Los camiones de Chile que transitan por la Patagonia nunca detuvieron su paso. La cuarentena obligatoria en Argentina y el cierre de fronteras que rige desde hace más de un mes, no afectó la circulación de los transportes de mercancías que llegan hasta Punta Arenas, en el extremo sur del país trasandino.
La excepción establecida por el Gobierno nacional no está ajena a polémicas, sobretodo en Villa La Angostura, la ciudad neuquina ubicada a solo 42 kilómetros del paso fronterizo, que recibe el tránsito de camiones de carga por el medio de su ejido urbano. Un viejo reclamo que con la cuarentena por el coronavirus tomó mayor dimensión y llevó a la municipalidad a restringir la circulación de camiones extranjeros, que solo pueden pasar de noche, de 20 a 8.
Por las nuevas exigencias de aislamiento y prevención, los camioneros de Chile no pueden detenerse en ninguna ciudad argentina y tampoco bajar de la cabina. Si cargan combustible tiene que hacerlo sin descender y deben traer sus alimentos para todo el viaje desde su origen. Un convenio binacional dispuso paradores exclusivos a lo largo de la ruta 40.
Según publica hoy el diario Río Negro, en la región pueden detenerse solo en el paso fronterizo, a pocos metros del puente del río Limay, en territorio neuquino, y antes de El Foyel, en Río Negro. Sanitarios y duchas, recién tienen en Santa Cruz y no saben hasta cuándo estarán permitidos.
“Esto afecta a todos. La gente teme que los contagiemos porque venimos de Chile y nosotros también tenemos miedo, nos cuidamos mucho para protegernos y cuidar a nuestras familias”, dijo un chofer en alusión a algunas reacciones contrarias al paso de camioneros trasandinos.
En el camión, además del tapabocas, cada uno lleva alcohol en gel y toallas húmedas. “Me han tomado la temperatura más veces que cuando era guagua”, ironizó el conductor en alusión a los controles sanitarios que se realizan a los camioneros en diversos puntos del recorrido.
En Samoré además completan una declaración jurada y allí, al igual que en Muelle de Piedra en el otro extremo de Villa La Angostura, se desinfectan los camiones con agua y cloro.
“No nos podemos bajar en ningún lado y hay pueblos donde tenemos que estar parados una o dos horas esperando una escolta policial para poder pasar”, grafican.
Extrañan la carne argentina, habitual en los paradores de ruta a donde estaban acostumbrados a parar para comer.
A LA BAJA
“El trabajo bajó, hay fábricas que en Santiago están a media máquina y no tenemos tantos viajes. Eso afecta nuestros ingresos porque tenemos un sueldo base y el resto es un porcentaje de la vuelta”, cuenta Marco Delgado, este camionero que empezó como mecánico en su Panguipulli natal y luego tomó el volante, hace 14 años.
Los camioneros coinciden en un problema común que es que no les llega la información. “Es complicado cuando nos cambian las reglas del juego sin avisar, la falta de información nos afecta. Hay cambios de disposiciones y en cada provincia de Argentina, así como regiones de Chile tienen lo suyo, pero nosotros no tenemos cómo enterarnos porque llevamos dos o tres días arriba del camión”, relata Mauricio.
“Lo que menos queremos es tener problemas con la gente”, aseguran antes de emprender el viaje escoltados por la policía para acercarse al paso fronterizo.
Villa La Angostura, Dina Huapi y El Bolsón son las tres ciudades de la región por la que la ruta nacional 40 cruza su ejido urbano. En Bariloche la traza rodea la ciudad por una Circunvalación por lo que no deben ingresar los vehículos de carga.
En Villa La Angostura hay una resistencia al cruce de camiones chilenos desde hace años. Parte de la población reclama al Gobierno nacional que el paso Samoré, ubicado a solo 42 kilómetros de la localidad, sea solo de tránsito turístico pero no encuentra eco en su petición.
Con la cuarentena y el cierre de fronteras el malestar creció. El intendente Fabio Stefani dispuso una restricción horaria. Los camiones chilenos solo pueden atravesar la ciudad a partir de las 20 y hasta las 8 de la mañana, con acompañamiento de fuerzas de seguridad y previa desinfección de los vehículos.
A nivel municipal o provincial no se puede disponer el freno a los camiones trasandinos porque se trata de un acuerdo binacional y la traza de una ruta nacional. Solo una orden del Gobierno nacional podría impedir la circulación.
Los puntos de control y desinfección están en el paso Samoré para los que ingresan al país y en Muelle de Piedra para quienes provienen del sur y pretendan acceder a la ciudad. Allí bomberos arrojan agua con cloro.
El horario establecido para la circulación de camiones coincide con el aislamiento estricto de la población.
En Dina Huapi no hay disposiciones específicas para los camiones. “Tienen instrucciones de no parar y los inspectores municipales controlan que ningún camionero baje de la cabina ni se detenga en la ciudad”, explicó el jefe de Gabinete, Armando Capó.
El funcionario admitió que hay un “reclamo permanente de la población porque ven pasar muchos camiones a la tardecita o noche pero la realidad es que pasan todos juntos por el horario dispuesto en Villa La Angostura”, dijo y descartó que haya un incremento del tránsito de estos vehículos.
Capó consideró que la situación de Dina Huapi es diferente de La Angostura por la distancia de las viviendas de la traza por donde circulan los camiones.
En Bariloche no hay ninguna medida particular porque el paso de los camiones es por Circunvalación y es una zona donde no hay población próxima.
En El Bolsón, se dispusieron horarios de ingreso, de 9 a 16, previa desinfección de los camiones y constatación de que el conductor cumple con el certificado de circulación, las medidas de prevención y la libreta sanitaria. Los chilenos son escoltados por fuerzas de seguridad para atravesar el poblado.
Un convenio binacional permite desde la década del 70 el transporte en la ruta conocida como “Chile-Chile” que sale de Santiago, cruza por el paso Samoré y atraviesa toda la Patagonia por las rutas nacionales 40 y 3.