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La Asamblea General de la ONU votó este lunes una resolución que reclama a Rusia que asuma «las consecuencias jurídicas de todos los hechos internacionalmente ilícitos que cometa, en particular la reparación por todo perjuicio» por su invasión a Ucrania e insta a la conformación de un mecanismo internacional para la reparar los daños sobre todo de infraestructura civil.

La resolución fue adoptada por 94 votos a favor, catorce en contra -entre ellos los de Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Irán, Malí, Corea del Norte y Etiopía- y 73 abstenciones.

Desde que comenzó el ataque ruso a Ucrania, en febrero último, este es el cuarto texto que vota la ONU relativo a la invasión rusa. Como todos los de la Asamblea, no es vinculante, pero tiene la autoridad moral que le confiere haber sido votado por el órgano más democrático de la ONU.

La resolución fue impulsada por Canadá, Guatemala, Países Bajos y Ucrania y «recomienda» crear «un registro internacional de daños (…), pruebas e información» sobre los perjuicios alegados, informó la agencia de noticias AFP.

Exige, además, que Rusia «rinda cuentas por todas las violaciones al derecho internacional» y le reclama poner «fin al uso de la fuerza» y retirar «por completo y sin condiciones todas sus fuerzas militares» que estén dentro de las «fronteras (de Ucrania) reconocidas internacionalmente».

«Ucrania tendrá la ingente tarea de reconstruir el país y recuperarse de esta guerra. Pero esa recuperación nunca será completa sin un sentimiento de justicia para las víctimas» de la invasión rusa, remarcó el embajador ucraniano ante la ONU, Sergii Kislytsia.

Su par ruso, Vassily Nebenzia, criticó que la ONU «no tendrá ningún papel» en la creación de ese mecanismo, que será creado por «un grupo de países que decidirán su funcionamiento» y hasta subrayó que los fondos para las reparaciones saldrá «de los cientos de miles de millones de activos soberanos congelados y robados» por las sanciones de la comunidad internacional contra intereses de Moscú.

Aunque no es vinculante, la resolución «da cobertura política a los ucranianos para crear las condiciones a fin de obtener reparaciones de Rusia», dijo Richard Gowan, del grupo de análisis Crisis Group, a AFP.

Las reparaciones no están cuantificadas en la resolución, pero servirán para reconstruir viviendas, hospitales, escuelas, carreteras, puentes, vías férreas y el sistema energético, cuya destrucción fue uno de los principales objetivos de las fuerzas rusas.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, utilizó su rol de anfitrión del G20 para oficiar como mediador entre Ucrania y Rusia en una misión que no tuvo éxito, como lo refleja la ausencia del líder ruso, Vladimir Putin, de la cumbre que se realizará el próximo martes y el miércoles en Bali, pero que le permitió ganarse un lugar en la escena mundial y revitalizar la bandera del no alineamiento que su país impulsó en plena Guerra Fría.

A fines de junio pasado, Widodo y su esposa realizaron un viaje de 11 horas en tren desde Polonia a Kiev para encontrarse personalmente con el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, e invitarlo a asistir a la reunión de las economías más importantes del globo.

Horas antes de adentrarse en el territorio en guerra, «Jokowi», como se lo conoce en su país, había participado en la cumbre del G7 en Alemania, donde mantuvo bilaterales con los otros líderes que asistieron y hasta se llevó un abrazo y sonrisas del presidente estadounidense, Joe Biden, con quien se reunió hoy en Bali.

A pocos días de ese gesto, el mandatario indonesio estrechó manos con Putin en Moscú, le entregó un mensaje de Zelenski, sin revelar nunca el contenido, expresó su voluntad de «poner en marcha» una comunicación entre ambos líderes para que «la guerra termine lo antes posible» y también invitó personalmente al jefe del Kremlin a la cumbre en Bali.

«Como anfitrión del G20, Indonesia no pretende desprestigiar a ningún miembro. Reconoce que, debido a las circunstancias actuales, tenía que equilibrar los intereses de los miembros, invitando no solo a Putin, sino también al presidente Zelenski», indicó a Télam Gilang Kembara, investigador del think tank Centre for Strategic and International Studies con sede en Yakarta.

«Teniendo en cuenta que la crisis entre Rusia y Ucrania es probablemente el mayor problema mundial en la actualidad, el hecho de que la cumbre del G20 sirviera como plataforma a la que asistan los líderes de los países en conflicto hubiera sido sin dudas un gran mérito de Indonesia», añadió en diálogo con esta agencia Lina Alexandra, titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la misma organización.

