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El ministro de Salud del Chubut, Fabián Puratich, habló sobre la situación epidemiológica y manifestó su preocupación por las personas con síntomas que no van al médico «no avisan a sus contactos para que se aíslen, el virus circula «. Y destacó que “Comodoro está con una meseta alta pero se ha amesetado”.

El ministro de Salud del Chubut, Fabián Puratich, brindó un panorama sobre la situación epidemiológica en Chubut, con restricciones vigentes y aumento de casos por la segunda ola de coronavirus.

“Hoy en la cordillera los casos se han estabilizado las últimas dos semanas. Los casos han ido descendiendo”, señaló tras indicar que “Comodoro está con una meseta alta pero se ha amesetado”. No obstante, sí confirmó un continuo aumento de casos en Puerto Madryn, Madryn, Trelew y Rawson.

Más allá de esta situación, valoró que la semana anterior se habían superado los 2 mil casos positivos, sin embargo, el último recuento registró 1.247 casos.

«Hubo un descenso de los casos diagnosticados. Si me preguntan si me da tranquilidad, no me da tranquilidad porque hemos notado que hay mucha gente que no concurre a la consulta, al diagnóstico, se queda en su casa y no notifican”.

Y explicó que si estas personas no notifican síntomas, y no avisan a sus contactos para que se aíslen, el virus circula. “Nosotros incentivamos a que las personas que tengan síntomas es preferible que hagan una consulta para quedarse sin saber que pasa. Una persona infectada es una fuente de contagio”.

Los encuentros sociales siguen siendo los lugares donde se la mayoría de los contagios. “Todo es a partir de eventos donde uno se relaja y pierde la capacidad de cuidado”, reconoció en diálogo con LU20.

Puratich señaló que a la fecha la terapia intensiva en los hospitales públicos se está atendiendo lo habitual y además pacientes covid pero con un sistema sanitario que “esta en condiciones de atender”, no obstante, señaló que “siempre donde estamos al borde es en la terapia intensiva de Esquel” por la amplía jurisdicción que comprende en la zona.

Una de las características distintivas del virus SARS-CoV-2 es que infecta a un gran porcentaje de personas que cursan la enfermedad de forma asintomática. Muchos se preguntan si tuvieron en algún momento coronavirus, y una conjunción de síntomas de las denominadas secuelas pueden advertirnos que fuimos portadores de la afección.

A pesar de que existe un test específico para determinar si una persona cuenta en ese momento con anticuerpos (IgG e IgM), se trata de una prueba de laboratorio bastante costosa, que no baja en la Argentina de los $2.500, publica Infobae. Hoy, a poco más de un año de los primeros casos documentados en el país, sabemos que existen efectos a mediano y largo plazo que el COVID-19 puede causar tanto en aquellos que tuvieron síntomas en la fase aguda como en los que no manifestaron ninguno de ellos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al día de hoy los síntomas más habituales son fiebre, tos seca, cansancio; mientras que menos comunes las molestias y dolores corporales, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida repentina del sentido del olfato o gusto y/o erupciones cutáneas o pérdida de la coloración en los dedos de las manos o de los pies. Entre los más graves, resaltan la dificultad para respirar o sufrir una sensación de falta de aire, dolor o presión en el pecho y la incapacidad para hablar o moverse.

En diálogo con Infobae, el epidemiólogo Hugo Pizzi explicó: “Entre los asintomáticos hay un 30% que quedan con cronicidad COVID-19. De ese 30% hay un porcentaje que le afecta el corazón fundamentalmente con arritmia, a nivel cerebral con irritabilidad e insomnio y a nivel pulmonar quedan pequeñas zonas de fibrosis que no vuelve a ser el mismo órgano”.

“Esto se manifiesta fundamentalmente con un cansancio marcado, e incide en la actividad física que habían tenido previamente. Conozco de muchos casos de personas que realizaban ejercicio físico y deportes de manera habitual, tuvieron la enfermedad hace seis o siete meses y ahora no pueden subir escaleras, presentan astenias -debilidad o fatiga general- muy marcadas, les cambió la vida completamente”, precisó. Y advirtió: “Ni los sintomáticos ni los asintomáticos pueden muchas veces evitar las secuelas por COVID-19”.

Entre los asintomáticos hay un 30% que quedan con cronicidad COVID-19

En definitiva, no existe al día de hoy un examen preciso, económico y simple para saber si en el pasado se tuvo coronavirus. El diagnóstico por PCR ofrece una fotografía del momento, e indica si el SARS-CoV-2 está presente en el preciso momento del hisopado nasofaringueo.

La anosmia o pérdida del olfato es uno de los signos que indica la presencia de la enfermedad por COVID-19, ya sea síntoma o secuela.
Laura Palermo, doctora en virología y profesora de la Universidad Hunter y en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, detalló: “Lo que se observa cuando se analizan personas que se infectaron pero que no tuvieron síntomas son características anormales en los pulmones y en el corazón. Por ejemplo, en una tomografía de pulmón de un paciente que tuvo COVID-19 asintomático se pueden observar sectores con otra coloración, debido a la presencia de un proceso inflamatorio. Esto es similar a lo que se ve en aquellos que presentaron síntomas, aunque menos severo”.

“Lo que hay que recalcar que la mejor situación para todos es prevenir los contagios e inmunizar a toda la población”, recomendó.

Según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), hasta el 40% de las personas no presentan ningún síntoma de la enfermedad. De todas formas, los expertos coinciden en que una serie de síntomas manifestados como secuelas pueden indicar exposición pasada al virus:

La fatiga o cansancio extremo es un síntoma presente en asintomáticos que padecieron la afección sin saberlo.

Cuadro de resfrío

Puede ser difícil distinguir entre una gripe convencional y una forma leve de COVID-19 sin un test diagnóstico específico de laboratorio. Pero dependiendo de los síntomas que se experimentan, se puede determinar que generalmente los resfriados no causan dificultad para respirar, dolores de cabeza severos o síntomas gastrointestinales, como sí lo hace el nuevo coronavirus.

Fatiga

Es uno de los mayores efectos persistentes, según varios estudios. De acuerdo a una investigación de JAMA, un 53% de pacientes manifestaron tener una intensa fatiga unos 60 días después de mostrar los primeros síntomas por COVID-19.

