecía que la crisis hídrica había llegado a su extremo, pero podría haber incluso más problemas.

Cortinas de tela se extienden sobre la inmensa represa de Warragamba para atrapar la ceniza y los sedimentos que se espera serán arrastrados por agua de lluvia desde las pendientes incineradas y llegarán a la reserva que contiene el 80% del suministro de agua potable no tratada del área de Sydney.

Aunque aún no se sintió el impacto de los incendios en el suministro de agua, las autoridades australianas saben que los riesgos vendrán con las lluvias fuertes que ocurran en los próximos meses o años, mientras el territorio se recupera. Cuando la lluvia es torrencial, las pendientes deforestadas son erosionadas rápidamente y grandes cantidades de cenizas, sedimentos y escombros pueden terminar en reservas de suma importancia.

La represa de Warragamba contiene el 80% del suministro de agua del área de Sydney

Ahora, las cenizas no solo podrían llegar a las reservas de agua dulce y a las cuencas hidrográficas del país, sino también al océano, según Naciones Unidas que detalla el impacto de la extendida temporada de incendios en Australia. Los nutrientes en las cenizas, por ejemplo nitrógeno y fósforo, pueden estimular el crecimiento de algas verdeazuladas (cyanobacterias), que a su vez pueden dar mal sabor y olor al agua e incluso volverla tóxica.

Las preocupaciones de las autoridades australianas reflejan inquietudes a nivel global: la creciente vulnerabilidad de reservas de agua dulce al fuego, en parte por el clima más seco y caluroso que extiende las temporadas de incendios, que consumen la materia orgánica y las capas superiores del suelo, necesarias para que la vegetación se regenere, dejando el suelo incapaz de absorber el agua. Además, el calor extremo puede sellar y endurecer el suelo, lo cual permite que el agua se deslice con rapidez, arrastrando todo en su camino.

Eventualmente, los incendios y las sequías obligarán a algunas comunidades a elegir una nueva fuente de agua. Por ahora, el suministro de agua de millones de personas depende de áreas cada vez más susceptibles a incendios forestales.

 

A través de la Secretaría de Bosques, se firmó un convenio con la Municipalidad de Cholila para la compra e instalación de un generador y tablero de comando que permita el abastecimiento de energía de la cámara de detección temprana de incendios. Además, el Servicio Provincial de Manejo del Fuego (SPMF) realizó actividades de prevención en la localidad.

El Gobierno del Chubut, a través de la Secretaría de Bosques, que conduce Rodrigo Roveta, trabaja de manera coordinada con municipios de la región cordillerana, en el desarrollo de diferentes estrategias que promuevan la prevención de siniestros.

En ese marco, Roveta suscribió con el intendente de Cholila, Silvio Boudargham, un acuerdo para la compra e instalación de un generador y tablero de comando que suministre energía a la cámara de detección de focos ígneos.

Para concretar el proyecto, la Secretaría de Bosques otorgó un aporte de más de 160 mil pesos, provenientes de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental N° 26.331, destinada a la aplicación de planes de conservación, protección y aprovechamiento sostenible del bosque nativo.

En ese marco, la cartera de Bosques es la autoridad de aplicación de esta ley de alcance nacional, y brinda acompañamiento al programa de “Apoyo a pequeñas comunas y poblados para la protección contra incendios forestales”.

En esta oportunidad, el aporte económico no reintegrable viene acompañado de colaboración, asistencia y asesoramiento técnico a la Municipalidad de Cholila, por parte de profesionales dependientes de la Dirección Provincial de Protección Forestal.

El municipio aplicará los recursos para la adquisición e instalación de un grupo electrógeno de 5 KVA de potencia y motor de 11 HP, y un tablero de transferencia automático de comando para suministro de energía a la cámara de detección de incendios, que la Municipalidad opera con el Servicio Provincial de Manejo del Fuego.

Acciones de concientización y prevención

Por otro lado, el Servicio Provincial de Manejo del Fuego (SPMF) realizó actividades de prevención en la Fiesta Nacional del Asado en Cholila, y como todos los años compartió un encuentro interinstitucional con organizaciones que combaten incendios forestales en la región, como el Servicio Provincial de Lucha contra Incendios Forestales de Río Negro, y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego.

