El lingüista, intelectual y activista político estadounidense dialogó con Página 12 y no dudó en mostrar su rechazo absoluto a la posible elección del candidato republicano como así también se expidió sobre el golpe blando a Dilma Rousseff.
Entrevistado por la periodista Bárbara Schijman, para Página 12, Noam Chomsky planteó que apoyar la candidatura del magnate republicano no es otra cosa que «un grave error».
«La clase obrera masculina blanca que apoya a Donald Trump está cometiendo un grave error» ya que «las políticas que (Trump) propone son gravemente perjudiciales para los intereses de esa misma clase obrera y más allá de ella», afirmó Chomsky.
«Del lado republicano, el establishment ha sido capaz de destruir candidatos que surgieron de la base, como sucedió con Michele Bachmann, Herman Cain, Rick Santorum, y nominar a su propio hombre, Mitt Romney. Esta vez fue diferente. Ahora están atascados con un candidato que ellos mismos ven como una pesadilla. Del lado demócrata, Bernie Sanders ha tenido un éxito considerable en promover un programa al estilo del New Deal, el cual, de hecho, tiene un apoyo popular muy importante. Y, notablemente, lo ha hecho sin depender incluso de las concentraciones de poder económico privado para el financiamiento masivo que suele dominar el sistema electoral», argumentó el lingüista.
Y aclaró: «Trump no es un fascista. Apenas tiene una ideología coherente perceptible. Pero su movilización de sectores religiosos racistas, ultranacionalistas, y fundamentalistas religiosos, junto con un número importante de gente que está muy enojada y resentida por haber sido marginada a un costado mientras se diseñan políticas para enriquecer y potenciar a los ricos y poderosos, es un peligroso caldo de cultivo, que de alguna manera evoca a finales de Weimar, de modo similar a lo que escribió Stern mucho antes de que el fenómeno Trump trajera estas tendencias a la superficie».
En cuanto a Brasil señaló que se trata de un golpe blando y que «Dilma es una de las pocas líderes políticas que está aparentemente exenta de la acusación de actuar en beneficio propio. Los cargos en su contra son muy limitados, y no ameritan un juicio político, seguramente no a manos de una banda de ladrones, tal como ha observado incluso la prensa internacional» además planteó que «Estados Unidos está obligado a tomar en consideración los avances significativos en América Latina» como ocurrió con el acercamiento de Obama hacia Cuba.