Los científicos aún no están seguros de por qué este cansancio permanece por tanto tiempo y creen que podría ser la forma en la que el sistema inmunológico de una persona reacciona frente al virus o la forma en la que el virus afecta al cuerpo.

Sin embargo, mostrar signos de cansancio extremo también puede deberse a otros factores como no dormir bien, por lo cual el síntoma por sí solo no es indicador suficiente para pensar en que la persona tuvo coronavirus.

Muchos deportistas sufren la secuela que se manifiesta fundamentalmente con un cansancio marcado, e incide negativamente en la actividad física que habían tenido previamente.

Daños al corazón

Existen varios registros de pacientes que experimentaron problemas cardíacos después de contraer el virus. Un estudio de 100 personas que se recuperaron de COVID-19 publicado en Jama Cardiology realizó resonancias magnéticas en ellos y halló que el 78% tenía algún tipo de anomalía cardíaca independiente de cualquier condición preexistente.

Tos persistente

Es uno de los indicadores informado por muchos de los participantes del estudio de JAMA. La tos a menudo es seca, sin presencia de flema. Según datos de los CDC, el 43% de las personas que tenían COVID-19 todavía tenían tos de 14 a 21 días después de salir positivos en un test PCR.

Existen varios registros de pacientes que experimentaron problemas cardíacos después de contraer COVID-19.

Pérdida de gusto y olfato

Esta falta repentina de percibir lo que se huele y el sabor de lo que se come es el gran sello destintino del nuevo coronavirus. Si bien no sucede en todos los casos, está demostrado fuertemente su incidencia ante el SARS-CoV-2. Datos preliminares de la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello (AAO-HNS) encontraron que en los pacientes con COVID-19 que perdieron el sentido del olfato, el 27% tuvo alguna mejoría en aproximadamente siete días, mientras que la mayoría mejoró en 10 días.

Aunque también es posible perder estos sentidos temporalmente con otras enfermedades respiratorias, como un resfriado o alergias estacionales, la gran diferencia con el coronavirus es que este síntoma puede permanecer por mucho tiempo, incluso tras meses de recuperarse de la enfermedad.

Pérdida de cabello

Muchos pacientes que se recuperaron del virus informan problemas de pérdida de cabello.

En este sentido, el doctor Jorge Larrondo, dermatólogo de Clínica Alemana, advirtió: “Hemos visto que desde la aparición del COVID-19 han aumentado progresivamente las causas por caída de cabello, lo que se debe a múltiples factores, como la presencia de estrés fuera de lo habitual”.

Es poco probable perder más cabello de lo habitual sin tener otros síntomas, como tos o fiebre, por lo que ese puede ser un muy buen indicador de que alguna vez tuvo la enfermedad.

Existen pacientes que, durante el proceso del coronavirus, presentan conjuntivitis.
Conjuntivitis

De acuerdo a lo explicado a Infobae por Pablo Wainberg, jefe médico de Oftalmología del Centro Médico Ambulatorio de Swiss Medial Gorup, (MN 77968), “existen pacientes que, durante el proceso del coronavirus, tienen conjuntivitis. Suele presentarse en la fase media de la enfermedad. Es más frecuente en esa etapa que en la fase inicial. Pero aún, en esa fase de la enfermedad, la frecuencia es baja. Es una minoría”.

“Incluso, en las personas que ya fueron diagnosticadas con coronavirus -que estaban internadas hace varios días- la probabilidad de encontrar el virus es baja. Esas personas pueden tener conjuntivitis o pueden tener congestión ocular, por ejemplo, con otros signos que afectan a la conjuntiva y que se pueden dar en algunos pacientes, cuando están internados y con respirador. Es decir, el paciente que está internado y tiene un respirador, recibe algunas medicaciones para poder soportar a éste último, que provocan sequedad en el ojo y hacen que ese órgano no se cierre completamente. Eso provoca que el ojo se ponga rojo y que sea, también, una conjuntivitis pero no infecciosa”, precisó.

Compartí

En los casos graves, los pacientes presentan una neumonía que les afecta ambos pulmones, sin embargo los síntomas que se presentan pueden ser leves.

Algunos de los pacientes graves de coronavirus suelen desarrollar neumonía bilateral. “La enfermedad se origina por la afección directa del virus en la célula del pulmón”, explicó el médico infectólogo Ricardo Teijeiro en diálogo con La Nación. El especialista explicó que el Covid-19 tiene la característica de “tomar de forma bilateral, es decir, ambos pulmones, produciendo destrucción de las células” y que la magnitud de la neumonía depende de la respuesta del paciente.

“La obstrucción de la parénquima pulmonar hace que no se pueda oxigenar la sangre, ni las células”, detalló el médico que se desempeña en el Hospital Pirovano. Es decir, la parte de la membrana que produce el intercambio de oxígeno con el dióxido de carbono que se debe eliminar, genera una dificultad para oxigenar. “Obviamente que el adulto mayor o pacientes con enfermedades crónicas respiratorias, bronquitis crónica, EPOC, fumadores y asmáticos graves presenta más complicaciones, porque su pulmón se defiende menos”, detalló al respecto. Asimismo, resaltó que el 90% de los jóvenes evoluciona positivamente.

Además, insistió en que la evaluación sobre la enfermedad la debe hacer siempre un médico. “Es sumamente importante el diagnóstico temprano, porque permite la asistencia inmediata, y eso marca la evolución del paciente”, aclaró quien forma parte de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Por otro lado, su colega Lautaro De Vedia indicó que en los casos leves de coronavirus por lo general el compromiso es de las vías áreas con dolor de garganta, falta de olfato y fiebre. En cambio, los síntomas comienzan a ser más relevantes cuando afectan a los pulmones.

Si bien la mayoría de los pacientes se recupera después de tener la infección por coronavirus, en algunas personas persisten síntomas como cansancio, trastorno de atención, dolor de cabeza o muscular, problemas respiratorios y cardíacos hasta tres meses -e incluso más-, en tanto que para aquellos que estuvieron con respirador artificial los plazos para volver a una buena calidad de vida son mayores.