Asimismo, en el marco de una campaña que incluye la distribución de afiches y folletos, personal del SPMF instaló cartelería preventiva en el ingreso de la localidad, tal como se encuentra haciendo en otros caminos y accesos de la cordillera.

La campaña brinda recomendaciones referidas a la quema de residuos forestales, al uso del fuego en el acampe y a la disminución del riesgo de incendio alrededor de las viviendas en áreas de interfase. Los mismos tienen, además, una contraparte radial y audiovisual: spots que se emiten en radios de la cordillera y una serie de cortos audiovisuales que se encuentran a disposición para el uso en educación en la página institucional de facebook: @manejodelfuegochubut.

Los informaron este miércoles por la mañana desde el cuartel de Bomberos de la ciudad portuaria. Se informó que los trabajos de extinción se dieron por concluidos tras recorridas. Sin embargo, continuarán con recorridas preventivas.

Luego de varios días de trabajo, el cuartel de Bomberos Voluntarios de Puerto Madryn dio por extinto los incendios al norte de la ciudad portuaria.

Las llamas se desataron el sábado pasado por la tarde en la zona del parque ecológico El Doradillo y posteriormente, a causa del viento, se expandió a otros sectores. El último foco se combatió en una zona conocida como la Cantera.

Tras haber sido controladas las llamas, este martes, se trabajó en la extinción total del incendio y este miércoles por la mañana se informó desde el cuartel madrynense que se había dado por concluido el trabajo de extinción del incendio.

De esta forma, se realizarán durante el resto de la jornada tareas de inspección para evitar reigniciones.

“Se da por concluido el trabajo de extinción del incendio. Se recorrió toda el área sin detectarse puntos calientes. De todas maneras se continúan durante el día de hoy inspecciones en el lugar”, confirmó el cuartel, así lo publicó Radio 3 Cadena Patagonia.

Durante el encuentro de trabajo, los funcionarios hablaron sobre la situación de la Brigada y los recursos disponibles para atender un eventual foco ígneo.

El secretario de Bosques del Chubut, Rodrigo Roveta, mantuvo hoy miércoles al mediodía una reunión junto al intendente de Esquel, Sergio Ongarato, con quien analizó distintas estrategias para prevenir los incendios en la ciudad y alrededores.

El encuentro realizado pasadas las 11.30 en oficinas de la Municipalidad contó además con la participación del secretario de Ambiente de la localidad, Daniel Hollmann.

Los funcionarios hablaron sobre la situación de la Brigada y los recursos disponibles para atender un eventual foco ígneo. “Abordamos los mecanismos en marcha para suplir la baja en la capacidad de respuesta”, indicó Roveta.

Asimismo, el funcionario dejó en claro que en el marco de la temporada de incendios existe una coordinación directa con instituciones puntuales como la Asociación de Bomberos Voluntarios, Defensa Civil del municipio y el Parque “Los Alerces”, por ejemplo.

Destacó que en la zona disponen de medios aéreos aportados por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego para acudir rápidamente a un siniestro, recordando que hay aviones hidrantes operando desde el Aeropuerto de Esquel y un helicóptero con helibalde en Trevelin.

Subrayó que el encuentro fue propicio para evaluar el curso de acciones conjuntas y mencionó que en un corto período se estarán firmando acuerdos en línea con el plan de protección de incendios forestales y programas de conservación dentro del ejido municipal, financiados a través de la Ley Nacional 26.331, de Protección de los Bosques Nativos.

“También repasamos un trabajo que llevamos adelante junto a la Asociación Vecinal del Alto Río Percy. Estamos haciendo algunas actividades relacionadas a la prevención de incendios y al turismo rural como un uso más del bosque”, manifestó.

Otro de los temas abordados con el jefe comunal fue la posibilidad de ejecutar durante el próximo invierno forestaciones en tierras de la Municipalidad. “Estamos analizando reactivar las forestaciones en los bosques comunales en el marco del programa Chubut Foresta”, amplió.

«Hoy hay certeza del rol central del cambio climático: no produce los megaincendios pero sí las condiciones ambientales propicias», dijo la doctora en ciencias de la atmósfera e investigadora del Conicet Inés Camilloni.

«A su vez las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el aumento de incendios pueden agravar el cambio climático», aportó el presidente de la Asociación de Amigos de Parques Nacionales y biólogo Norberto Ovando.