Un intento sin éxito

El esperado encuentro finalmente no ocurrirá: Putin no viajará a la cita en la turística isla indonesia, que además lo hubiera juntado por primera vez desde el estallido de la guerra en Ucrania con Biden.

La misión de Widodo no tuvo éxito, tanto en el objetivo internacional de elevar la relevancia de la cumbre organizada por su Gobierno con la presencia de Putin y Zelenski bajo un mismo techo, como en el doméstico, en el que intentó con sus diálogos reanudar las exportaciones de los granos ucranianos bloqueados en los puertos por la guerra.

Fue Turquía, también miembro del G20, y la ONU quienes mediaron para reiniciar la salida de barcos por el mar Negro, en un acuerdo que expira el 19 de noviembre y cuya continuidad Rusia pone en duda bajo el argumento de que las cargas no van a los países que más lo necesitan.

Indonesia no es hasta el momento uno de los grandes beneficiarios del pacto y eso es un problema para uno de los mayores importadores de grano ucraniano, especialmente el trigo, fundamental para el país que tiene la segunda mayor demanda mundial de fideos instantáneos en el mundo detrás de China.

Pero todos estos viajes sí le permitieron a Widodo ganarse un lugar en la escena mundial en su segundo y último mandato como presidente indonesio, con una actividad diplomática que incluyó además ser el primer jefe de Estado en visitar al presidente chino Xi Jinping tras los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing que se realizaron en febrero de este año, en una gira que incluyó reuniones con los líderes de Japón y Corea del Sur, todos miembros del G20.

La política exterior de Indonesia

Estas reuniones van de la mano del principio de una política exterior «libre y activa» que definió Indonesia desde su independencia de los Países Bajos en 1945, que implica relacionarse con otras naciones sin involucrarse en los conflictos de las potencias, y que una década más tarde le permitió ser uno de los primeros impulsores del Movimiento de Países No Alineados, formalmente creado en 1961 para propiciar la neutralidad de sus miembros en plena Guerra Fría.

«Podría decirse que nuestro dogma de política exterior de ‘libre y activa’ permite un grado de flexibilidad para comprometerse con cualquier país y líder mundial. Es más, en el contexto de la guerra ruso-ucraniana, esto permite a Indonesia dialogar con Rusia y Ucrania en igualdad de condiciones, sin ningún factor de restricción provocado por las diferencias de ideología o perspectivas», resaltó Kembara.

Ucrania denunció hoy que Rusia volvió a atacar con una multitud de «drones suicidas» a la capital Kiev -donde causaron al menos tres muertes- y a «cientos de localidades», muchas de las cuales quedaron sin electricidad por los daños sufridos en sus infraestructuras.

«Esta mañana, los terroristas rusos atacaron de nuevo las infraestructuras energéticas de Ucrania en tres regiones», lamentó el primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, que mencionó «cinco ataques con drones» en Kiev y «ataques con misiles» en Dnipropetrovsk (centro-este) y Sumi (noreste).

Periodistas de la agencia de noticias AFP en Kiev vieron drones sobrevolando un barrio central de la capital y cómo los oficiales de la policía les disparaban con armas automáticas, y también reportaron columnas de humo por las explosiones en toda la ciudad.

Sirenas antiaéreas sonaron poco antes de las explosiones, que ocurrieron hacia las 6,35 hora local (la 0,35 en la Argentina).

«El enemigo puede atacar nuestras ciudades, pero no logrará quebrarnos», afirmó el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien confirmó que «drones suicidas y misiles están golpeando toda Ucrania».

Uno de los bombardeos alcanzó un edificio residencial.

El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que el cuerpo sin vida de una mujer fue encontrado entre los escombros y que tres personas fueron hospitalizadas.

Sin embargo, el vicejefe de gabinete de la Presidencia ucraniana, Kirilo Timoshenko, dijo que las personas muertas fueron al menos tres.

«Por ahora el número de personas muertas como resultado de un ataque con drones kamikaze en un edificio residencial ha aumentado a tres», escribió en su cuenta de Telegram

Timoshenko añadió que 19 personas fueron rescatadas del edificio dañado en el céntrico barrio de Shevchenkivskyi.

Estos ataques se producen una semana después de que Rusia lanzó una masiva salva de misiles que duró dos días y que afectó a localidades en toda Ucrania, provocando cortes de electricidad y agua en todo el país.

«Parece que ahora nos atacan todos los lunes», dijo el taxista Sergi Prijodko, mientras esperaba fuera de la estación central de trenes de Kiev.

«Es la nueva forma de empezar la semana», dijo a la AFP.

