El Gobierno nacional oficializó una nueva prórroga en la actualización del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono
La medida, que forma parte del esquema fiscal vigente, debía aplicarse de manera trimestral siguiendo la inflación. Sin embargo, según C5N, la decisión apunta a evitar un impacto directo en el precio final que pagan los automovilistas.
Qué establece la prórroga para los combustibles
La resolución fue publicada en el Boletín Oficial mediante el Decreto 840/2025, firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Manuel Adorni y el ministro de Economía Luis Caputo. Allí se confirma que las actualizaciones pendientes correspondientes a 2024 y a los primeros tres trimestres de 2025 recién se trasladarán al surtidor a partir del 1° de enero de 2026.
De esta manera, el Gobierno vuelve a suspender el esquema de aumentos previsto originalmente cada tres meses, una estrategia que se viene aplicando para moderar el efecto inflacionario y evitar fuertes ajustes en los combustibles en un contexto económico delicado.
De qué se trata el aumento parcial previsto para diciembre
A pesar de la postergación general, el decreto establece una actualización limitada que sí se aplicará en diciembre de 2025.
Los valores definidos son:
- Impuesto a los combustibles líquidos: suba de $16,377 por litro.
- Impuesto al dióxido de carbono: incremento de $1,003 por litro.
En el caso del gasoil, los aumentos serán:
- $13,546 por litro para el gravamen general.
- $7,335 por litro para la alícuota diferencial en zonas específicas.
- $1,544 por litro correspondientes al impuesto al CO₂.
Según el texto oficial, este ajuste parcial busca sostener un sendero fiscal ordenado sin trasladar de manera brusca las subas acumuladas. “Para continuar estimulando el crecimiento de la economía a través de un sendero fiscal sostenible, resulta necesario diferir parcialmente los incrementos remanentes”, expresa el decreto.
Cuándo impactarán las subas acumuladas
Con la prórroga confirmada, el impacto total de los tributos acumulados no llegará al público hasta enero de 2026. Ese mes se integrarán las actualizaciones pendientes de 2024, junto con las correspondientes a los primeros nueve meses de 2025.
La decisión permite moderar el precio de los combustibles en el corto plazo, aunque deja programado un ajuste significativo para el comienzo del próximo año.
La postergación vuelve a colocar al impuesto a los combustibles en el centro del debate económico, en un contexto donde el Gobierno busca equilibrar recaudación y estabilidad de precios. Mientras tanto, los consumidores enfrentan aumentos parciales en diciembre y un incremento más fuerte ya pautado para enero de 2026.