Para Camilloni, el caso australiano -donde ya se quemaron más de 5 millones de hectáreas- «nos muestra en una forma concreta hacia donde estamos yendo con el clima», esto es, que «no sólo la temperatura global va en aumento, sino que los eventos extremos», ya sea de calor, lluvias o sequías, «se vuelven más severos y frecuentes».

En coincidencia con esto, Ovando recordó que «está sucediendo ahora lo que se había pronosticado para el 2030/40″.

El también experto en la Comisión Mundial de Áreas Protegidas explicó que las grandes sequías»generan bosques totalmente estresados y disponibles para quemar», es decir, grandes masas de «combustible».

A su turno, el comandante general de bomberos (R) y responsable del Departamento de Incendios Forestales de la Academia Nacional de Bomberos, Edgardo Mensegue, explicó que incendios como el de Australia son clasificados como de «sexta generación», una categoría inexistente hasta hace «cuatro años» y que debió crearse a partir de eventos que superaban lo conocido hasta ahora.

Los incendios de primera generación surgieron en los años ’50 con el éxodo rural que produjo la pérdida del denominado paisaje de mosaico que actuaba como cortafuego: «eran los que uno apagaba la llama y ahí quedaba».

Los de segunda generación aparecieron en los años 70-80 y «son muy rápidos porque se producen donde hay mucha continuidad de combustible, principalmente en el sotobosque», y requieren diversificación en los medios de respuesta.

Los de tercera se tipificaron en los ’90 y «son generados por focos secundarios, es decir, bolas de fuego producto de material volante o rodante» que las corrientes de aire caliente generadas por el mismo fuego puede transportar a dos o tres kilómetros de distancia, «superando las barreras de defensa o cortafuego».

«La cuarta generación es un fuego de interfase, que se dan dentro de urbanizaciones con mucha o poca forestación», dijo.

En el caso de los de quinta generación, ya se trata de megafuegos que se producen sólo si se combinan «olas de calor con mucha sequía» y son «incontrolables, no importa los recursos con los que cuentes», como fue «el incendio de Chile de 2017».

Ovando explica que los de sexta generación son aún «más grandes, rápidos, intensos e incontrolables», con la particularidad de que «pueden generar las temidas ‘tormentas de fuego'», es decir que «dominan la meteorología de su entorno» generando rayos en seco que «provocan más incendios» a cierta distancia.

«Se propagan a una velocidad de entre 2 y 5 kilómetros, llegando a consumir entre 4 y 13 mil hectáreas por hora», dijo Ovando.

Por su parte, Camilloni recordó que «desde el 2007 las proyecciones del cambio climático mostraban un aumento de la posibilidad de ocurrencia de estos eventos en Australia, mientras que otras regiones del mundo también aumentaban significativamente la posibilidad de incendio», entre ellas «algunas regiones de Sudamérica y todo el continente africano».

Las zonas de riesgo en la Argentina

«Argentina, donde las olas de calor son más frecuentes e intensas, tiene algunas regiones vulnerables a los incendios pero no a megaincendios, aunque todo depende del manejo que se haga de la situación», dijo.

El riesgo a futuro se encuentra en la zona andino , patagónica una región de bosques donde se sabe que las lluvias van disminuir: «allí la prevención debería ser central», agregó la investigadora del Conicet.

Mensegue considera que Argentina ya experimentó incendios de sexta generación, como el de La Pampa en 2017 donde se consumieron 1,1 millones de hectáreas.

Para Ovando, los incendios de sexta generación vuelven «obsoletos» los «modelos tradicionales de gestión de incendios»,que deben ser repensados al tiempo que se lleve adelante una «política de prevención» también adaptada a esta «nueva era».

Mensegue, en cambio, consideró que «los bomberos en nuestro país tienen herramientas, material y capacitación para combatir incendios», aunque gran parte del éxito depende de la prontitud del «ataque inicial» puesto que mientras más inmediato sea, «más posibilidades de controlar el fuego».

«Si no se controlan en las primeras horas, después pueden durar 5 o 10 días», dijo.

El gobierno de Australia desplegó hoy reservistas del ejército en las zonas devastadas por los incendios forestales en tres estados, y anunció fondos por 1400 millones de dólares en dos años en ayuda.