Tras los ataques, el jefe de gabinete de la presidencia ucraniana, Andrii Yermak, indicó que el país necesita «más sistemas de defensa antiaéreas lo antes posible».

«Los rusos piensan que esto los va a ayudar pero solo muestra su desesperación», escribió.

El ministerio de Defensa de Kiev indicó que «en las últimas 13 horas» los militares ucranianos han derribado 37 drones Shahed-136 iraníes y tres misiles de crucero lanzados por Rusia.

La semana pasada Zelenski dijo que los drones iraníes estaban siendo desplegados por los rusos para atacar la infraestructura energética, aunque Teherán niega estar suministrando armas a Moscú para la guerra.

El 10 de octubre los misiles rusos atacaron Kiev y otras ciudades en la peor campaña de bombardeos en varios meses.

Estos ataques dejaron al menos 19 muertos y 105 heridos, y desataron indignación a nivel internacional.

Los ataques de Moscú se repitieron el 11 de octubre, aunque con una menor intensidad, golpeando infraestructuras energéticas en el oeste de Ucrania, lejos de la línea del frente.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que los ataques se dieron como respuesta a la explosión que dañó el puente estratégico que une a Rusia con la península de Crimea, anexada por Moscú.

El viernes, Putin expresó su satisfacción y dijo que «por ahora» no había necesidad de ejecutar más ataques contra Ucrania, y apuntó que Moscú está «haciendo todo bien» en la ofensiva, pese a algunos duros reveses.

En el sur de Ucrania, las tropas de Kiev se acercan hacia Jerson, que hasta ahora es la única gran ciudad ucraniana tomada por los rusos y que está al norte de Crimea.

La región de Jerson es uno de los cuatro territorios ucranianos que Moscú reivindicó como zonas anexadas.

Otra provincia que Rusia considera como territorio propio es Zaporiyia, aunque en su extensa superficie hay áreas dominadas por Ucrania.

La Guardia Nacional rusa anunció en Moscú que fuerzas de seguridad compatriotas detuvieron a 90 colaboradores del «régimen ucraniano» en Jerson y Zaporizhzhia en una semana.

«Los oficiales de la Guardia Nacional capturaron a 90 colaboradores del SBU (Servicio de Seguridad de Ucrania), el Ejército y las facciones nacionalistas en los territorios de las provincias de Jerson y Zaporiyia», dijo un portavoz del cuerpo a la agencia Sputnik.

Según el oficial, en una semana hallaron dos arsenales de armas ocultos con misiles antiaéreos portátiles, 15 sistemas antitanque con más de 90 misiles y más de 6.500 municiones de distinto calibre.

Un consejero de la presidencia ucraniana pidió este lunes que Rusia sea excluida del G20.

«Aquellos que dan órdenes de atacar infraestructuras críticas (…) y organizan una movilización general para cubrir el frente de cadáveres no pueden sentarse en la misma mesa que los dirigentes del G20», dijo el consejero de la presidencia ucraniana Mijail Podoliak.

Rusia «debe ser expulsada de todos los foros», agregó el consejero en Twitter.

Tras los ataques de la semana pasada, Estados Unidos anunció un nuevo paquete de asistencia militar por 725 millones de dólares, incluyendo sistemas lanzacohetes Himars.

Con esta nueva partida, el total de asistencia militar otorgada por EEUU a Ucrania suma los 17.600 millones de dólares desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero.

 

Una comisión de investigación de la ONU sobre Ucrania afirmó hoy que «se cometieron crímenes de guerra» en el país desde la invasión rusa de febrero pasado, durante una primera presentación del grupo de expertos que enumera bombardeos en zonas civiles, numerosas ejecuciones, tortura y malos tratos, y violencia sexual.

«Quedamos impactados por el gran número de ejecuciones en las regiones que visitamos. La Comisión investiga actualmente esas muertes en 16 ciudades y lugares. Recibimos acusaciones creíbles concernientes a más numerosos casos de ejecuciones, que estamos documentando», declaró el presidente de ese cuerpo, Erik Mose, durante una primera presentación, citado por la agencia de noticias AFP.

Estas acusaciones directas -poco comunes en la habitual prudencia de la ONU- recibieron el elogio de muchos diplomáticos aliados de Ucrania.

En una intervención por video, el representante de Ucrania, Anton Korinevich, calificó la presentación de los investigadores de «base importante» hacia el establecimiento de responsabilidades ante la Justicia, y recordó que su país reclama la creación de un tribunal especial para juzgar los crímenes rusos en Ucrania.

