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Actualmente, la prueba consiste en realizar una biopsia, es decir tomar una muestra de células rasgando en el interior del útero, lo que a veces también requiere la inserción de un telescopio fino, según un estudio británico.

Científicos británicos anunciaron el viernes que han conseguido detectar el cáncer de útero con un sencillo análisis de orina, mucho menos doloroso e invasivo que las pruebas existentes en la actualidad.

Actualmente, la prueba consiste en realizar una biopsia, es decir tomar una muestra de células rasgando en el interior del útero, lo que a veces también requiere la inserción de un telescopio fino.

Se trata de un procedimiento doloroso, que el 31% de pacientes tiene que repetir debido a problemas técnicos o a un dolor intolerable que dificulta el examen.

Pero un equipo de científicos de la Universidad de Mánchester ha desarrollado una nueva herramienta de detección, basada en la recogida de orina o secreciones vaginales, que las mujeres podrían realizar ellas mismas en casa.

Según este estudio, publicado en la revista Nature Communications, el nuevo sistema diagnosticó correctamente al 91,7% de las mujeres que realmente tenían cáncer de endometrio, o cáncer del cuerpo del útero, que es distinto del cáncer de cuello uterino, detectado con una simple citología.

En el caso de las mujeres sin cáncer de endometrio, la prueba tuvo una eficacia del 88,9% para diagnosticarlas como negativas.

«Nuestros resultados demuestran que las células cancerosas del útero pueden detectarse en muestras de orina y vagina utilizando un microscopio», explicó la profesora Emma Crosbie, directora del estudio, citada en un comunicado.

Este método podría utilizarse para «detectar a las personas sospechosas de padecer cáncer de útero» y que sean examinadas en profundidad si la prueba resulta positiva.

«Las que den negativo estarán tranquilas sin tener que someterse a procedimientos desagradables, invasivos, que provoquen ansiedad y son costosos», afirmó.

Este «prometedor» estudio, en el que han participado hasta ahora 216 mujeres, 103 de las cuales sospechaban o sabían que tenían cáncer de útero, tendrá que ser «confirmado en el marco de un estudio más amplio», precisó esta experta en oncología ginecológica.

El cáncer de endometrio es el sexto cáncer más común en las mujeres, con un estimado de 382.000 nuevos diagnósticos y 89.900 muertes por la enfermedad en todo el mundo en 2018.

La mayoría de mujeres son tratadas a tiempo tras la aparición de los primeros síntomas -incluida la aparición de hemorragias después de la menopausia-, pero el 20% de quienes son diagnosticadas en una fase avanzada de la enfermedad sólo tiene un 15% de posibilidades de vivir más de 5 años.

Científicos alertan sobre el daño potencial que el coronavirus puede causar a la fertilidad masculina, efectos que podrían seguir afectando a la humanidad varios años después de que la pandemia disminuya.

Ante la creciente evidencia de disminución de la movilidad y cantidad de los espermatozoides y así como de daño testicular, los científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong de la provincia china de Wuhan han señalado la necesidad de una investigación urgente sobre las consecuencias a largo plazo que la infección de covid-19 tiene en la fertilidad masculina.

«Existe una necesidad urgente de rastrear a los varones con covid-19 durante su recuperación», sostienen el microbiólogo Yu Tian y el biólogo reproductivo Li-quan Zhou en su estudio sobre la invasividad del SARS-CoV-2 en los testículos y sobre los mecanismos por los cuales interfiere en la reproducción masculina, publicado en la revista Reproduction.

El SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad covid-19, ingresa al cuerpo humano a través de una enzima que está presente en numerosos órganos vitales, incluidos los pulmones, el corazón, los riñones y los intestinos. Esto nos hace susceptibles a un daño significativo a medida que el virus avanza por el organismo y comienza a replicarse sin control.

El receptor de la enzima puede existir en los sistemas olfativo, respiratorio, digestivo, circulatorio, neurológico y, potencialmente, incluso en los órganos reproductores masculinos. Varios estudios han encontrado la presencia del virus en muestras de semen de pacientes positivos para covid-19.