Tras un fin de semana catastrófico, los incendios que asolan al país desde septiembre han destruido una superficie equivalente a la isla de Irlanda, según las autoridades, que afirman que la crisis está lejos de concluir, ya que se avecina una nueva canícula, temporada del año en la que el calor es más fuerte.

El primer ministro australiano Scott Morrison, cuyo gobierno ha sido criticado por la lenta respuesta ante la emergencia, anunció que otorgará 2000 millones de dólares australianos (unos 1400 millones de dólares) al fondo nacional de recuperación.

«Tenemos un largo camino por delante y estaremos con estas comunidades en cada paso del mismo mientras reconstruyen», dijo. «Los fuegos siguen ardiendo. Y seguirán ardiendo en los próximos meses», afirmó Morrison, quien concluyó: «Por eso es por lo que hoy presenté esto que es una inversión inicial, adicional, de 2000 millones. Si se necesita más y el costo es más elevado, entonces se proporcionará más».

Al menos 24 muertos y dos desaparecidos

El anuncio de los fondos, que se destinarán a la reconstrucción de localidades e infraestructuras destruidas por las llamas coincidió con el de la desaparición de dos personas más en zonas remotas de Nueva Gales del Sur. En todo el país, al menos 24 personas murieron y 2.000 casas fueron arrasadas por las llamas.

El breve alivio de la lluvia

La lluvia y la bajada de las temperaturas de hoy dieron un pequeño alivio a las comunidades que luchan contra el fuego, pero las precipitaciones también dificultaban que los bomberos australianos, ayudados por refuerzos procedentes de los Estados Unidos y Canadá, completen quemas estratégicas mientras se preparan para una nueva subida de las temperaturas a finales de semana.

El gobierno realizó la mayor movilización de reservistas del ejército, al llamar a 3000 personas que se desplegaron en la costa este para ayudar a los equipos de emergencia a evaluar los daños, restablecer la electricidad o distribuir ayuda alimentaria o carburante a las zonas damnificadas.

Decisión histórica

Por primera vez en la historia australiana, el gobierno desplegó su equipo de ayuda médica para colaborar con las evacuaciones. En tiempos normales, éste sirve en los países extranjeros afectados por catástrofes naturales.

«No se puede bajar la guardia, ya que hay 130 incendios activos» en Nueva Gales del Sur, declaró el lunes la primera ministra de este estado, Gladys Berejiklian.

Desde septiembre, cerca de cinco millones de hectáreas (50.000 km2) han quedado reducidas a cenizas en este estado, cuya capital es Sydney, según el jefe de bomberos de las zonas rurales, Shane Fitzsimmons.

Con estas son ya cerca de ocho millones el número de hectáreas destruidas en todo el país, una superficie equivalente a la de Irlanda.

Lo peor, por venir

El presidente del nuevo fondo de ayuda a las víctimas de los incendios en el Estado de Victoria, Pat McNamara, estima que quizá lo peor esté por venir. «Todavía no estamos en lo que en circunstancias normales es la alta temporada de incendios», dijo en la cadena de televisión ABC.

El humo complica los rescates

Las autoridades australianas aprovecharon mejores condiciones meteorológicas de hoy para reabrir caminos bloqueados por incendios forestales y llevar a algunas personas a zonas seguras, aunque el denso humo dificultó los esfuerzos de rescate y cientos de personas permanecieron varadas.

El jefe de gobierno del estado de Victoria, Daniel Andrews, señaló que unas 400 personas fueron rescatadas por aire en Mallacoota, un pequeño pueblo vacacional en la costa.

«Teníamos un plan para rescatar a otras 300 hoy. Lamentablemente el humo implica que eso no es posible», afirmó.

La temporada de incendios comenzó antes de lo normal este año, luego de tres años de sequía que dejaron secos gran parte de los matorrales en zonas rurales.

Desde que empezó el año 2020 los Bomberos Voluntarios de Trelew han intervenido en tres incendios, y la totalidad han sido intencionales.

El comandante Alejandro Vistoso, Jefe de los Bomberos Voluntarios de Trelew indicó que la mayoría de los incendios de rodados son deliberados: “Sabemos que el fin de semana es cuando más incendios de autos hay, por hechos vandálicos”.