«Su presentación lleva a la reflexión sobre el alcance y la amplitud de esas atrocidades y su impacto duradero en la vida de decenas o cientos de miles de civiles inocentes, incluyendo niños», afirmó por su parte el embajador británico Simon Manley.

Mose denunció asimismo la utilización por parte de Rusia de «armas explosivas con un largo radio de impacto», sobre zonas civiles.

Los testigos brindaron relatos coincidentes de malos tratos y torturas, que fueron perpetrados durante su detención ilegal.

Algunas de las víctimas indicaron que, tras una primera detención por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, fueron trasladadas a Rusia y detenidas durante semanas en prisiones.

«Los interlocutores describieron palizas, descargas eléctricas y desnudos forzados, al igual que otros tipos de violaciones en esos lugares de detención», subrayó Mose, quien señaló que algunas víctimas trasladadas a Rusia habrían desaparecido.

La edad de las víctimas de violencias sexuales, subrayó la comisión, iba de cuatro a 82 años. Los investigadores de la ONU también recibieron información de casos de violencias sexuales. En algunos casos, familiares o allegados fueron obligados a presenciar esos crímenes.

El equipo de la ONU fue designado en mayo con el objetivo específico de investigar las violaciones de los derechos humanos cometidas por las tropas rusas en las región de Kiev, Chernigov, Jarkov y Sumy.

Dos meses antes, la comisión había sido lanzada por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para investigar las frecuentes denuncias de las partes en conflicto.

Durante sus investigaciones en esas cuatro regiones, la comisión visito 27 ciudades y localidades e interrogó a más de 150 víctimas y testigos, explicó Erik Mose.

Los cuerpos hallados tienen como características comunes señales visibles de ejecuciones, como las manos atadas por la espalda, heridas de bala en la cabeza o cortes en el cuello.

Rusia desmintió las acusaciones sobre violaciones a los derechos humanos y crímenes de guerra, aseguró que las mismas forman parte de la campaña de las potencias occidentales y aseguró que éstas siguen «el mismo guión que Bucha», aludiendo a la denuncia de asesinato masivo de cientos de civiles en la ciudad homónima a fines de marzo, que el Kremlin también calificó de «farsa».

El Kremlin sostiene que los crímenes de guerra viene de la contraparte ucraniana, y las vincula al «batallón de Azov» un grupo de ultraderecha que integra el panorama político y militar de Ucrania hace una década y que moscú tilda de «nazis»

En abril, el jefe del Comité de Instrucción de Rusia, Alexander Bastrikin, anunció que Moscú acusó a 92 miembros de las fuerzas armadas ucranianas de crímenes contra la humanidad, e inició otras 1.300 investigaciones por crímenes contra la población civil en el Donbass, la región industrial en el este de Ucrania que es actualmente el principal teatro de operaciones de la guerra.

Rusia siguió adelante este jueves con su mayor reclutamiento desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que Ucrania exigió un «castigo justo» por una invasión de siete meses que sacudió al mundo.

La orden del presidente Vladimir Putin de movilizar a otros 300.000 rusos para combatir intensifica una guerra que ya ha mató a miles, desplazó a millones, pulverizó ciudades, dañó la economía mundial y reavivó el enfrentamiento de la Guerra Fría.

El reclutamiento masivo puede ser el movimiento interno más arriesgado de las dos décadas de Putin en el poder, después de que el Kremlin prometiera que no sucedería y una serie de fracasos en el campo de batalla en Ucrania.

Las protestas contra la guerra en 38 ciudades rusas vieron a 1.400 personas arrestadas el miércoles, informó un grupo de monitoreo citado por la agencia Reuters.

Algunos recibieron citaciones para presentarse en las oficinas de alistamiento el jueves, el primer día completo de servicio militar obligatorio, dijeron medios de comunicación independientes.

«Toda persona normal está (preocupada), es horrible. Está bien tener miedo de la guerra y esas cosas», dijo un hombre, identificándose solo como Sergey, que desembarcó en Belgrado después de un vuelo desde Moscú.

La protesta de Ucrania en la ONU

Ucrania instó a las Naciones Unidas a crear un tribunal especial y despojar a Moscú de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU mientras se avecinaba un enfrentamiento diplomático el jueves en Nueva York.

«Se ha cometido un crimen contra Ucrania y exigimos un castigo justo», dijo el presidente VolodÍmIr Zelenski, vestido con su característica camiseta militar verde, a los líderes mundiales por video en la Asamblea General anual de la ONU el miércoles.

El Consejo de Seguridad no pudo tomar medidas significativas sobre Ucrania porque Rusia es un miembro permanente con derecho a veto, junto con los Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y China.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se enfrentará a sus homólogos de Ucrania y Occidente cuando el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, informen al consejo de 15 miembros más tarde el jueves.

