Los casos de coronavirus en Francia volvieron a dispararse en apenas un día al registrarse 2.238 nuevos contagios y 22 muertes en las últimas 24 horas, cifras que la Agencia de Salud Pública difundió pocas horas después de que el Gobierno anunciara el uso obligatorio de tapabocas en los centros de trabajo con financiamiento empresarial.
El organismo precisó en su página web que con estos datos se eleva a 30.451 el total de fallecimientos desde el inicio de la epidemia y a 221.267 el de contagios.
La tasa de positivos se situó al alza hasta alcanzar el 3% del total de los test realizados, una décima más que el nivel comunicado ayer, y también aumentó el número de focos activos, con 27 en un día, hasta los 273.
En cuanto a los pacientes hospitalizados, un indicador que algunos científicos consideran más fiable para el seguimiento de la Covid-19 porque no depende tanto del número de pruebas o a qué grupos se efectúan, hubo un descenso neto de 102, hasta los 4.823.
La cifra de ingresados en unidades de cuidados intensivos se mantuvo prácticamente estable, con cuatro menos en un día, hasta los 380, añadió la Agencia de Salud Pública, que señaló que 28 de los 104 departamentos franceses están en una situación de vulnerabilidad moderada o elevada.
Pocas horas atrás, el Ejecutivo había anunciado que impondrá el uso de barbijos en los centros de trabajo, salvo en contadas excepciones, como los espacios individuales, y que serán las empresas las que paguen el equipamiento de protección.
«Hemos decidido sistematizar la mascarilla en los espacios cerrados colectivos» dado el riesgo de contagio por el aire, explicó a la prensa el secretario de Estado de Salud en el Trabajo, Laurent Pietraszewski.
Eso incluye, entre otros aspectos, las oficinas compartidas -aunque se hayan instalado placas de separación-, las salas de reunión o los pasillos, señaló tras una videoconferencia presidida por la ministra de Trabajo, Elisabeth Borne, en la que participaron sindicatos y patronales, citaron medios locales y la agencia de noticias EFE.
En los próximos días se actualizarán los protocolos laborales de seguridad sanitaria que se habían publicado inicialmente el 3 de mayo, antes del comienzo del desconfinamiento para que las nuevas reglas se apliquen desde el 1 de septiembre, agregó.
El teletrabajo seguirá siendo «una práctica recomendada» para, entre otras cosas, intentar evitar el uso masivo del transporte público en las grandes ciudades cuando el mes próximo comience el curso escolar.
El funcionario subrayó que el uso de tapabocas no eximirá de aplicar otras reglas básicas de seguridad sanitaria, en especial el distanciamiento físico, lavarse las manos, limpiar el mobiliario y el material o airear las áreas de trabajo.
Desde el fin del confinamiento entre el 20 % y el 25 % de los focos de coronavirus han aparecido en las empresas.
El Ministerio de Trabajo remarcó que el costo financiero de las mascarillas que se deban utilizar durante la jornada laboral correrá por cuenta de las empresas.
«Desde el momento en que son obligatorias, las empresas deben proporcionarlas», insistió.