Científicos de la Universidad Justus-Liebig (Alemania) y la Universidad Allameh Tabataba’i (Irán) realizaron una investigación que muestra evidencia directa del daño a los testículos en pacientes con covid-19. En el estudio participaron 189 hombres de entre 20 y 40 años, 84 de los cuales padecían la enfermedad y 105 estaban libres de la enfermedad.

Las muestras tomadas mostraron que los marcadores de inflamación y estrés oxidativo en los espermatozoides de pacientes con covid-19 se incrementaron más de un 100 % en comparación con los del grupo de control. La concentración de espermatozoides se redujo en un 516 % y la movilidad en un 209 %.

«Estos efectos sobre los espermatozoides están asociados con una menor calidad de los espermatozoides y un potencial de fertilidad reducido», explicó el investigador principal Behzad Hajizadeh Maleki, científico deportivo de la Universidad Justus-Liebig en un estudio también publicado en Reproduction.

«Aunque estos efectos tienden a mejorar con el tiempo, se mantuvieron significativa y anormalmente más altos en los pacientes con covid-19, y la magnitud de estos cambios también se relacionó con la gravedad de la enfermedad», señaló.

Todavía son necesarias investigaciones más amplias para confirmar estos datos y poder valorar el impacto que el coronavirus podría tener en la fertilidad masculina a nivel global.

Fue a través de una carta abierta firmada por más de 150 científicos y trabajadores de la Educación y la Salud. Mencionan la “evidente falta de licencia social”, que se suma a que ni el Gobernador, el Vice o los diputados “prometió habilitarla en campaña”.

Denunciaron los “debates ficticios” y cuestionaron el “armado forzado, apurado e improvisado de exposiciones”. Repasaron que Chubut sin megaminería es las 4ª Provincia exportadora con una ínfima parte de la población del país, con lo cual la actividad “no va a modificar la crisis”. También señalan el impacto que tiene en las comunidades, en el ambiente, en las cuencas y principalmente en la salud.

A través de una carta abierta firmada por más de 150 trabajadores y trabajadoras de Ciencias, Educación y Salud, se advirtió sobre los impactos negativos del extractivismo megaminero en diferentes dimensiones, además de denunciar el contexto en el cual se pretende tratar un proyecto de Ley para habilitar la actividad.

El documento está dirigido a las máximas autoridades del Gobierno nacional y provincial, así como a la dirigencia política chubutense.

De esta forma, señalan que desde lo económico, “la megaminería no va a modificar la crisis socio-económica de Chubut (falta de trabajo y de divisas)”, ya que desde hace años nuestra Provincia es la 4ª que más exportadora de todo el país, a partir del petróleo, pesca, lana ovina y aluminio.

Chubut “está detrás de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, pero posee una ínfima parte de la población (1,2% del total nacional)”, lo que demuestra que “el problema no es la generación de más divisas, sino el sistema económico excluyente y destructivo”.

Por otra parte, remarcan que la “zonificación” que se intenta imponer “pone en riesgo cuencas de muy bajo caudal. El Río Chubut cuenta con un promedio anual de 47 m3 por segundo, frente a los 1.000 del Río Colorado o casi 800 del Río Santa Cruz”.

Un estudio advierte sobre la falta de agua en Chubut para los próximos años
En este sentido, “se esperan mermas del 30 al 40% en la producción de agua media anual en los próximos 50-80 años debido al cambio climático”, repasando además la cantidad de personas que dependen de esta cuenca, añadiendo que actualmente “localidades están sufriendo la falta de agua potable desde hace años”.

Otro de los aspectos sobre los que se llama la atención está relacionado con las comunidades y las relaciones sociales, ya que “estudios sociológicos de América Latina y Argentina han demostrado que la actividad tiene múltiples efectos negativos en la sociedad”.

“Es un negocio transnacional que requiere de la deslocalización de la mano de obra, promueve la pérdida de las identidades culturales, ejerce una influencia antidemocrática en la prensa y en el Estado, e inhibe el desarrollo de actividades económicas y culturales que no estén asociadas directa o indirectamente con esa industria”, repasaron.