El presidente francés, Emmanuel Macron, quien habló con Putin en numerosas ocasiones este año, dijo que el objetivo sigue siendo una paz negociada a pesar del «error» del servicio militar obligatorio.

Ataque con misiles

En tierra, el ejército de Rusia disparó nueve misiles contra la ciudad de Zaporiyia, alcanzando un hotel y una central eléctrica, reveló el gobernador regional Oleksandr Starukh.

Al menos una persona murió y otras quedaron atrapadas bajo los escombros, comentó.

Zaporiyia está a unos 50 km (31 millas) de la planta nuclear del mismo nombre.

Las fuerzas armadas de Ucrania comunicaron que Rusia lanzó en las últimas 24 horas ocho ataques con misiles y 16 ataques aéreos y disparó 115 misiles antiaéreos contra objetivos militares y civiles, principalmente en las áreas de Zaporiyia y Donetsk en el sur y el este, respectivamente.

Putin dice que Rusia está llevando a cabo una «operación militar especial» para desmilitarizar a la vecina Ucrania, librarla de nacionalistas peligrosos y defender a Moscú de la alianza militar transatlántica OTAN.

Kiev y Occidente llaman a las acciones de Rusia una apropiación de tierras imperialista sin provocación para reconquistar un país que se sacudió la dominación rusa con la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

Moscú niega haber atacado a civiles y describe las acusaciones de abusos contra los derechos como una campaña de difamación de las potencias occidentales con la intención de destruir una Rusia resurgente.

Putin también anunció medidas para anexar cuatro provincias ucranianas, alrededor del 15% del territorio ucraniano, y amenazó con usar armas nucleares para defender a Rusia, declarando: «No es un engaño».

Los líderes occidentales, incluido el presidente estadounidense Joe Biden, atacaron a Putin esta semana como «imprudente» y desesperado debido a una exitosa contraofensiva de Ucrania en los últimos días.

Ucrania extendió su control sobre el territorio nororiental recapturado a principios de esta semana mientras que sus tropas avanzaban más hacia las áreas abandonadas por Rusia, allanando el camino para un posible asalto a las fuerzas de ocupación en el corazón industrial de Donbass.

Intercambio de prisioneros inesperado

Rusia y Ucrania llevaron a cabo un intercambio de prisioneros inesperado el miércoles, el más grande desde que comenzó la guerra e involucró a casi 300 personas, incluidos 10 extranjeros y los comandantes que lideraron una defensa ucraniana prolongada de Mariupol a principios de este año.

“Ahora estamos fuera de la zona de peligro y de camino a casa con nuestras familias”, dijo uno de los liberados por las fuerzas rusas, el británico Aiden Aislin, en un video desde un avión publicado en las redes sociales.

Él y un compatriota suyo habían sido condenados a muerte por un tribunal en la región separatista de Donetsk, respaldada por Rusia.

En Uzbekistán, donde muchos se mudan o viajan a Rusia para trabajar, las autoridades advirtieron sobre el enjuiciamiento de los ciudadanos que se unen a ejércitos extranjeros. Rusia ofreció la ciudadanía por la vía rápida a quienes se inscribieran y Ucrania dijo que había capturado a uzbekos que luchaban por Putin.

Al menos seis personas murieron hoy y otras seis resultaron heridas en un bombardeo de Ucrania contra un mercado de Donetsk, informaron las autoridades separatistas que desde hace años controlan esa ciudad del este ucraniano.

«Según la información que tenemos, seis personas murieron y seis fueron heridas en el bombardeo del mercado Kryty», informó el alcalde de la ciudad, Alexei Kulmezin, en la aplicación de mensajería Telegram.

Medios divulgaron imágenes en las que se veía un colectivo calcinado y un cadáver en una vereda, entre cristales rotos, informó la agencia de noticias AFP.

Donetsk, de casi 1 millón de habitantes, es la capital de la provincia del mismo nombre, y desde 2014 está en manos de separatistas ucranianos que ese año se alzaron en armas contra el Gobierno de Kiev por considerar que los discrimina y les recorta derechos.

La provincia es una de las dos que forman la región minera e industrial conocida como Donbass, donde más personas hablan ruso que ucraniano. La otra es la vecina Lugansk, que queda más al este y es fronteriza con Rusia.

Antes de la invasión rusa de Ucrania, que comenzó en febrero pasado, más de 14.000 personas, según la ONU, murieron en el Donbass como resultado de una ofensiva lanzada por el Ejército ucraniano contra los separatistas.

