Río Negro oleoducto regalías. El avance del oleoducto Vaca Muerta Sur, una de las obras más importantes para el desarrollo de la producción hidrocarburífera en Argentina, ha generado un nuevo foco de conflicto entre el gobierno de Río Negro y las principales petroleras que impulsan el proyecto.
El gobernador Alberto Weretilneck busca negociar un bono millonario que equivaldría al 1% del precio del petróleo transportado, argumentando que su provincia aporta el puerto de Punta Colorada y la «licencia social» para la obra, pero no recibe regalías directas como lo hace Neuquén.
El reclamo ha generado malestar en las compañías, que sostienen que el proyecto se presentó bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), impulsado por el gobierno nacional para garantizar estabilidad fiscal y atraer inversiones. Según señalan, Río Negro adhirió voluntariamente a este esquema y no realizó objeciones previas, lo que vuelve sorpresivo el pedido en esta instancia.
El oleoducto, cuya construcción costará entre US$ 2.500 y US$ 3.000 millones, permitirá transportar hasta 550.000 barriles diarios desde Vaca Muerta hasta la costa atlántica para su exportación. Está impulsado por un consorcio que incluye a YPF, PAE, Pluspetrol, Vista y Pampa Energía, con la posible incorporación de Chevron y Shell antes de fin de mes.
El reclamo de Río Negro, que implica un ingreso estimado de US$ 60 millones anuales, tomó por sorpresa a las empresas, que ya han comprado materiales y adjudicado la construcción a Techint-SACDE. Argumentan que aceptar esta exigencia abriría la puerta a nuevas demandas provinciales en el futuro.
La provincia, por su parte, mantiene la potestad de otorgar permisos clave para la construcción del oleoducto, lo que podría usar como herramienta de negociación para asegurar el cobro del bono, publicó #LA17.
El escenario se complica aún más porque las compañías llevan más de un año negociando con Neuquén un aporte adicional para infraestructura, lo que genera preocupación sobre un posible efecto dominó si aceptan la demanda de Río Negro.
Por el momento, las petroleras intentan cerrar un acuerdo en conjunto para evitar sentar un precedente y contener futuras exigencias de las provincias productoras.
La disputa pone en juego la viabilidad de una obra clave para convertir a Vaca Muerta en un polo exportador de crudo, en un contexto donde las empresas ya enfrentan presiones por la transición energética y la competencia de otros mercados.
Mientras tanto, Río Negro apuesta a una negociación directa con las compañías para lograr un acuerdo voluntario, ya que el RIGI impide la creación de nuevos impuestos sobre estos proyectos.