La primera ministra Kamla Persad-Bissessar confirmó la presencia de tropas estadounidenses en Tobago como parte de ejercicios conjuntos para reforzar la vigilancia y el control antidrogas en el Caribe.
La jefa de gobierno de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, admitió esta semana la presencia de marines estadounidenses en la isla de Tobago, luego de haberlo negado días antes. Según informó Infobae, los efectivos se encuentran en el Aeropuerto Internacional ANR Robinson, colaborando en la mejora de infraestructura como radares, pistas y vías de acceso para fortalecer la vigilancia frente al narcotráfico.
Ciudadanos locales reportaron la presencia de marines en hoteles y plataformas de seguimiento aéreo confirmaron el aterrizaje de aeronaves militares, lo que evidencia la operación estadounidense en la isla.
Ejercicios conjuntos y cooperación
Entre el 16 y 21 de noviembre, 350 efectivos de la 22 Unidad Expedicionaria de Infantería de Marina de EEUU participaron en ejercicios junto a la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago. Las maniobras se centraron en la interoperabilidad y la lucha contra organizaciones criminales en la región.
La primera ministra se reunió con el jefe del Estado Mayor de EEUU, Dan Caine, quien visitó Puerto España para dialogar sobre seguridad en el Caribe. Persad-Bissessar aseguró que durante el encuentro no se discutió el uso de Tobago como base para operaciones contra Venezuela y negó recibir solicitudes de apoyo militar en ese sentido.
Contexto regional y repercusiones
El despliegue estadounidense es el mayor en el Caribe en décadas y tiene como objetivo fortalecer la vigilancia antidrogas, según expertos. La medida coincide con que República Dominicana facilitó a EEUU el uso temporal de instalaciones aéreas para apoyar la campaña antidrogas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que sus fuerzas actuarán “muy pronto” en territorio venezolano contra presuntos narcotraficantes, aumentando la tensión regional. Autoridades trinitenses sostienen que la cooperación se limita a operaciones contra el narcotráfico, aunque aún no está claro si los radares y sistemas instalados podrían tener otros usos estratégicos.