Pan American Silver usa el caso de Chubut para insistir con la megaminería en otras partes del mundo
Además, “la explotación minera afecta la superficie terrestre, contamina el aire, los suelos, el agua superficial y los acuíferos, produce alteraciones en el microclima, afecta flora y fauna local y regional y genera impacto escénico durante y post explotación”.

En cuanto a la Salud de la población, menciona que la Sociedad Argentina de Pediatría ha advertido que la explotación megaminera “puede afectar gravemente la salud de las personas a corto, mediano y largo plazo”.

“Dependiendo del tipo de explotación y de los compuestos presentes en las voladuras, en el caso del plomo (en alta concentración en el Proyecto Navidad), los niños pueden absorben este metal 6 veces más que los adultos –con lo cual- pueden presentar pérdida de coeficiente intelectual, trastornos psiquiátricos, déficit de atención, diarreas, desnutrición, convulsiones e incluso la muerte en los casos más graves”, repasaron.

A esto, se le suman “los daños generados por los drenajes ácidos y los químicos utilizados en el proceso como xantatos y ácido sulfúrico, entre otros”.

De esta forma, denunciaron la “evidente carencia de licencia social, pese a la propaganda a favor realizada por funcionarios, sectores empresariales y gran parte de la prensa”.

Esto no solo quedó demostrado en el plebiscito de 2003 y con las dos Iniciativas Populares presentadas a la Legislatura, sino que “la dirigencia política, cuando compitió para representar a los chubutenses”, también dieron cuenta de la falta de licencia social.

“En 2019, Mariano Arcioni y Ricardo Sastre fueron electos gobernador y vice, por establecer como uno de sus pilares programáticos el rechazo a la megaminería. Algo similar ocurrió con los candidatos a diputados provinciales de todos los partidos, ya que ninguno prometió habilitarla en campaña”, recordaron.

En este sentido subrayaron que pese a los rechazos de los vecinos, las instituciones académicas, tecnológicas y sociales, el incumplimiento del Convenio 169 de la OIT; “la presión para habilitar el negocio minero (también) pretende pasar por alto el hecho de que también tiene estado parlamentario el 2º Proyecto de Iniciativa Popular, una forma de la democracia semidirecta que está estipulada en nuestra Constitución y que un Gobierno respetuoso a su pueblo debe atender”.

Megaminería: La IP y la Zonificación toman estado parlamentario este martes
Sobre el final, cuestionaron los “debates ficticios”, añadiendo que el proyecto presentado a la Legislatura (128/20) “no fue elaborado de manera participativa y democrática. No se consultó a las instituciones científicas y universidades, organizaciones socioambientales ni a comunidades de Pueblos Originarios”.

De ello es muestra que “los Ministerios de Hidrocarburos y Ambiente recurrieran al armado forzado, apurado e improvisado de una serie de exposiciones, vía teleconferencia cerrada, reunidas en una maratónica jornada de 5 días”.

Por todo lo expuesto, “sumamos nuestra voz a los demás sectores de la sociedad pidiendo al Gobierno que retire el proyecto de ‘zonificación’ y que en cambio, garantice un marco de respeto para el tratamiento de la 2ª Iniciativa Popular”.

Con Hensel, diputados y sindicatos, Gobierno hizo una exposición del proyecto minero
“Solo la aprobación de un Proyecto de Ley que prohíba la megaminería, en todo el territorio y en todas sus etapas, pondrá fin a un conflicto social que, de otro modo, sólo profundizará y alejará el eje principal de la discusión de fondo que tiene que ver con la generación de oportunidades sociales y económicas adecuadas al contexto local que viene siendo reclamada por las comunidades, desde hace décadas”, sentenciaron.

“En definitiva, pedimos que se respete al pueblo y la democracia”, concluyeron.

Radio 3 cadena patagonia

Distintos especialistas internacionales brindaron precisiones del motivo del extraño fenómeno. De acuerdo a sus cálculos el el 2021 será un año más breve de lo “normal”.

