En las marchas, asambleas y redes sociales donde se defiende el agua suena la pregunta: ¿dónde está el ministro de Ambiente?
Hace casi dos semanas se anunciaba con bombos y platillos que Ambiente y Desarrollo Sostenible volvería, con un ligero cambio en su denominación, a tener rango de ministerio. No fueron pocos los que festejaron este nuevo estatus, que llegaba de la mano de Alberto Fernández y su flamante gabinete del Frente de Todos. Era Juan Cabandié el elegido para reemplazar al rabino Sergio Bergman en la cartera.
Hoy son muchos también los que se preguntan dónde está el ministro Cabandié en momentos en que la temática de crisis ambiental se expone con fuerza ante la avanzada de la megaminería en Mendoza y Chubut. Este lunes decenas de miles se congregaron frente a la Casa de Gobierno en la provincia cuyana para exigir que no se promulgue la modificación de la ley 7722, votada por senadores y diputados de la UCR y el PJ tras el pacto entre el gobernador radical Rodolfo Suárez y el presidente Fernández. La respuesta del gobernador Suárez fue la represión.
Cabandié no tuitea, no da entrevistas, no sabemos qué opina de que se puedan usar en minería sustancias tóxicas como el cianuro y el ácido sulfúrico, expresamente prohibidas por la ley 7722. Tampoco sobre la creación del Ministerio de Hidrocarburos en Chubut, donde la megaminería contaminante está prohibida desde hace diecisiete años tras una dura lucha de asambleas y vecinos. Ni de los reclamos de pueblos originarios de Jujuy, que ven cómo se avanza con la minería de litio, arrasando salares y agua de sus ecosistemas vitales.
La cuenta de Twitter del Ministerio de Ambiente está inactiva desde el 20 de diciembre en que se votó el aval a la megaminería, en sesión exprés en ambas cámaras mendocinas, a espaldas del pueblo y con un fuerte operativo represivo. Tampoco refieren al tema en su página web, que se encuentra «en actualización». ¿Estarán ya de vacaciones? Cómo saber.
El contexto para poner manos a la obra en su cartera no podía ser más oportuno: ecosistemas del país están siendo seriamente amenazados por la política extractivista sostenida y defendida por todos los Gobiernos desde la década del 90 en adelante. El propio presidente durante la campaña se había mostrado preocupado por la temática y hasta se permitió pronunciar “cambio climático” algunas veces.
Sin embargo, el miércoles 18, en un distendido almuerzo con empresarios de AEA junto a Magnetto, Rattazzi, Rocca y Pagani, entre otros, había anticipado con entusiasmo el “logro” de la ley para que “Mendoza se involucre en la explotación minera», lo mismo que Chubut, sin señalar que la población de ambas provincias dio duras peleas para que se prohíba esa actividad a cielo abierto. Y es que la entrega de bienes comunes escasos a multinacionales le parece a Fernández una “apertura inteligente al mundo” y una vía de desarrollo. No sorprende del presidente que pasó gran parte de la campaña elogiando el “modelo minero de San Juan”, que no es otra cosa que saqueo, pobreza y contaminación, con millones de litros de agua con cianuro y otras sustancias tóxicas en los ríos sanjuaninos.
No, @alferdez, lo único que se votó fue pasar por encima de una lucha histórica para permitir la contaminación con cianuro de las cuencas mendocinas. No nos abre al mundo, nos vuelve aun mas sumisos del imperialismo q en Brasil avanza en el amazonas y en Bolivia financió un golpe pic.twitter.com/a4MPSYnV0H
— Guada Oliverio (@guadaoliverio) 21 de diciembre de 2019
Y no nos engañemos: que Cabandié no hable ahora no significa que no tenga posición al respecto. Algunos indicios nos dio. Está a full, ya lo dijo, por promover el fracking en Vaca Muerta y la extracción de litio en salares jujeños, ambas prácticas resistidas por comunidades de Neuquén y Jujuy. “En tema minería hay que ser medidos”, alertaba casi una década atrás, cuando Cristina Fernández de Kirchner era presidenta y se codeaba con Peter Munk, CEO de Barrick Gold, un lustro antes de que la minera canadiense ocasionara lo que muchos señalan como el mayor desastre ambiental de la provincia, con el derrame de millones de litros de solución cianurada. “Sí a la minería cuidando el planeta”, decía. Descabellada la idea de “cuidar el planeta” mientras se contaminan con sustancias tóxicas los ríos vitales para población y ecosistemas o se derrochan millones de litros de agua, un bien escaso en provincias como San Juan y Mendoza, donde hay emergencia hídrica y se le pide a la población un consumo mesurado.
Habrá que tener paciencia. Pino Solanas y otros referentes sociales y ambientales ligados al Frente de Todos también se tomaron su tiempo para pronunciarse. Tal es el repudio social que en Chubut el PJ local tuvo que salir a delimitarse de los planes de Arcioni avalados por el presidente de la nación.
La orientación económica y social del Gobierno de Alberto Fernández, destinada a medidas para el pago de la deuda al FMI y los especuladores, tiene su correlato en prácticas extractivistas en desmedro del planeta en tiempos de crisis ecológica y climática global. Cabandié y Fernández son parte de los partidos del régimen que asocian entrega de «riquezas» y bienes comunes con la idea de “desarrollo”, poniendo el acento siempre en supuestas inversiones que beneficiarían al país con generación de trabajo y crecimiento económico sin considerar el balance con la naturaleza y el futuro de las próximas generaciones.
En contexto de endeudamiento y crisis económica, “las joyas de la abuela” se presentan bajo la forma de ríos, glaciares, campos, bosques, montañas, humedales y salares, por citar algunos ecosistemas que están siendo entregados para el saqueo y la contaminación de las multinacionales.
Mendoza y Chubut marcan el camino para resistir estos planes. Digan lo que digan los silencios de Cabandié y las palabras amistosas de Fernández con la megaminería contaminante, para el extractivismo no hay grieta. Y las caretas se caen con el peso de la realidad.