La empresa estadounidense Pfizer anunció este miércoles que su vacuna contra el coronavirus, elaborada junto a la farmacéutica alemana BioNTech, logró una efectividad del 95%, incluso en adultos mayores, un porcentaje superior al esperado y el mayor alcanzado hasta ahora de todos los proyectos en curso.
«Los resultados del estudio marcan un paso importante en este histórico viaje de ocho meses para presentar una vacuna capaz de ayudar a poner fin a esta devastadora pandemia», dijo este miércoles Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, que solicitará la autorización de comercialización «en unos días» a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
«Con cientos de miles de personas en todo el mundo infectadas todos los días, necesitamos urgentemente llevar una vacuna segura y eficaz al mundo», añadió Bourla.
Pfizer aseguró que la vacuna es efectiva de manera uniforme en todos los géneros, edades y etnias, con una efectividad «superior al 94%» para las personas mayores de 65 años.
El lunes, un alto funcionario de la operación gubernamental de vacunas, Moncef Slaoui, estimó que la FDA podría dar luz verde a la comercialización de la misma en diciembre próximo, según informó la agencia de noticias AFP.
Esta eficacia, de confirmarse en la población, colocaría a la vacuna entre las más efectivas del mundo, comparable a la del sarampión, y mejor que la vacuna contra la gripe, que recientemente solo fue efectiva entre 19 y 60%.
Los únicos efectos secundarios significativos que se observaron en más del 2% de los participantes fueron fatiga (3,8%) y dolores de cabeza (2%), lo que llevó a los fabricantes a decir que la vacuna es «bien tolerada».
Según explicó Pfizer, el estudio se realizó sobre 170 casos confirmados de coronavirus quienes, luego de 28 días de haber recibido la primera dosis, mostraron una respuesta positiva del 95%.
Para Ugur Sahin, cofundador de BioNTech, quien desarrolló la nueva tecnología en la que se basa la vacuna, el ARN mensajero, «este logro ilustra el potencial del ARN mensajero como una nueva clase de fármacos».
«Creo que las preguntas sobre la seguridad en general fueron respondidas», dijo Bourla, en una entrevista con The New York Times.
«Nuestro hito de seguridad ya se ha logrado, y ahora nos estamos preparando para las presentaciones», aseguró.
Bourla, sin embargo, precisó que aún no están seguros de cuán duradera será la protección de su vacuna ni tampoco cuántas dosis serán necesarias. Si bien se prevé que sea una, podría haber una segunda, en calidad de refuerzo.
Paralelamente, la biotecnológica estadounidense Moderna anunció el lunes que su vacuna contra la Covid-19 tenía un 94,5% de efectividad.
Las dos compañías pudieron acelerar sus ensayos en medio del crecimiento de la pandemia en Estados Unidos, y desde hace días compiten con comunicados de prensa sobre sus resultados favorables.
Pfizer y BioNTech dijeron que esperan producir hasta 50 millones de dosis de vacunas a nivel mundial en 2020 y hasta 1.300 millones de dosis en 2021, señaló AFP.
Se espera, en todo caso, que las suyas sean las dos primeras vacunas autorizadas en el país y en el mundo occidental. Otras están siendo desarrolladas en China y Rusia.
Estados Unidos, Europa, Canadá, Japón y otros países desarrollados ya han reservado cientos de millones de dosis de una o ambas vacunas. Pero hasta hoy, Moderna aún no firmó con los responsables de la Unión Europea.
De todas formas, existe una diferencia logística importante entre las dos vacunas: la de Pfizer es más complicada de distribuir porque debe transportarse a -70°C, frente a los -20°C de la elaborada por Moderna.
Argentina es uno de los países en donde se lleva adelante el ensayo clínico del proyecto de Pfizer y BioNtech.
El estudio se realiza en el Hospital Militar de Buenos Aires y está a cargo del investigador Fernando Polack, de la Fundación Infant, y tiene previsto probarla en 4.500 voluntarios.
Los ensayos, que tienen cada uno decenas de miles de participantes, son doble ciego, lo que significa que la mitad de ellos recibe una solución salina u otro placebo y los pacientes no saben qué tratamiento está recibiendo cada uno. En agosto, se vacunaron los primeros voluntarios en el Hospital Militar Central.
Según señaló Polack en ese momento, «muchas veces, si tenés el privilegio científico de participar en la evaluación de una vacuna, se contribuye a posicionar potencialmente mejor a tu país en la fila de espera de la distribución. De otro modo, hay que aguardar que -en caso de que la vacuna sea eficaz- la fabricación escale y esperar detrás de países con más fuerza comercial o estratégica».
Respecto de esta vacuna, el presidente Alberto Fernández explicó que “Pfizer se había comprometido a acercarnos dosis para que vacunemos a 750.000 personas en el mes de diciembre, y ahora ha demorado un poco esa entrega”
Sobre los motivos del retraso de la llegada de la vacuna afirmó que, “por cuestiones de protocolo, Pfizer se demoró, ahora está pidiendo una autorización de emergencia y es posible, si así fuera, que la podamos recibir en diciembre”.
El mandatario anunció, además, que convocó para el próximo lunes al Comité de Vacunación que integran los ministerios de Salud, Defensa y Seguridad, para «poner en marcha la logística de vacunación» contra el coronavirus, y ratificó que el gobierno espera «empezar cuanto antes, entre fines de diciembre y los primeros días de enero» con la aplicación de la vacuna.
Agregó que la vacunación comenzará «con el personal de salud, de seguridad, adultos mayores y personas con enfermedades prevalentes».
«Tenemos que vacunar a la mayor cantidad de argentinos posibles entre enero y febrero, y si eventualmente llega la segunda ola estaremos en mejores condiciones de enfrentarla», explicó el presidente.
Fuente: TELAM