«Los primeros registros de síntomas que persistían después de la etapa aguda de la infección fueron presentados por los italianos, eran pocos casos y los que mencionaban eran cansancio, dolores musculares y de cabeza, lenta recuperación del olfato y del gusto; un tiempo después los ingleses también publicaron casos y los definieron como «long-Covid», dijo a Télam la médica infectóloga Elena Obieta, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Se trata de consecuencias que «no tienen que ver con que la actividad viral persiste, sino con la inflamación que causó el virus en el organismo», precisó.

Obieta, que trabaja en el Hospital de Boulogne, señaló que en el servicio de pos Covid del centro de salud tienen 200 pacientes en seguimiento.

«En base a esta experiencia lo que observamos es que a algunos pacientes les cuesta hasta tres meses recuperar la calidad de vida previa a la infección por coronavirus», aseguró, e indicó que aun no se sabe lo que estos pacientes tienen en común, pero si que ocurre más allá de la gravedad del cuadro de Covid-19 que hayan atravesado.

En este grupo de pacientes con síntomas persistentes «hay un poco más de prevalencia en mujeres que en varones, pero aquí no sabemos si tiene que ver con que las mujeres plantean con más facilidad si experimentan molestias que los varones», señaló.
Los síntomas más frecuentes
Entre los síntomas más frecuentes, Obieta identificó «cansancio, dolores en articulaciones y músculos a nivel que no podés tender la cama porque te agotás, y en menor medida presentan confusión, lo que se denomina ‘niebla mental’, lentitud de pensamiento e insomnio, entre otros.»

«Lo que aprendimos en este año es que este virus tiene manifestaciones extrapulmonares, puede dar vómitos, diarrea, manifestaciones en la piel, puede dar arritmia, miocarditis, accidentes cerebrovasculares y hasta hay cuadros de encefalitis», describió la infectóloga, que es también Jefa del Servicio de Enfermedades Transmisibles y Emergentes de la Municipalidad de San Isidro.

«Por eso, hay que estar alerta cuando la gente joven piensa: ‘ya fue, si me contagio es una gripe’, porque las consecuencias pueden ser muy molestas, ¡hay que estar tres meses con agotamiento o dolor en las articulaciones!», remarcó.

En el momento de dar el alta se le explica a el o la paciente que algunos síntomas pueden persistir dos a tres semanas, como una sensación de picazón en la garganta, por lo que no tienen que asustarse ni realizar una consulta.

Sin embargo, hay algunos otros síntomas «por los que sí deben acercarse al médico como sensación de falta de aire o dificultad respiratoria, fiebre o arritmia; también si después de varios meses persiste el cansancio, los dolores musculares o tienen fobia a salir o insomnio», explicó, y agregó que en esos casos el médico clínico debe evaluar la situación de cada paciente y derivar a un especialista.

«El que quedó con broncoespasmo deberá ir a un neumonólogo; el que tiene arritmia, al cardiólogo; si se tiene insomnio deberá consultar con salud mental», ejemplificó.

Un reciente metanálisis de varios estudios, que todavía no fue publicado en una revista con revisión de pares, estimó que hay al menos «55 efectos a largo plazo» después de la etapa de infección por coronavirus y que el 80% continuaban con uno o más síntomas luego de la etapa aguda de la enfermedad.

En este trabajo se incluyeron 21 estudios y 47.910 pacientes, el tiempo de seguimiento varió de 14 a 110 días después de la infección viral y la edad de los participantes del estudio osciló entre 17 y 87 años.

Los cinco síntomas más comunes fueron fatiga (58%), dolor de cabeza (44%), trastorno de atención (27%), caída del cabello (25%) y disnea (24%).
Pacientes de UTI
En los pacientes con Covid-19 que estuvieron en terapia intensiva con asistencia respiratoria mecánica (ARM), la recuperación es más lenta y muchas secuelas persisten a lo largo de varios meses.

«El promedio de estadía de los pacientes con coronavirus en UTI es de 21 días, aunque algunos llegan a estar hasta 16 semanas. En este tiempo además de la traqueotomía que se hace para colocar el respirador, la persona recibe sedantes y relajantes para sostenerlo», dijo a Télam el licenciado Martín Previgliano, coordinador general de la Sala de Rehabilitación Intensiva Pos terapia intensiva (SaRIP) que funcionan en los hospitales Fernández y Pirovano.

El especialista señaló que «una vez que sale del respirador, la persona presenta una debilidad muscular muy marcada, trastornos de deglución y neurocognitivos».

Fuente: El OnceSintomas, PostCovid.

Sí, el nuevo coronavirus lleva más de un año propagándose por el mundo y cobrando millones de vidas, pero aún hay muchos aspectos que no conocemos del todo sobre el covid-19, incluidos los efectos a largo plazo en nuestro cuerpo y todos los síntomas que pueden persistir. Es un virus engañoso y nuevo en muchos sentidos.

Pero una investigación publicada el 19 de febrero en la revista médica JAMA Network Open arroja algo de luz sobre este enigma que se ha denominado «covid largo», «covid continuado», «síndrome pos-covid» o «síndrome pos-covid agudo». De manera simple, las personas contagiadas de coronavirus pueden sufrir síntomas o efectos a largo plazo… Sin importar la gravedad de la enfermedad que atravesaron cuando se contagiaron. «En algunas personas, algunos síntomas pueden persistir o volver a aparecer por semanas o meses luego de la recuperación inicial. Esto también puede ocurrirle a personas con una enfermedad leve», indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un documento publicado en septiembre de 2020. Además, la OMS detalló que la persistencia de los síntomas puede ocurrir independientemente de si se ha necesitado o no atención hospitalaria.

Entonces, ¿qué señales o síntomas indican que ya tuviste coronavirus y por cuánto se pueden prolongar? Esto es lo que sabemos hasta ahora.