Según organismos como el Servicio Internacional de Sistemas de Referencias y Rotación de la Tierra (IERS), informaron que al igual que 2020, este año será más corto por una diferencia de milisegundos.

Esta organización informó que en 2020 la Tierra registró los días con el promedio de duración más corta desde la década de 1930.

LA EXPLICACIÓN

La duración de los días en la Tierra es igual a la duración del movimiento de rotación, o la vuelta que el planeta da sobre su propio eje.Un día terrestre o un periodo de rotación deben tardar en teoría 86.400 segundos, que son los segundos que hay en 1.440 minutos o en 24 horas.

“Hay algunos días en los que la Tierra es precisa”, comentó Graham Jones, astrofísico de Time and Date y agregó “pero esta medida siempre varía algunos milisegundos. Es decir, algunas veces el día dura un milisegundo más o uno menos”, explicó el experto.

Hasta 2020, el día más “corto” del que se tenía registro había ocurrido el 5 de julio de 2005, que duró 1,0516 milisegundos menos.

Fuente: El Comodorense

En el marco del programa nacional “Ciencia y Tecnología contra el Hambre” fueron presentadas 9 proyectos chubutenses de un total de 451 que se presentaron en todo el país.

La propuesta lanzada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Nación, responde a tecnología y producción de alimentos, tecnología para acceso al agua y saneamiento, y proyectos de investigación y desarrollo orientados, con potencialidad de integración a políticas públicas.

En este marco y a través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología, Innovación Productiva y Cultura del Chubut, los científicos chubutenses presentaron sus proyectos, los cuales serán evaluados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología que elegirá los más idóneos para poner en ejecución durante el 2021.

Las iniciativas seleccionadas recibirán un financiamiento por parte del Banco de Desarrollo de América Latina, a través de la Secretaría de Asuntos Estratégicos.

Nueve proyectos de Chubut

Florencia Urretavizcaya, científica del Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), presentó un proyecto sobre el manejo sustentable de la producción de frutos nativos patagónicos para el fortalecimiento de las economías locales y la agricultura familiar en nuestra provincia. También desde el CIEFAP, la científica Carolina Barroetaveña, presentó un proyecto sobre el aprovechamiento de hongos comestibles para la economía social de comunidades rurales Mapuches y Criollas vinculadas a Bosques Subantárticos.

“Modelado hidrológico participativo en el Valle Inferior del Río Chubut para una evaluación integral del uso del agua y la planificación estratégica del territorio”, es el nombre que le puso a su proyecto Ana Laura Liberoff. La investigadora pertenece al Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

Cynthia Cristina González, Investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”, presentó el proyecto “Cultivo hidropónico bajo cubierta, en suelos áridos, salinos y/o arcillosos del Chubut”.

Ximena González Pisani, del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CESIMAR – CCT CONICET – CENPAT), presentó “Optimización de un sistema acuapónico sostenible y evaluación del impacto ambiental generado por la escalabilidad productiva”.

“Plantas modulares para la producción local de alimentos a base de pescado” fue el presentado por Cecilia Castaños de la Facultad Regional Chubut – Universidad Tecnológica Nacional y Eduardo Miserendino del INTA, presentó “Huerta Segura, sistema modular de producción bajo cubierta organopónico”.

El ingeniero Gastón Arraiz, a través de la Universidad Nacional de Quilmes, presentó un proyecto sobre la Asistencia Técnica y transferencia de tecnología para la gestión integral y desarrollo sostenible de sistemas de producción de alimentos saludables basados en cadena de valores locales y regionales.

Pablo Oscar Rimoldi, de la Universidad del Chubut, hizo su proyecto con respecto al riego localizado con cinta enterrada y bombeo con energía fotovoltaica como adaptación al cambio climático, para organizaciones de pequeños productores de la agricultura familiar en Chubut.

Los proyectos fueron presentados por los distintos organismos del sistema científico tecnológico del Chubut, demostrando la calidad científica con la que cuenta la provincia.

