El presidente estadounidense Donald Trump suspendió la reunión prevista con Vladimir Putin en Budapest.
Argumentando que no quiere un «encuentro desperdiciado» ante las profundas diferencias sobre la guerra en Ucrania.
El Fracaso de las Negociaciones Previas
La Casa Blanca archivó los planes para una segunda cumbre entre Trump y Putin después de que se hicieran evidentes las irreconciliables diferencias entre sus propuestas de paz. Un alto diplomático europeo declaró: «Supongo que los rusos querían demasiado y se hizo evidente para los estadounidenses que no habrá acuerdo para Trump en Budapest». La última reunión entre ambos mandatarios, celebrada apresuradamente en Alaska en agosto, no había arrojado resultados concretos, lo que motivó esta cancelación para evitar un escenario similar.
El Punto de Quiebre: La Línea del Frente
El principal obstáculo para un acuerdo es la negativa de Moscú. En concreto, se rechaza congelar el conflicto en la línea de frente actual. Previamente, Trump había respaldado una propuesta de alto el fuego junto a Kyiv y líderes europeos. De hecho, declaró: «Que se corte como está. Dije: corten y paren en la línea de batalla». Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que «la coherencia de la postura rusa no cambia». Es decir, Moscú exige la retirada completa de las tropas ucranianas del Donbás.
La Posición Ucraniana y el Rol Europeo
Volodymir Zelensky se reunió con Trump en la Casa Blanca y mantuvo una firme postura: Ucrania no puede ceder las partes del Donbás que aún controla, argumentando que Rusia las usaría como trampolín para nuevos ataques. Los líderes europeos emitieron un comunicado conjunto con Zelensky respaldando que cualquier conversación de paz debe comenzar congelando la línea del frente actual. El presidente ucraniano destacó que las conversaciones sobre el posible suministro de misiles Tomahawk a Kyiv fueron lo que obligó a Rusia a entablar diálogo, describiéndolas como una «fuerte inversión en diplomacia».
Las Demandas Maximalistas de Moscú
Sergei Lavrov, ministro de relaciones exteriores ruso, dejó claro que Moscú solo aceptaría una «paz duradera y sostenible», insinuando que congelar la línea del frente equivaldría solo a un alto el fuego temporal. Las demandas rusas incluyen el reconocimiento de su soberanía sobre el Donbás y la desmilitarización de Ucrania, condiciones que resultan inaceptables para Kyiv y sus aliados europeos. Esta brecha insalvable llevó a Trump a concluir que una cumbre en Budapest sería prematura y potencialmente contraproducente. Información extraída del medio BBC.