Fatiga y dificultad para dormir

La fatiga es uno de los síntomas más comunes de la infección por coronavirus y también uno de los que más perdura, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Una investigación publicada el 19 de febrero en la revista Jama Network Open encontró que más del 30% de los 177 participantes que siguió por 9 meses reportaron síntomas persistentes. La fatiga fue lo más común, junto a la pérdida del olfato o gusto. Todas las personas que participaron en este estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Washington, tuvieron covid-19 confirmado por pruebas de laboratorio. El 30% también informó una peor calidad de vida, en comparación con el momento anterior a contraer el nuevo coronavirus. Y el 8% de los participantes indicó que tenía problemas para realizar al menos una actividad cotidiana, como tareas diarias en la casa.

De manera similar, un estudio que siguió a más de 1.700 pacientes de covid-19 en Wuhan, el epicentro original de la pandemia en China, registró que el 76% sufrió al menos un síntoma meses después de ser dados de alta del hospital. ¿Los más comunes? Fatiga y dificultades para dormir, con el 63% y 26%, respectivamente, de los pacientes reportándolos medio años después de su diagnóstico inicial de covid-19.

«Cuando miramos a los síntomas a largo plazo… las grandes cosas que vemos son fatiga, letargo y trastornos del sueño. Y eso representa probablemente más de la mitad de lo que vemos», señaló anteriormente el Dr. Christian Sandrock a CNN. Sandrock es profesor de medicina en cuidados intensivos pulmonares y enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Califonia en Davis, California. También advirtió que muchos pacientes experimentan múltiples síntomas, y que estos pueden ser intermitentes.

Confusión o «niebla» mental

Los pacientes que sufren de efectos a largo plazo del covid-19 enfrentan, en gran medida, una condición que se conoce como confusión o «niebla» mental, apuntó el Dr. Alfonso Hernandez-Romieu, miembro de los CDC, en conversación con CNN en enero. Esta confusión mental «se define como un deterioro cognitivo subjetivo leve, aproximadamente cuatro semanas después de la enfermedad aguda», explicó. En la misma línea, la Dra. Allison Navis, profesora asistente en la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai en Nueva York, señaló que la confusión mental «es un síntoma, no un diagnóstico. Y significa muchas cosas distintas para diferentes personas. Con frecuencia es una combinación de problemas de memoria a corto plazo, concentración o dificultad para expresarse».

Y hay otro asunto relevante, según Navis. Esta confusión mental no parece tener una relación clara con la gravedad de la infección por covid-19, la edad u otros factores de riesgo. Según explicó, los médicos han observado estos síntomas en pacientes jóvenes ––tanto niños como adolescentes––, que tuvieron un coronavirus leve y eran sanos.

Dificultad para respirar, tos y pérdida del olfato o gusto

Estos síntomas también son unos de los más indicativos de una infección de covid-19 y suelen persistir en los pacientes, tiempo después del diagnóstico inicial. En el estudio publicado en JAMA Network Open, la dificultad para respirar fue uno de los más comunes. Mientras que la tos y la pérdida del olfato o gusto aparecen en lo alto de las listas de la OMS y los CDC sobre los síntomas que pueden persistir.

«Nuestro análisis indica que la mayoría de los pacientes continúan viviendo con al menos algunos de los efectos del virus después de salir del hospital. Por lo que destaca la necesidad de atención después del alta, en especial para aquellos que experimentan infecciones graves. Nuestro trabajo también subraya la importancia de realizar estudios de seguimiento más prolongados en poblaciones más grandes», dice el comunicado del estudio que siguió a 1.700 pacientes de covid-19 en Wuhan.

Señales en la piel

Un análisis del Hospital General de Massachusetts, publicado en octubre de 2020, encontró que algunas personas contagiadas de covid-19 tuvieron síntomas relacionados con la piel tiempo después de su infección inicial. Esas señales en la piel se podían extender por hasta 60 días o más.

El equipo evaluó casi 1.000 casos de pacientes con diversas manifestaciones de covid-19 en la piel, como erupciones de urticaria, papuloescamosas e inflamación de manos y pies. La persistencia de estas condiciones se extendió desde los 12 hasta los 130 días, dependiendo del caso. «Nuestros hallazgos revelan un subconjunto no reportado previamente de pacientes con síntomas cutáneos de larga duración por covid-19, en particular aquellos con ‘pies de covid’», dijo el hospital en un comunicado. Y añadieron: «La piel es una ventana visible potencial a la inflamación que podría estar ocurriendo en el cuerpo».

En abril 2020, un estudio publicado en el British Journal of Dermatology por investigadores españoles describió las lesiones en la piel de 375 pacientes con covid-19. La más frecuente en la serie estudiada, con el 47% de los casos, fue el de unas ronchas de forma y extensión muy variables, algunas parecidas a las que salen cuando nos pican los mosquitos o las pulgas, otras como múltiples manchitas rojas diseminadas, según explicó el Dr. Elmer Huerta, especialista en salud pública y colaborador de CNN.

Efectos psicológicos duraderos

El estudio que siguió a 1.700 pacientes de covid-19 en China por seis meses también encontró que el virus podría tener complicaciones psicológicas duraderas, con ansiedad o depresión en el 23% de los participantes. En ese sentido, los hallazgos de esta investigación sobre fatiga, dificultades para dormir y ansiedad o depresión encajan con estudios anteriores sobre pacientes que tenían un coronavirus relacionado que causó el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003 y 2004, según los investigadores chinos. Además, la depresión fue uno de los síntomas a largo plazo que registraron los CDC sobre el covid-19.

Otros síntomas que pueden persistir tras tener coronavirus

Como el coronavirus aún representa un enigma para la ciencia, hay síntomas a largo plazo sobre los que no se ha indagado en profundidad como los ya mencionados. Según la OMS, los CDC y la Clínica Mayo a la lista se suman:

Dolores de cabeza y cuerpo
Dolor en las articulaciones
Diarrea, náuseas
Dolor de pecho o abdominal
Latidos rápidos o fuertes del corazón
Erupciones o pérdida del cabello

Lo primero, por supuesto, es buscar ayuda médica y confirmar el diagnóstico de covid-19, en caso de que no lo hayas hecho. Por otro lado, el Dr. Sandrock, de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Davis, habla de un tratamiento que es consistente: el cuidado de apoyo. Según dice, esto involucra vivir mejor y una mayor calidad de vida. «Significa que realmente necesitas dormir. Dormir va a importar muchísimo», aseguró. Y añadió que la reducción del estrés, la meditación y el yoga también pueden ayudar.