La protección de los ciudadanos del Donbass de los ataques del Ejército ucraniano fue una de las justificaciones de Rusia para invadir Ucrania.

Antes de lanzar la ofensiva, Moscú reconoció la independencia de «repúblicas» proclamadas por los separatistas ucranianos en las partes de Lugansk y Donetsk que controlan.

Esos territorios, más otras dos provincias del sur de Ucrania contiguos a ellos y ocupadas por el Ejército ruso celebrarán desde mañana referendos de incorporación a Rusia.

En abril, el Ejército ruso, aliado con las milicias de los separatistas, inició una gran ofensiva en el Donbass por la cual estos últimos ampliaron las zonas bajo su control, que ahora abarcan virtualmente toda Lugansk y la mitad de Donetsk.

Las autoridades separatistas de Lugansk y Donetsk y las instaladas por Rusia en las provincias de Zaporiyia y Jerson dicen que los referendos de incorporación a Rusia son necesarios para defenderse de los ataques de Ucrania.

En un discurso transmitido este miércoles por televisión, el mandatario ruso anunció la movilización de reservistas y amenazó de forma velada con utilizar armamento nuclear en el conflicto en Ucrania.

Estados Unidos y la OTAN criticaron hoy la amenaza nuclear «peligrosa» e «irresponsable» hecha por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien se dijo dispuesto a usar «todos los medios» en la guerra en Ucrania, mientras que la Unión Europea (UE) consideró que los anuncios de movilizar reservistas decretados por el jefe del Kremlin ponen de manifiesto su «desesperación» ante la evolución del conflicto.

En un discurso transmitido este miércoles por televisión, Putin anunció la movilización de reservistas y amenazó de forma velada con utilizar armamento nuclear en el conflicto en Ucrania.

«Utilizaremos todos los medios de los que dispongamos para proteger a Rusia y a nuestro pueblo. Y estoy diciendo ‘todos los medios’ (…) Esto no es un bluf», insistió el mandatario ruso.

«Es una retórica irresponsable que una potencia nuclear hable de esa manera. Pero no es atípico por cómo ha estado hablando en los últimos siete meses y lo tomamos muy en serio», dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

En declaraciones a la cadena ABC, el funcionario estadounidense afirmó que Washington toma «en serio» estas amenazas y está monitoreando la «postura estratégica» de Moscú para modificar la propia en caso de necesidad, algo que no estaría sucediendo «de momento».

No obstante, Kirby advirtió que Estados Unidos está dispuesto a reaccionar al respecto: «Habrá graves consecuencias. No solo será cada vez más paria en el escenario mundial, sino que tendrá que haber graves consecuencias de la comunidad internacional», sentenció.

En la misma línea se expresó también el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, quien acusó a Putin de utilizar una «retórica nuclear imprudente» al referirse a la guerra en Ucrania.

«Esta es una retórica nuclear peligrosa e imprudente. No es nuevo, porque lo ha hecho muchas veces antes. (Putin) sabe muy bien que una guerra nuclear nunca debe librarse y no puede ganarse», dijo en un acto paralelo a la Asamblea General de la ONU que se celebra en estos días en Nueva York.

El líder de la alianza transatlántica alertó, asimismo, que el eventual uso de armamento nuclear «tendría consecuencias sin precedentes para Rusia», aunque explicó que la reacción de la OTAN «depende de qué tipo de situación y qué tipo de armas puedan usar», según consignó la agencia de noticias AFP.

«Lo más importante es evitar que eso suceda», sentenció Stoltenberg, quien aseguró: «Permaneceremos tranquilos y mantendremos nuestro apoyo a Ucrania»

Según el mandatario ruso, los adversarios de su país fueron los primeros en hacer un «chantaje nuclear».

«Me gustaría recordar a quienes hacen este tipo de declaraciones que nuestro país también posee varios medios de destrucción, algunos de los cuales son más modernos que los de los países de la OTAN», declaró Putin.

En respuesta, Stoltenberg apuntó que la respuesta de la alianza transatlántica dependerá de la situación y del tipo de dispositivo utilizado.

En tanto, desde la UE, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, consideró que los anuncios del presidente ruso sobre «falsos referendos, movilización militar parcial y chantaje nuclear son una grave escalada» en el conflicto en Ucrania.

«Amenazar con armas nucleares es inaceptable y un peligro real para todos. La comunidad internacional debe unirse para prevenir tales acciones. La paz mundial está en peligro», alertó el diplomático español en su Twitter.

