María Bottini, es la fiscal que está a cargo de la investigación de un caso un tanto particular. Augusto Ferrari, profesor de derecho de la Universidad Nacional de San Juan Bosco de la Patagonia, sede de Esquel, fue denunciado por acoso sexual, supuestamente perpetrado el año pasado… pero no sería el único funcionario.
Augusto Ferrari además de ser docente es fiscal anticorrupción de la delegación cordillerana. El mencionado opera dentro de la órbita de la Legislatura y su función es velar por la prevención e investigación de toda conducta irregular e ilegal en lo atinente a los deberes del funcionario público, por lo tanto sería un hombre –muy- respetado por Miquelarena y sus secuaces, no vaya a ser que Ferrari un día de estos empiece a investigar a la gente del procurador en la zona andina, para “Joly” sería primordial tenerlo “entre algodones” a este hombre.
Augusto Ferrari, profesor denunciado y fiscal anticorrupción de la delegación andina.
María Bottini, la titular de la -agencia de violencia de género y delitos sexuales- del MPF y fiscal jefe encargada de investigar este caso no es cualquier funcionaria, es nada menos que la ahijada del jefe de fiscales, Jorge Miquelarena.
María Bottini, fiscal jefe de la sede MPF de Esquel, ahijada de Miquelarena.
La situación jurídica de Ferrari se vio seriamente comprometida cuando un grupo de alumnas presentó a las autoridades de la universidad, material que devela un presunto acoso sexual a través de mensajes “eróticos” de parte de Ferrari a las supuestas víctimas el año pasado, donde les habría ofrecido beneficios académicos a cambio de sexo. Lo primero fue un correo al decano de la universidad, pero tiempo después se presentó una alumna a denunciar en fiscalía y hasta ahora ya van 3 denuncias.
Aquello por lo que se lo denuncia a Ferrari no constituye un delito penal, sino contravencional por lo que no tiene pena de prisión sino mas bien la imposición de multas y el sometimiento del sujeto que es culpable a talleres de formación en lo atinente al tema “violencia de género”, pero nada más que eso.
De una u otra forma, teniendo en cuenta el cargo que tiene Ferrari fuera del ámbito académico creemos que saldrá totalmente libre de todo esto.
Pero lo que realmente merece la pena investigar es ¿Quién sería el otro implicado?
Según nuestras fuentes se trataría de un fiscal general, un “soldado” de Miquelarena que también da clases en esa facultad y varias alumnas lo han señalado junto a Ferrari, pero María Bottini por alguna razón no lo nombra en los medios ni tampoco lo estaría investigando.
Ese fiscal sería Fidel González, fiscal general de Esquel.
Fiscal general de Esquel Fidel González, también profesor de la facultad de derecho de esa localidad. Presuntamente señalado por alumnas como un acosador sexual.
Se cree que a este fiscal, Bottini lo estaría protegiendo por órdenes de Jorge Miquelarena y sería por eso que en ningún momento se lo menciona.
Fidel González también da clases en la facultad de derecho y habría incurrido también en acosos sexuales hacia las alumnas.
Recientemente también estuvo contra la espada y la pared porque le habría pasado a su esposa las consignas del examen de un concurso de Fiscalía de Esquel, para que termine acomodada como fiscal. Así lo denunció el SITRAJUCH (gremio del Poder Judicial) a través de un comunicado.
El meollo de la cuestión radica en que la “especializada en temas de género” Bottini, podría estar protegiendo a los implicados, teniendo en cuenta la cercanía afectiva de la funcionaria con el procurador general y lo importante que sería Fidel para Miquelarena. No se ve muy discriminada la hipótesis de que la presunta “protección” se estaría llevando a cabo por órdenes del propio procurador.
Las presuntas víctimas estarían cansadas de denunciar a Fidel González como acosador, pero este aún así no aparecería en las denuncias ni en las manifestaciones públicas de Bottini.
Notas relacionadas:
• Miquelarena el defensor de los hijos del poder y el fiscal Rivarola
• Miquelarena cada vez más complicado por el faltante de 9 millones de un secuestro
• La “mano negra” de Miquelarena detrás de la detención irregular del abogado Romero