“Muchas veces”- agregó Vistoso- “son autos que han sido robados para cometer un hecho delictivo y luego son abandonados”. Por otra parte, el oficial Fernando Trafián indicó que existe una multiplicidad de factores que derivan en este tipo de siniestros: “Los casos se dan por problemas vecinales, grescas entre familias, robos, disputas, o ajuste de cuentas, entre otros”.

Según informaron desde el departamento de bomberos local, el 2 de enero de este año se produjeron dos siniestros relacionados con automóviles. Uno de ellos sucedió a las 2 de la mañana en el barrio Inta, cuando incendiaron una camioneta que se encontraba estacionada, en desuso. El otro, durante la misma jornada, tuvo lugar a las 5 horas de la madrugada en el barrio Islas Malvinas. Se trató de un Fiat Palio, color gris, que aguardaba fuera de un taller mecánico para ser reparado al día siguiente. El tercer caso se suscitó en el barrio Inta, el 3 de enero, en el que una camioneta en uso fue incendiada durante la noche.

Hubo 132 incendios

Durante las intervenciones que se realizaron en el 2019 se contabilizaron 132 incendios de rodados. Al menos 10 autos por mes. Una cifra que superó ampliamente las recogidas durante el año 2018, donde los casos fueron menos de 100. En 2020 ya pasaron tres casos en cuatro días en Trelew.

Barcos de la Marina rescataron ayer a cientos de personas varadas en las playas en Australia, donde las autoridades redoblaron los llamados a la población a abandonar las zonas afectadas antes de una nueva jornada con altas temperaturas y fuertes vientos.

La Marina desalojó a cientos de personas de Mallacoota, una localidad costera del estado de Victoria que pasó días aislada por los incendios, que obligaron a unos 4000 residentes y turistas a refugiarse en las playas. Embarcaciones de carga trasladaron a los afectados desde la costa al HMAS Choules.

Los que esperaban para irse contaron que en el peor momento de su odisea había humo y brasas por todas partes. «Da miedo esperar», dijo Dani Barmeister a Channel Nine. «Es algo que quiero olvidar», señaló Natalie Morrissey, que también aguardaba su turno.

El comandante del buque, Scott Houlihan, dijo que 963 personas solicitaron ser evacuadas por mar y otras dejaron la región por aire.

Más de 200 focos seguían activos en el país, y las alertas de peligro extremo para hoy activaron una de las evacuaciones más grandes en la historia. El tránsito colapsó y los bomberos escoltaron a caravanas de desalojados mientras las llamas amenazaban con cerrar las rutas.

En Victoria, su primer ministro, Daniel Andrews, declaró el estado de desastre por un mes en las zonas asediadas, una medida creada desde los incendios del llamado «sábado negro» de 2009, que se cobraron la vida de 173 personas en la que es considerada la peor catástrofe natural de la historia moderna australiana.

«Es la primera vez que se imponen estas medidas porque nos enfrentamos a una amenaza sin precedente a las vidas y a las propiedades en los próximos días, con mucho terreno ardiendo, calor y sequía», dijo Andrews en un comunicado. «Si valoran su seguridad deben irse», advirtió con más énfasis Michael Grainger, jefe de la policía de respuesta a emergencias de Victoria. «Las pertenencias personales tienen muy, muy poco valor en estas circunstancias».

En el vecino estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por los incendios, miles de personas huyeron de las zonas afectadas en la costa meridional en medio de escenas de caos y grandes embotellamientos.

En la costa sur del estado, los incendios se extienden a lo largo de 250 kilómetros y obligaron a las autoridades a declarar el estado de emergencia y a ordenar, principalmente a los turistas, la evacuación de la zona. Rob Rogers, subcomisionado de los bomberos, pidió a la población que no espere para evacuar y señaló que cuatro personas murieron en sus autos mientras trataban de huir a última hora.

«Sabemos que la gente está un poco cansada de los incendios. Llevan lidiando con esto desde hace meses», señaló Rogers. «Pero necesitamos que sigan centrados, no hay que bajar la guardia. Tómenselo en serio. Si están en las zonas señaladas en los mapas, no sigan ahí».

Las autoridades elevaron a diez el número de fallecidos durante la semana en todo el país. En Victoria se reportaron 28 desaparecidos.