Sandrock dijo que los pacientes necesitan ajustar su vida a un ritmo menos estresante y más calmado para permitir que el cuerpo sane. «Queremos que las personas sean realmente pacientes consigo mismos, que sepan que va a tomar mucho tiempo trabajar en eso», recomendó.

En la misma línea, la Dra. Allison Navis, del Mount Sinai, detalló que los pacientes deben dormir lo suficiente y cuidar su salud mental. También advirtió que para quienes experimentan fatiga, deben tomarse el ejercicio con calma. «No hagas nada que lleve a que te sientas peor después».

Problemas a largo plazo a los que debes prestar atención

Los CDC señalan que las «complicaciones más graves a largo plazo parecen ser menos comunes, pero se han notificado algunos casos». Justamente porque el covid-19 no solo afecta los pulmones, sino que apunta a varios órganos del cuerpo. Estas son las condiciones que enumeran los CDC:

Cardiovasculares: inflamación del músculo cardiaco
Respiratorias: anomalías en la función pulmonar
Renales: lesión renal aguda
Dermatológicas: sarpullido, pérdida de cabello
Psiquiátricas: depresión, ansiedad, cambios de humor
Neurológicas: gusto, olfato, problemas para dormir, concentrarse y memoria
Sin embargo, la agencia señaló que aún «se desconoce lo que implican estos efectos en el largo plazo» y se necesita mayor investigación. «Hay estudios en curso que durarán varios años para investigar en mayor profundidad», indicó. Un punto en el que también insistió la OMS, pues explicó que se conoce «muy poco sobre la evolución en el tiempo de las personas afectadas por el covid-19».

A las condiciones a largo plazo que puede causar el covid-19 en los órganos, la Clínica Mayo suma efectos en el cerebro como «accidentes cardiovasculares, convulsiones, y el síndrome de Guillain-Barré, una afección que causa parálisis temporaria». Además, señaló la institución, el covid-19 puede aumentar «el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer». Así mismo, el virus puede llevar a que sea más posible que se formen coágulos en la sangre y generen problemas de los vasos sanguíneos. «Mientras que los coágulos grandes pueden causar ataques al corazón y accidentes cardiovasculares, se piensa que mucho del daño al corazón causado por el covid-19 viene de coágulos muy pequeños que bloquean los diminutos vasos sanguíneos (capilares) en el músculo del corazón», explicó la Clínica Mayo. Y añadió que los coágulos pueden afectar otras partes del cuerpo como pulmones, hígado, riñones y piernas.

«Todavía no se sabe mucho sobre cómo el covid-19 va a afectar a la gente con el tiempo. Pero los investigadores recomiendan que los médicos vigilen de cerca a las personas que han tenido el covid-19 para ver cómo están funcionando sus órganos después de su recuperación», dijo la Clínica Mayo.

Sí, el nuevo coronavirus lleva más de un año propagándose por el mundo y cobrando millones de vidas, pero aún hay muchos aspectos que no conocemos del todo sobre el covid-19, incluidos los efectos a largo plazo en nuestro cuerpo y todos los síntomas que pueden persistir. Es un virus engañoso y nuevo en muchos sentidos.

Pero una investigación publicada el 19 de febrero en la revista médica JAMA Network Open arroja algo de luz sobre este enigma que se ha denominado «covid largo», «covid continuado», «síndrome pos-covid» o «síndrome pos-covid agudo». De manera simple, las personas contagiadas de coronavirus pueden sufrir síntomas o efectos a largo plazo… Sin importar la gravedad de la enfermedad que atravesaron cuando se contagiaron. «En algunas personas, algunos síntomas pueden persistir o volver a aparecer por semanas o meses luego de la recuperación inicial. Esto también puede ocurrirle a personas con una enfermedad leve», indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un documento publicado en septiembre de 2020. Además, la OMS detalló que la persistencia de los síntomas puede ocurrir independientemente de si se ha necesitado o no atención hospitalaria.

Entonces, ¿qué señales o síntomas indican que ya tuviste coronavirus y por cuánto se pueden prolongar? Esto es lo que sabemos hasta ahora.

Fatiga y dificultad para dormir

La fatiga es uno de los síntomas más comunes de la infección por coronavirus y también uno de los que más perdura, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). Una investigación publicada el 19 de febrero en la revista Jama Network Open encontró que más del 30% de los 177 participantes que siguió por 9 meses reportaron síntomas persistentes. La fatiga fue lo más común, junto a la pérdida del olfato o gusto. Todas las personas que participaron en este estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Washington, tuvieron covid-19 confirmado por pruebas de laboratorio. El 30% también informó una peor calidad de vida, en comparación con el momento anterior a contraer el nuevo coronavirus. Y el 8% de los participantes indicó que tenía problemas para realizar al menos una actividad cotidiana, como tareas diarias en la casa.

¿Cómo diferenciar síntomas de una gripe y el covid-19?

De manera similar, un estudio que siguió a más de 1.700 pacientes de covid-19 en Wuhan, el epicentro original de la pandemia en China, registró que el 76% sufrió al menos un síntoma meses después de ser dados de alta del hospital. ¿Los más comunes? Fatiga y dificultades para dormir, con el 63% y 26%, respectivamente, de los pacientes reportándolos medio años después de su diagnóstico inicial de covid-19.

«Cuando miramos a los síntomas a largo plazo… las grandes cosas que vemos son fatiga, letargo y trastornos del sueño. Y eso representa probablemente más de la mitad de lo que vemos», señaló anteriormente el Dr. Christian Sandrock a CNN. Sandrock es profesor de medicina en cuidados intensivos pulmonares y enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Califonia en Davis, California. También advirtió que muchos pacientes experimentan múltiples síntomas, y que estos pueden ser intermitentes.