Un total de 451 proyectos, que van desde la producción de alimentos con alto valor nutricional hasta el fortalecimientos de las economías regionales, fueron prresentados este miércoles en el marco del Programa “Ciencia y tecnología contra el Hambre” que impulsan las carteras de Ciencia y Técnica y de Desarrollo Social, informó la cartera de Ciencia.

Las 451 iniciativas provienen de grupos de investigación y desarrollo de todas las provincias del país pertenecientes a los siguientes organismos: Conicet (103), INTA (43), INTI (11), INA (3), Citedef (3), CIC (3), CNEA (1), 51 Universidades Nacionales (247 proyectos) y 13 Universidades Privadas (17), entre otras instituciones científicas y tecnológicas nacionales o provinciales.

Entre las temáticas se encuentran: producción de alimentos con alto valor nutricional, escalado de procesos productivos, tecnologías para la agricultura familiar, tecnologías para el acceso y uso del agua, innovaciones para el tratamiento de aguas residuales, sistemas de riego limpios y sustentables,

El ministro de Ciencia, Tecnología Roberto Salvarezza, aseguró que su cartera tiene que atender «todos los temas que necesita el país» y agregó que pese a la emergencia por el coronavirus» nunca descuidamos la otra emergencia que tenemos», en referencia al hambre en el país.

El subsecretario del Ministerio, Pablo Núñez, destacó por su parte que «el objetivo principal de la convocatoria fue focalizar las capacidades del científico-tecnológico para integrar el conocimiento y los desarrollos tecnológicos y sociales en soluciones para el acceso a la alimentación y al agua segura, así como al abordaje de la vulnerabilidad socio-ambiental».

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, destacó que «el Plan Argentina contra el Hambre es una convocatoria abierta a los diferentes sectores de nuestra sociedad para trabajar unidos en garantizar el derecho a la alimentación»

«Por eso, celebramos la gran convocatoria que tuvo esta iniciativa del ministro Salvarezza, que nos posibilitará sumar las capacidades y saberes de investigadores y académicos, especialmente por medio de la ciencia aplicada para potenciar la producción de alimentos en todo el país, generando más empleo y ayudando a bajar los costos de la canasta básica”, indicó Arroyo.

El 21 de diciembre pasado finalizó la primera convocatoria del Programa y durante los primeros días de enero, concluirá el proceso de análisis de admisibilidad y elegibilidad, a cargo del Ministerio de Ciencia y Técnica orientado a la validación de requisitos formales de la presentación

La publicación de los resultados prevé realizarse durante el mes de marzo, para que los proyectos seleccionados estén en plena ejecución durante el año 2021.

Las iniciativas seleccionadas recibirán un financiamiento por parte del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), a través de la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE).

Uno de los científicos que eligió retomar su trabajo en el país es José Alberto Fernández León Fellenz, de 46 años, quien dejó suelo argentino hace 14 años, y en los que se desempeñó en la Escuela de Medicina McGovern de la Universidad de Texas, en la Escuela de Medicina Baylor de Houston, y en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en los Estados Unidos.

El investigador es doctor en Ciencias de la Computación de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y doctor en Ciencias Cognitivas/Informática de la Universidad de Sussex en el Reino Unido.

«Me fui de la Argentina en 2006 para realizar mis estudios doctorales en el exterior, más precisamente en el Centre for Computational Neuroscience and Robotics (CCNR) de la Universidad de Sussex mediante una beca europea; quería adquirir cierto conocimiento teórico de cómo los sistemas neuronales con cierto parecido al cerebro biológico desarrollan comportamiento adaptativo pero robusto en el área de la ciencia cognitiva, y por eso decidí irme al CCNR que es un centro de excelencia en dicha área de investigación», dijo a Télam el científico.

«Mi campo de investigación abarca la Neurociencia de Sistemas, Neurociencia Computacional y Cognición, y dada mi curiosidad por entender cómo funciona el cerebro biológico, decidí realizar estudios postdoctorales en lo que se denomina ‘la neurociencia de sistemas'», explicó.

«Desde el 2011 me radiqué en los Estados Unidos y comencé a trabajar en la Escuela de Medicina McGovern de la Universidad de Texas y en la Escuela de Medicina Baylor en Houston en donde estudié cómo el sistema visual y la corteza prefrontal de primates no humanos procesa imágenes para la toma de decisiones en comportamientos cognitivos», dijo respecto de su trayectoria.