Previamente, el vocero de Borrell había afirmado que los anuncios sobre la movilización parcial de reservistas rusos y los referendos de varias regiones de Ucrania para incorporarse a Rusia eran muestras de la «desesperación» del presidente ruso.

«El discurso del presidente Putin (de este miércoles) y los anuncios que hizo tanto sobre referendos como sobre la movilización parcial son sólo otra prueba de que Putin no está interesado en la paz (…) Esto es también otra señal de su desesperación», dijo Peter Stano.

Una opinión expresada también por el canciller alemán, Olaf Scholz, quien tildó estas iniciativas como un «acto de desesperación».

Hablando al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, Scholz insistió en que Rusia «no puede ganar esta guerra criminal» en Ucrania y que Putin «con sus decisiones más recientes empeora todo».

Los «referendos falsos» en cuatro regiones de Ucrania ocupadas por Rusia «por supuesto nunca serían aceptados» por la comunidad internacional, dijo el dirigente alemán, y, por lo tanto, «no serían una justificación» para la «intención» de Rusia de «conquistar la tierra de su vecino con violencia».

«En el mundo en que vivimos, la ley debe vencer a la fuerza y la fuerza nunca puede ser más fuerte que la ley», concluyó.

El papa Francisco denunció hoy las «salvajadas y monstruosidades» de la guerra en Ucrania, al recordar el relato que le hizo uno de los cardenales que envió a ayudar al pueblo ucraniano bajo invasión rusa desde el 24 de febrero, al tiempo que renovó su condena al posible uso de armas nucleares en el conflicto.

El Papa contó que el cardenal polaco Konrad Krajewski, titular del Dicasterio para la Caridad de la Santa Sede, le narró «el dolor» del pueblo ucraniano desde la sureña provincia ucraniana de Odesa, donde estuvo repartiendo asistencia.

«Quisiera hacer presente una terrible situación de la martirizada Ucrania. El cardenal Krajewski fue por cuarta vez y ayer me llamó, está ayudando en la zona de Odesa y cercanía y me contó el dolor de este pueblo», dijo.

Según Francisco, el cardenal, cuyo auto fue atacado a tiros la semana pasada, le narró «las salvajadas, las monstruosidades, los cadáveres torturados que encuentran» en la zona.

«Unámonos a este pueblo tan noble y mártir», convocó el Pontífice.

«No hay palabras, no hay lágrimas», planteó ayer Krajewski a la prensa vaticana desde Ucrania al describir la situación que encontró al recorrer ciudades azotadas por ataques de Rusia.

A fines de la semana pasada, el cardenal polaco fue alcanzado por los disparos, resultando ileso, mientras entregaba ayuda en la sureña provincia de Zaporiyia junto con otros dos obispos, uno católico y otro protestante, acompañado por un soldado ucraniano.

«Por primera vez en mi vida no sabía a dónde correr… porque no basta con correr, hay que saber dónde», reconoció el purpurado.

Fuentes vaticanas dijeron a Télam que el cardenal regresará hoy a Roma desde Kiev.

Durante la audiencia, en la que se dedicó a recordar el viaje que hizo la semana pasada a Kazajistán, Francisco destacó la decisión del Gobierno del país asiático de desmantelar el arsenal nuclear que había heredado de la Unión Soviética y pidió que no se usen en el marco de la guerra en Ucrania.

«En un momento en el que esta trágica guerra nos lleva a que algunos piensen en las armas nucleares, esa locura, este país ya está diciendo no a las armas nucleares”, resaltó el Pontífice.

Ucrania afirma haber retomado desde principios de septiembre unos 3.000 kilómetros cuadrados de territorio, principalmente en la región de Jarkov, información que Rusia no desmiente, pero aclara que no se trató de derrotas en el campo de batalla, sino de repliegues voluntarios estratégicos.

El Ejército ucraniano anunció este lunes haber retomado “más de 20 localidades” en las últimas 24 horas, en el marco de su contraofensiva contra el Ejército ruso en la guerra que ambas exrepúblicas soviéticas libran desde hace 201 días.

“La liberación de localidades en manos de invasores rusos continúa en las regiones de Jarkov y Donetsk”, en el este del país, dijo el Ejército en un informe.

“En toda la línea del frente, las fuerzas ucranianas han logrado expulsar al enemigo de más de 20 localidades” en 24 horas, añadió el reporte castrense, recogido por la agencia de noticias AFP.

“Durante su retirada, las tropas rusas están abandonando apresuradamente sus posiciones y huyendo”, dijo el Ejército en su informe.