Confusión o «niebla» mental
Los pacientes que sufren de efectos a largo plazo del covid-19 enfrentan, en gran medida, una condición que se conoce como confusión o «niebla» mental, apuntó el Dr. Alfonso Hernandez-Romieu, miembro de los CDC, en conversación con CNN en enero. Esta confusión mental «se define como un deterioro cognitivo subjetivo leve, aproximadamente cuatro semanas después de la enfermedad aguda», explicó. En la misma línea, la Dra. Allison Navis, profesora asistente en la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Mount Sinai en Nueva York, señaló que la confusión mental «es un síntoma, no un diagnóstico. Y significa muchas cosas distintas para diferentes personas. Con frecuencia es una combinación de problemas de memoria a corto plazo, concentración o dificultad para expresarse».

En Wuhan, tres cuartas partes de los hospitalizados por covid-19 todavía tenían síntomas 6 meses después, según estudio
Y hay otro asunto relevante, según Navis. Esta confusión mental no parece tener una relación clara con la gravedad de la infección por covid-19, la edad u otros factores de riesgo. Según explicó, los médicos han observado estos síntomas en pacientes jóvenes ––tanto niños como adolescentes––, que tuvieron un coronavirus leve y eran sanos.

Dificultad para respirar, tos y pérdida del olfato o gusto
Estos síntomas también son unos de los más indicativos de una infección de covid-19 y suelen persistir en los pacientes, tiempo después del diagnóstico inicial. En el estudio publicado en JAMA Network Open, la dificultad para respirar fue uno de los más comunes. Mientras que la tos y la pérdida del olfato o gusto aparecen en lo alto de las listas de la OMS y los CDC sobre los síntomas que pueden persistir.

«Nuestro análisis indica que la mayoría de los pacientes continúan viviendo con al menos algunos de los efectos del virus después de salir del hospital. Por lo que destaca la necesidad de atención después del alta, en especial para aquellos que experimentan infecciones graves. Nuestro trabajo también subraya la importancia de realizar estudios de seguimiento más prolongados en poblaciones más grandes», dice el comunicado del estudio que siguió a 1.700 pacientes de covid-19 en Wuhan.

Síntomas de covid-19 pueden durar meses 0:40
Señales en la piel
Un análisis del Hospital General de Massachusetts, publicado en octubre de 2020, encontró que algunas personas contagiadas de covid-19 tuvieron síntomas relacionados con la piel tiempo después de su infección inicial. Esas señales en la piel se podían extender por hasta 60 días o más.

El equipo evaluó casi 1.000 casos de pacientes con diversas manifestaciones de covid-19 en la piel, como erupciones de urticaria, papuloescamosas e inflamación de manos y pies. La persistencia de estas condiciones se extendió desde los 12 hasta los 130 días, dependiendo del caso. «Nuestros hallazgos revelan un subconjunto no reportado previamente de pacientes con síntomas cutáneos de larga duración por covid-19, en particular aquellos con ‘pies de covid’», dijo el hospital en un comunicado. Y añadieron: «La piel es una ventana visible potencial a la inflamación que podría estar ocurriendo en el cuerpo».

Síntomas del coronavirus: 10 indicadores clave y qué hacer
En abril 2020, un estudio publicado en el British Journal of Dermatology por investigadores españoles describió las lesiones en la piel de 375 pacientes con covid-19. La más frecuente en la serie estudiada, con el 47% de los casos, fue el de unas ronchas de forma y extensión muy variables, algunas parecidas a las que salen cuando nos pican los mosquitos o las pulgas, otras como múltiples manchitas rojas diseminadas, según explicó el Dr. Elmer Huerta, especialista en salud pública y colaborador de CNN.

Efectos psicológicos duraderos

El estudio que siguió a 1.700 pacientes de covid-19 en China por seis meses también encontró que el virus podría tener complicaciones psicológicas duraderas, con ansiedad o depresión en el 23% de los participantes. En ese sentido, los hallazgos de esta investigación sobre fatiga, dificultades para dormir y ansiedad o depresión encajan con estudios anteriores sobre pacientes que tenían un coronavirus relacionado que causó el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2003 y 2004, según los investigadores chinos. Además, la depresión fue uno de los síntomas a largo plazo que registraron los CDC sobre el covid-19.

El Director del Área Programática Esquel de Salud, describió cuáles son los síntomas que muchas veces no se tienen en cuenta y que tienen relación con el COVID

De acuerdo a lo que se informó por el Área Programática, entre el miércoles 17 y el viernes 19 se dará continuidad al Plan Detectar en Esquel, estrategia sanitaria de identificación de personas con síntomas de Covid.

Cabe recordar que esta estrategia se lleva a cabo con el objetivo de fortalecer la búsqueda de aquellas personas que presenten síntomas compatibles con la enfermedad y para evitar la propagación del virus.

Con respecto a cuáles son los síntomas a tener en cuenta para la detección del COVID, el Dr. Roberto Alonso, Director del Área Programática Esquel señaló «la gente está muy pendiente del cuadro febril, pero muchas veces no es el síntoma que predomina».

«Puede haber erupciones en la piel, vómitos diarrea, dolores musculares, decaimiento, rinitis, cefalea, que son los síntomas más comunes y que pueden darse acompañados de una fiebre no muy elevada (37.5° a 38°)», explicó Alonso. También destacó que si una persona tiene un síntoma compatible con COVID, no debe presentarse a trabajar y concurrir a un centro de salud donde se hacen los testeos. «El hecho de ir a trabajar siendo sintomático es un error, porque después todo el ambiente laboral tiene que ser aislado», señaló al respecto.

El Plan Detectar en Esquel

El Centro Operativo del Plan Detectar en Esquel funcionará esta semana en instalaciones del Centro de Encuentro del Barrio Badén (frente a la Escuela Provincial N° 210), durante los días miércoles 17, jueves 18, y viernes 19 de febrero, desde las 09:00 hasta las 13:00 horas. Las personas que tengan uno o más síntomas compatibles con la enfermedad deben acercarse a dicho lugar, donde el equipo de salud local realizará la prueba de diagnóstico específica para la determinación de la enfermedad. Es necesario que las personas asistan con barbijo o tapaboca/nariz y que respeten las medidas de bioseguridad indicadas por el personal sanitario.

Síntomas compatibles con COVID

  • fiebre de 37.5° o más
  • tos
  • dolor de garganta
  • dificultad para respirar
  • dolor muscular
  • pérdida del gusto u olfato
  • dolor de cabeza intenso
  • diarrea
  • vómitos

Fuente: Esqnotas

Un estudio realizado en Reino Unido reveló que el 60% de los contagiados de coronavirus no informó ningún signo en la semana previa a la realización del test.