En Nueva Gales del Sur hay 138 focos de incendio, 74 de ellos fuera de control. Hay dos incendios especialmente preocupantes al oeste de la ciudad de Sídney, que en las últimas semanas se vio afectada por nubes de humo, al igual que Melbourne y Camberra indicó La Nación.

Desde que se desataron los incendios en Australia, hace unos 3 meses, ya son 480 millones los mamíferos, aves y reptiles muertos. La cifra se obtuvo tras un trabajo realizado por la Universidad de Sidney, cuyos ecologistas vislumbran que el número puede ser mucho mayor aún.

Si bien la mayoría de los ejemplares murieron calcinados o por el efecto directo del humo, hubo una cantidad importante que falleció debido a los desplazamientos forzados por el fuego que los sacó de su hábitat.

El profesor de Ecología Terrestre, Christopher Dickman, quien lideró el estudio al respecto, explicó a la agencia Reuters: «Investigaciones previas indican que en áreas severamente quemadas, la falta de refugio, la falta de alimentos y las incursiones de los depredadores invasores (zorros rojos y gatos salvajes) resulta en una reducción drástica pero indirecta del número de animales».

Entre los animales afectados, aparecen varias especies en peligros de extinción como canguros, wombats, demonios de Tasmania y koalas, cuya población (la de estos últimos) se estima que disminuyó más de un 30%.

«Con el tipo de fuegos de corona de rápido movimiento que hemos estado experimentando, los koalas realmente no tienen capacidad para moverse lo suficientemente rápido como para escapar», explicó el ecólogo del Consejo de Conservación de la Naturaleza, Mark Graham, a La Vanguardia. Y agregó: «Ahora hay un área tan grande que todavía está en llamas y aún ardiendo que probablemente nunca encontraremos los cuerpos», informó La Nación.

Un bombero muestra a una zarigüeya rescatada del incendio

 

Las autoridades alertaron sobre la llegada de una nueva ola de calor que podría provocar más incendios.

Debido a una nueva ola de calor que avivará la progresión de los incendios que asolan el país, Australia le ordenó a miles de turistas que abandonen dentro de las próximas 48 horas las zonas turísticas de la costa sudeste.

Estos incendios fuera de control provocaron la muerte de al menos a ocho personas en 48 horas y redujeron a cenizas cientos de hectáreas de matorrales en el primer día del año. Muchos turistas están bloqueados en ciudades costeras rodeadas por las llamas.

El servicio de bomberos de Nueva Gales del Sur ha pedido a los turistas que abandonen una zona costera de 200 kilómetros de largo desde la pintoresca ciudad de Batemans Bay (a unos 300 km al sur de Sídney) hacia el sur y el estado de Victoria.

Los visitantes deben partir antes del sábado, que se espera sea un día negro en el frente de incendios, con ráfagas de viento y temperaturas superiores a 40 °C.

Podría incluso ser peor que el martes, la jornada más mortífera desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre.

Caballos permanecen muy cerca de las llamas que arrasan la montaña Grose en Bilpin en Nueva Gales del Sur. (EFE)

Muchos turistas pasaron dos noches aislados en zonas privadas de electricidad y comunicaciones, con pocas reservas de alimentos. Las autoridades han garantizado la seguridad de algunas carreteras precisamente para evacuarlos el martes.

La evacuación de la zona prohibida a los turistas será «la más importante jamás realizada en la región», declaró a la cadena ABC el ministro de Transportes de Nueva Gales del Sur.

El subdirector del servicio de bomberos del estado, Rob Rogers, agregó que los bomberos no son capaces de apagar ni controlar los incendios activos.

Con las reservas de alimentos y combustible casi agotadas en algunas áreas, las autoridades temen que las personas se queden bloqueadas en lugares peligrosos, sobre todo porque no han podido contactar con todos los habitantes de las regiones más aisladas.

Hay cinco personas aún desaparecidas y más de 400 casas destruidas en los últimos días, un número que se espera que aumente a medida que los bomberos lleguen a las aldeas más remotas.

Se han desplegado barcos y aviones militares, además de personal de emergencia, para prestar asistencia humanitaria y evaluar los daños.

Al menos 18 personas han muerto desde el comienzo de la temporada de incendios, más de 1.000 casas han sido pasto de las llamas y 5,5 millones de hectáreas han ardido, o sea un área más grande que un país como Dinamarca u Holanda, destacó El Clarín.