Ucrania afirma haber retomado desde principios de septiembre unos 3.000 kilómetros cuadrados de territorio, principalmente en la región de Jarkov, información que Rusia no desmiente, pero aclara que no se trató de derrotas en el campo de batalla, sino de repliegues voluntarios estratégicos.

Varias regiones del este, el norte, el sur y el centro del país sufrieron ayer importantes cortes de electricidad, que las autoridades ucranianas atribuyen a ataques rusos

Cerca de Jarkov, la central térmica número 5, la segunda más grande del país, se vio afectada, indicó la presidencia ucraniana.

El suministro eléctrico se restableció rápidamente en algunas de las regiones afectadas.

En Jarkov se ha restablecido el 80% del suministro de electricidad y agua, declaró esta mañana en Telegram el jefe adjunto de presidencia Kirilo Timoshenko.

Ucrania dijo este jueves que la cifra de víctimas por el ataque de ayer a la estación de trenes de la sureña localidad de Chaplino se elevó a 25 muertos y 31 heridos, todos ellos civiles, incluyendo dos niños fallecidos y dos lesionados.

Rusia replicó también este jueves que el tren estaba lleno de militares que se dirigían desde la provincia de Dnipropetrovsk a zonas de combate en el este de Ucrania, y que el bombardeo, que fue con un misil, mató a más de 200 de ellos.

En París, en tanto, el jefe de los inspectores nucleares de la ONU, el argentino Rafael Grossi, dijo hoy que se estaba «muy, muy cerca» de un acuerdo con Rusia para realizar una inspección a una central atómica de Ucrania afectada por las hostilidades.

La central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, ha sufrido recientes ataques de los que se han acusado Ucrania y las tropas rusas que la ocupan, y Grossi ha advertido que un error de cálculo podría provocar un accidente atómico catastrófico.

Horas más tarde de las declaraciones de Grossi, autoridades instaladas por Rusia en regiones de Ucrania bajo su control dijeron que varias ciudades del sur ucraniano se quedaron sin luz debido a un ataque ucraniano contra la central de Zaporiyia.

El bombardeo a la estación de trenes de Chaplino llegó justo el Día de la Independencia de Ucrania de la ex-unión Soviética y luego de que Ucrania advirtiera durante varios días que Rusia preparaba una acción «particularmente atroz» en coincidencia con la fecha.

En Ginebra, la Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, urgió hoy al presidente ruso, Vladimir Putin, «a poner fin al ataque armado contra Ucrania», de cuyo inicio se cumplieron ayer seis meses.

«Seis meses increíblemente terroríficos para el pueblo ucraniano, en los que 6,8 millones de personas tuvieron que huir de su país. Millones de personas más se han visto desplazados dentro del país», declaró Bachelet, informó la agencia de noticias AFP.

La ONU dijo esta semana que ha podido documentar la muerte de por lo menos 5.587 civiles en Ucrania como resultado de la invasión, entre ellos unos 1.000 niños, además de 7.890 heridos, aunque reiteró que la cifras reales seguramente son mucho mayores.

La primicia del ataque en Chaplino, de 3.500 habitantes, fue dada anoche por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, mientras intervenía por video ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Según el mandatario, el bombardeo alcanzó cinco vagones de un tren de pasajeros, algunos de los cuales se incendiaron.

«Hoy Chaplino es nuestro dolor», dijo anoche Zelenski en su habitual mensaje nocturno a la nación.

Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y la UE condenaron hoy el ataque en sendas publicanos de Twitter.

«El ataque ruso con misiles a un tren de Ucrania lleno de civiles sigue un patrón de atrocidades», dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

«Junto con nuestros socios del mundo, continuaremos junto a Ucrania y buscando hacer responsables a las autoridades rusas», agregó.

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, advirtió que «los responsables tendrán que rendir cuentas».

«La UE condena firmemente otro ataque atroz perpetrado por Rusia contra civiles», escribió el español Borrell.

En Ucrania, en tanto, tres personas murieron y otra resultó herida en ataques rusos en la oriental provincia de Dontesk, que desde hace varias semanas es escenario de algunas de las hostilidades más intensas, informó hoy su gobernador, Pavlo Kirilenko.

También hubo bombardeos rusos anoche contra Nikopol, una ciudad de Dnipropetrovsk ubicada al otro lado del río Dniéper con respecto a la planta nuclear de Zaporiyia, dijo el gobernador provincial Valentin Reznichenko.

Ucrania dice que los bombardeos contra Nikopol son lanzados por las tropas rusas que ocupan la central nuclear de Zaporiyia. Rusia dice que no tiene tropas ofensivas desplegadas en el lugar y que Ucrania bombardea las instalaciones casi todos los días.