Los hallazgos se basan en pruebas de hisopado y cuestionarios recopilados entre junio de 2020 y enero de 2021 a más de un millón de personas, como parte del estudio React dirigido por el Imperial College de Londres.

La prueba, llevada a cabo por los profesionales, reveló que los escalofríos, pérdida de apetito, dolores de cabeza y dolores musculares son síntomas adicionales relacionados con la contracción de Covid-19.

Tener cualquiera de los otros síntomas o los clásicos, ya sea solos o en combinación, se asoció con el virus, difundió Mirror.

Afirman que cuantos más síntomas mostraban las personas, más probabilidades tenían de dar positivo en la prueba.

Sin embargo, un 60% de las personas con coronavirus no informaron ningún signo en la semana previa que sean sometidas a la prueba.

Se estima que si se hiciera la prueba a todos los que presentan síntomas clásicos, se detectaría alrededor de la mitad de todas las infecciones sintomáticas.

Según el medio británico, si se incluyen los síntomas adicionales, esto podría pasar a tres cuartos de las infecciones sintomáticas.

El estudio en Reino Unido también reveló por ejemplo que la aparición de escalofríos se relacionó con la prueba positiva en todas las edades, mientras que se informaron dolores de cabeza en niños de cinco a 17 años.

La pérdida de apetito fue marcada más en las personas de 18 a 54 años, al igual que sucedió con los dolores musculares.

De acuerdo al estudio, los niños también tenían menos probabilidades de informar de fiebre, tos persistente y pérdida del apetito en comparación con los adultos.

La investigación puso el foco también en la nueva variante del coronavirus en el Reino Unido, identificada por primera vez en Kent, para ver si estaba relacionada con un perfil diferente de síntomas.

Ocurre que los síntomas autoinformados y los resultados de hisopados recopilados para el estudio fueron en noviembre y diciembre, cuando la variante representaba el 16% de las infecciones.

Por eso compararon los datos con otros recabados en enero, cuando el 86% de las infecciones sería de esta cepa del Covid-19. Si bien fueron muy similares, en los casos de enero la pérdida o el cambio en el sentido del olfato fue menos predictivo de tener el virus.

Caso contrario pasó con una nueva tos persistente que pareció más alta, de acuerdo con los hallazgos de la Oficina de Estadísticas Nacionales.

El Ministerio de Salud de Chubut reportó este martes 227 casos positivos de Covid-19, y tres fallecimientos. Autoridades sanitarias del Hospital de Esquel expresaron su preocupación por el incremento de casos en la zona cordillerana.

Entre los 227 casos positivos reportados este martes, 120 corresponden a Comodoro Rivadavia- Rada Tilly, de los cuales 68 casos son de días previos no informados en reportes anteriores. Un total de 8 casos se informaron en Sarmiento, 2 en Río Mayo, y 1 en Ricardo Rojas.

En Puerto Madryn se informaron 2 casos, 5 en Puerto Pirámides, 12 en Trelew, 1 en Rawson y 2 en Gaiman.

La ciudad de Esquel reportó 54 casos positivos, 39 durante el operativo Detectar. Mientras que se informaron 7 casos en Trevelin, 5 en Lago Puelo, 1 en Gualjaina, 5 en José de San Martín y 2 en Tecka.

En tanto, tres personas fallecieron en Chubut, 2 de Comodoro Rivadavia, un varón de 63 años sin comorbilidades, y un varón de 85 años con comorbilidades, y un fallecido de Trelew, varón de 75 años con comorbilidades.

Desde el Hospital de Esquel advierten que habría personas que habiendo experimentado síntomas compatibles con el Covid no se han realizado las pruebas para evitar el aislamiento. Esta preocupación crece en diversos ámbitos sanitarios, habida cuenta de abrupta baja en el número de contagios hacia la segunda semana de enero, a pesar del incremento de casos post festividades de fin de año.

Al cumplirse un año de los primeros casos de Covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre el “misterio de la covid larga”: son los efectos que deja el coronavirus en aquellas personas que si bien recibieron el alta padecen afecciones cardíacas, respiratorias y neurocognitivas, entre otras.

Según el primer acercamiento, el síntoma más frecuente parece ser el cansancio, pero también están el agotamiento tras un esfuerzo físico o enfermedad, dificultades para pensar con claridad, aliento corto, palpitaciones cardíacas y problemas neurológicos.

Algunos especialistas consultados por este diario prefieren no hablar de “secuelas” sino de “covid persistente”, como una nueva enfermedad; sin embargo, asumen que todavía resta tiempo y evidencia para ser tan categóricos. La gran advertencia que hacen los expertos es que las secuelas o la «covid larga» puede presentarse incluso en quienes cursaron de forma leve la enfermedad o también en personas jóvenes sin patologías previas. Y puede durar meses.

«No sabemos aún verdaderamente qué es la covid larga», advirtió Janet Díaz, responsable del equipo clínico a cargo de la respuesta al coronavirus de la OMS. Por el momento, advirtieron desde el organismo, sigue sin saberse por qué algunos enfermos de covid-19 muestran durante meses síntomas como un cansancio extremo, dificultades respiratorias o problemas neurológicos y cardíacos a veces graves. La OMS planea un seminario virtual para los próximos días en donde se reunirán médicos clínicos, investigadores y expertos para encontrar una definición de la enfermedad, darle un nombre formal y armonizar los métodos para estudiarlo.

Augusto Moiz, médico egresado de la UBA, actualmente trabaja en el seguimiento de pacientes recuperados de la covid y desde su experiencia señala: “Si bien es una enfermedad que en la mayoría de los casos evoluciona sin secuelas, existe un porcentaje de personas que las presenta y son de distinto tipo. Hasta el momento, no hay relación comprobada entre la magnitud del cuadro de la covid para quienes la cursaron y la existencia de problemas posteriores”.