Posteriormente, se asoció a la Escuela de Medicina de Harvard (Universidad de Harvard) en Boston donde desarrolló estudios similares con roedores para entender cómo el cerebro de animales con autismo difiere de cerebros normales, detalló.

El investigador contó que en 2017 obtuvo el subsidio Milstein como parte del Programa Raíces para desarrollar una estadía corta y vincularse con institutos de investigación en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires en Tandil.

El siguiente paso fue «el subsidio de Retorno del Programa Raíces, luego de ganar por concurso un cargo de profesor adjunto, y de que me aprobaran la aplicación desde el exterior a la Carrera de Investigador de Conicet», relató.

El apego al país fue lo que lo decidió, entre otros motivos, a regresar ya que según Fernández León Fellenz «en cualquier otro lugar del mundo, por más que tengas un cierto éxito académico o laboral, sabés que ese no es tu lugar».

«Luego de trabajar en varias universidades e instituciones de Estados Unidos y el Reino Unido -continuó- te das cuenta de que el capital humano es lo que hace a una institución sobresalir del resto en cualquier área del conocimiento o aún en la industria, independientemente de donde uno se encuentre».

«Podría haberme quedado en Estados Unidos, pero decidí por la Argentina, incluso con los problemas que nosotros sabemos que tiene. Lo importante es ser positivo: el compromiso por el país y el deseo de transformación de esos problemas a través del conocimiento y el esfuerzo», consideró.

«Mi vuelta tiene que ver con esa visión a largo plazo y de relacionarme y formar grupos de personas que vean la oportunidad de construir en definitiva un país diferente, y que mi trabajo de investigación colabore con ello», enfatizó.

«Vuelvo con muchísimas experiencias compartidas con colegas de otras universidades y laboratorios del mundo y también lleno de expectativas, con el compromiso de desarrollar recursos locales y así lograr investigaciones líderes en el mundo en el campo de las neurociencias de sistemas, cognición y neurociencia computacional», precisó.

Voceros del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación informaron que la inversión realizada es de 3,6 millones de pesos «en concepto de pasajes y gastos de reinstalación».

Además de Fernández León Fellenz, en julio pasado regresó al país, desde los Estados Unidos después de tres años de estancia la doctora en Ciencias Químicas, Ana Sol Peinetti (32 años), que hoy trabaja en el CIC-Conicet-Imquimae.

En este mes de diciembre están previstos los retornos del doctor en Ciencias Químicas, Javier Jaldin Fincati (38 años), desde Canadá, donde emigró en 2015, y se relocalizará en el CIC-Conicet-Instituto de Patología Experimental de la UNSA; la doctora en Física, Josefina Alconada (34 años), desde Israel, adonde emigró en 2018, que se relocalizará en el CIC-Conicet-Instituto de Física de La Plata (IFLP) y la doctora en Biología Molecular, Sabrina Sánchez (39 años), desde los Estados Unidos (2013), que se reubicará en el CIC-Conicet-Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA).

Además, la doctora en Ciencias Químicas, Estefanía González Solveyra (37 años), desde los Estados Unidos (2013) se trasladará al CIC-Conicet-Instituto de Nanosistemas de la UNSAM, y la doctora en Ciencias Biológicas, Belén Garcia Fabiani (33 años), desde Estados Unidos (2017), quien lo hará en la empresa startup, CASPR BIOTECH, conformada por científicos del Conicet.

En marzo de 2021 será el turno del doctor en Ciencias Biológicas, Alejandro Buren (41 años), desde Canadá, adonde emigró en 2004, y se prevé su relocalización en el CIC-Conicet-Instituto Antártico Argentino.

El Ministerio de Ciencia y Tecnología relanzó el programa Raíces que busca incentivar el retorno de investigadores residentes en el exterior, por el cual se logró el regreso de 1.300 científicos hasta 2015, y es considerado por este Gobierno nacional como «emblemático».