En efecto, desde el punto de vista del especialista, el hecho de que un individuo tenga coronavirus de una manera leve no evita que las secuelas que padezca no puedan extenderse en el tiempo. “Si bien en los pacientes que conforman los denominados ‘grupos de riesgo’ existe una probabilidad mucho mayor de experimentar secuelas, no es un fenómeno que atañe solo a éstos. Estamos viendo, además, que la persistencia de los síntomas algunas veces duran semanas y otras se prolongan durante meses”, describe.

A tono con lo indicado por la literatura académica internacional, lo que Moiz observa de manera cotidiana es que muchos individuos recuperados siguen manifestando la presencia de fatiga y debilidad generalizada, dolores en las articulaciones y en el pecho, erupciones en la piel, pérdida de cabello y la persistencia en la pérdida del olfato y el gusto. Con lo cual, el alta de la covid no se traduce en un freno a la emergencia de este tipo de problemas que perjudican al funcionamiento normal del organismo. “La patología afecta al tejido pulmonar, de hecho, genera lesiones en los alveolos. Con el tiempo, esto podría evolucionar en algunas personas a problemas respiratorios. Los otros dos órganos más afectados son el corazón y el cerebro”, generaliza y luego especifica, va al detalle. “Con respecto al corazón, se puede generar una mayor predisposición a la formación de coágulos a nivel sanguíneo, que podrían conducir a insuficiencias cardíacas, infartos, o bien, a accidentes cerebrovasculares. Y en relación al cerebro, ya estamos viendo casos de pérdida de memoria, problemas de concentración y atención. Incluso, personas que comienzan a tener convulsiones cuando antes no tenían”, sostiene.

Jorge Geffner, doctor en Bioquímica e Investigador Superior del Conicet, comparte la perspectiva de Moiz y plantea: “Hay un porcentaje de gente, incluso de individuos jóvenes, que cursan la enfermedad de manera leve y luego enfrentan situaciones más complejas tras recibir el alta”. Después describe las diversas alteraciones que pueden emerger. “Están las de tipo cardíacas, básicamente, miocarditis inflamatoria, que luego cede con el correr de los meses; también se destacan desórdenes neurocognitivos, como cuadros de niebla mental, falta de concentración, problemas de memoria; y situaciones de cansancio, dolor en músculos y articulaciones que se pueden prolongar tras superar el cuadro agudo”, apunta.

Dentro de todas las mencionadas, la “niebla mental” representa uno de los fenómenos más reportados alrededor del mundo. Se trata de un síntoma cognitivo que, de acuerdo a la evidencia colectada a la fecha –como relatan los especialistas– podría asociarse a la pérdida de memoria, a problemas de concentración, mareos, dolor de cabeza y confusiones frecuentes. Las descripciones de los individuos que la afrontan son tan variopintas que, hasta el momento, cuesta definir a ciencia cierta en presencia de qué fenómeno se está. El virus invade el sistema nervioso central y periférico y desencadena una respuesta inflamatoria inmune y propia del organismo que puede contribuir a la emergencia de los síntomas neuropsiquiátricos. Hay diversos cuadros, desde encefalitis (inflamación cerebral) hasta enfermedades cerebrovasculares.

Es que, en contraposición a lo que se creía al comienzo, el Sars CoV-2 no solo afecta a los pulmones sino también a las neuronas. Ese concepto fue expuesto por un equipo de la Universidad de Yale que publicó un preprint en bioRxiv (aún no fue certificado por pares), un repositorio en línea de acceso abierto. Aún no queda muy claro cómo llega ni con qué frecuencia ataca al cerebro; pero según indican los especialistas a cargo del estudio, la obnubilación podría perjudicar las rutinas personales y laborales de aquellos individuos que sobrevivieron a la enfermedad e, incluso, en muchos casos, la atravesaron sin la presencia de síntomas evidentes.

Defensas que atacan 

Las secuelas que deja la covid no se vinculan tanto con los efectos que deja el virus sino con el grado en que se manifiesta la actividad del sistema inmune del propio cuerpo. “Muchos de los anticuerpos que se generan como respuesta para superar al Sars CoV-2 son capaces de atacar a nuestros propios tejidos, con lo cual, las defensas pueden ocasionar efectos deletéreos. A nivel molecular, esto explica un poco por qué algunos sujetos que resuelven el cuadro agudo y tienen su alta todavía no se sienten bien”, dice Geffner. Esta situación no es novedosa, por el contrario, puede advertirse en otras patologías infecciosas. “Cuando uno despierta una respuesta inmune antiinfecciosa, normalmente, no ataca tejidos propios; pero con infecciones virales y bacterianas, a veces, como estamos viendo con Sars CoV-2, nuestras propias defensas pueden atacarnos”, advierte el experto.

La ciencia requerirá de mayor evidencia para poder afirmar con cierto grado de certeza los efectos que la covid podría dejar en los cuerpos durante semanas y meses. Vale destacar, una vez más, que aunque parezca mentira, se trata de una enfermedad reciente y –si bien ya existen vacunas para intentar frenar su acelerada propagación– aún es mucho lo que se desconoce al respecto. Más allá de los debates discursivos –si se trata de “secuelas” o de “covid persistente”– el asunto, desde el punto de vista de Geffner, será comprender que “son manifestaciones que no guardan relación con la intensidad del cuadro inicial y se presentan luego de superado. No se sabe si duran semanas, meses o más tiempo, aunque lo bueno es que por lo que se está viendo tienden a superarse. Tampoco sabemos de qué dependen, no hay acuerdos sobre los porcentajes de gente que podría tener este tipo de problemas. Falta evidencia, mientras tanto, no hay que exagerar pero tampoco minimizar las secuelas”, afirma.

Además, cualquier intento de sistematización que parta de un organismo de salud nacional o internacional, deberá tener en cuenta que la caracterización de las secuelas y la recopilación de datos depende del método de diagnóstico, del seguimiento que se realice e, incluso, de la subjetividad del profesional que siga la trayectoria clínica de la persona recuperada de la enfermedad. “Pienso que podría haber un 10 o un 20 por ciento de individuos a los que les cuesta recuperarse pero no lo sabemos”, agrega Geffner. “Es todo muy reciente, es todo muy nuevo y, por el momento, tenemos más preguntas que respuestas”, remata Moiz.

Fuente: Página 12