El programa Raíces Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior (Raíces) «tiene muchas connotaciones, es emblemático. Tiene un componente simbólico, es parte del imaginario colectivo para nuestro sector de ciencia y tecnología ya que su creación significó un momento muy positivo para Argentina y dio la posibilidad a los profesionales de apostar a seguir su carrera en el país», aseguró el secretario de Planeamiento y Políticas de la cartera, Diego Hurtado, en un encuentro virtual este mediodía.

«Lo importante es pensar en este programa como un instrumento estratégico de políticas para la ciencia y tecnología. La repatriación fue un momento importante, ahora lo que queremos hacer supone dar un salto cualitativo en las capacidades del programa, que sea un activo fundamental para los próximos años», aseveró.

El programa Raíces tiene como propósito incentivar el retorno de los investigadores argentinos que residen en el exterior, sea para su relocalización en el país o para realizar estancias cortas de intercambio

El programa tendrá una nueva modalidad con mayor participación de los científicos argentinos radicados en el exterior y una simplificación del acceso a los subsidios para repatriar a los que deseen regresar a la Argentina.

Hurtado detalló que «hasta 2015 se había logrado repatriar a más de 1.300 científicos, y conectar a casi 300 investigadores que se encontraban residiendo en el exterior, mientras que en 2019 el Ministerio solo tramitó tres retornos de científicos».

En 2020, pese a la pandemia de coronavirus, se gestionó el regreso de ocho científicos, uno de los cuáles ya está reinstalado en Argentina, seis de ellos completarán su regreso este mes y el último volverá el primero de marzo.

Los científicos que volvieron este año para trabajar en el país en instituciones públicas y privada son Ana Sol Peinetti, que vuelve de Estados Unidos; Javier Jaldin Fincati, de Canadá; José Fernández León Fellenz, de Estados Unidos; Josefina Alconada, de Israel; Sabrina Sánchez, de Estados Unidos; Estafanía González Solveyra, de Estados Unidos; Alejandro Buren, de Canadá; y Belén García Fabiani, de Estados Unidos.

Estas repatriaciones tuvieron un costo estimado de unos 3,6 millones de pesos, ya que cada uno de los investigadores percibió unos 200 mil pesos para costos de traslado y otros 250 mil para su reinstalación.

«Es un proyecto que tuvo muchísimos logros, 1.300 investigadores que se integraron en los diversos grupos de investigación nacional. Lo más bajo fue el año pasado con solo 3 retornos, asociado a la baja de las políticas científicas de los últimos 4 años», aseveró Ana Franchi, presidenta del Conicet.

«Es importante el regreso de los jóvenes que se forman en el exterior. En un año tan complicado por la pandemia y las consecuencias económicas, se mostró una intención del Gobierno nacional para restablecer esta comunidad científica, que en la pandemia ha colaborado para enfrentar este virus», destacó.

Franchi sostuvo que «se necesita de una comunidad científica preparada, y los jóvenes que vuelven contribuyen a eso. Lleva muchos años, mucha inversión, no se construye de un día para el otro, por eso hay que darle oportunidades a los jóvenes, es fundamental poner a la ciencia de pie para poner al país de pie».

La jefa de Gabinete de la Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación del Ministerio, Diana Espñol, aseguró que cuentan «con la decisión política para generar un aumento sustancial en los subsidios para el retorno»

«Este programa es absolutamente virtuoso y tiene mucho para trabajar. Hasta diciembre de 2015 se jugó el primer tiempo, de 2016 a 2019 estuvo el entretiempo porque quedó detenido. Ahora podemos hacer el segundo tiempo para fortalecer los logros y sumar actividades», aseveró.

A través de un comunicado, la cartera científica nacional destacó que entre las novedades de este año está el diseño de un esquema de trabajo para hacer que las Redes de científicos argentinos en el exterior sean parte del proceso colectivo de construcción del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2030.

También adelantó que habrá otro esquema para generar en 2021 un trabajo interredes para que los científicos argentinos que se encuentran en diferentes países se conecten entre sí.

Además, el Ministerio de Ciencia inició un proceso de revisión colectiva de los Premios Raíces y Leloir, para hacerlos más participativos para todas las áreas temáticas e incluir la perspectiva de género.

Por otra parte, se impulsó la celebración de acuerdos con universidades, organismos e instituciones públicas que forman parte del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para promover los objetivos del programa.

El Programa Raíces tiene como propósito incentivar el retorno de los/as investigadores/as argentinos/as que se encuentran residiendo en el exterior, sea para su relocalización en el país o para realizar estancias cortas de intercambio.

Además busca fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas del país a través del desarrollo de políticas de vinculación con investigadores residentes en el exterior; promover la participación de los investigadores que se encuentran residiendo en el exterior en la construcción de la política nacional de ciencia, tecnología e innovación; impulsar la conexión entre investigadores que se encuentran residiendo en distintos países y difundir oportunidades internacionales de formación y desarrollo.

Científicos de universidades e instituciones públicas, como el Centro Nacional Patagónico, se manifestaron en contra de una norma para la minería impulsada por el gobierno de Chubut, a cargo de Mariano Arcioni. Enviaron una carta enviada a la Legislatura unicameral para expresar su oposición a la reactivación de la minería. La actividad minera está prohibida desde 2003.

El gobierno de Chubut había presentado el proyecto de Ley de Desarrollo Industrial Minero Metalífero Sustentable el 24 de noviembre, y la tensión social fue en aumento. En su carta, los científicos consideran que falta un debate profundo sobre el desarrollo social, ambiental y económico de la provincia.

“Consideramos que la Ley en cuestión provoca un grave sesgo en ese debate de largo plazo, pues sólo se plantea el desarrollo de una actividad y en un determinado territorio, sin considerar importantes desarrollos, muchos de ellos fuertemente vinculados con lo que hoy en día denominamos economía del conocimiento’, claramente impulsada desde el gobierno nacional”, señalaron.

Los científicos agregaron que “no hay procesos que logren el desarrollo sustentable si no están dadas las condiciones de participación para una construcción colectiva, libre acceso a la información, libertad para decidir, inclusión, equidad, cuidado del ambiente, diálogo, respeto y consensos”.

También hicieron hincapié en que no fueron invitados a los debates para la confección del proyecto y el debate previo a la discusión en la Legislatura.

“No hemos sido convocados de manera formal a realizar nuestro aporte y a participar de la discusión, ya sea en el seno del poder ejecutivo, o en el marco de su tratamiento parlamentario”, expresaron. Advirtieron que el conocimiento que poseen las instituciones científicas “no puede ser soslayado en el marco de tan trascendente debate legislativo”.

Tampoco los académicos dejaron pasar el descontento social que despertó la temática, luego de multitudinarias manifestaciones en contra en los últimos días. “Nos dan la certeza de que sin licencia social no hay comunidad que pueda tener un desarrollo sustentable”, aseguraron y enfatizaron: “No están dadas las condiciones para la aprobación de esta ley”.

El documento está firmado por Rolando González José, director del Centro Nacional Patagónico-Conicet; Diana Bohn, decana de la Facultad Regional Chubut de la UTN; Nicolás Ciano, director del Centro Regional Patagonia Sur del INTA; Carlos de Marziani, Rector de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco; Sebastián Li, Director de la Estación Experimental Agroforestal del INTA en Esquel; Pedro Bozzi, Director de la Estación Agropecuaria del INTA Chubut.

Desde el año 2003, a partir de la promulgación de la Ley 5.001, la minería está restringida en Chubut. Pero ahora el oficialismo intenta que el actual proyecto se apruebe sin necesidad de derogar aquella reglamentación.

La Ley 5.001 contempla la posibilidad de realizar trabajos de este tipo mediante la zonificación del territorio para “la explotación de recursos mineros, con la modalidad de producción autorizada para cada caso”. Esa producción se haría en los departamentos de Gastre y Telsen, una zona que representa el 16% de la superficie de la provincia.

El proyecto está siendo discutido por la Comisión de Recursos Naturales. Quienes defienden la ley argumentan que se generarían nuevas fuentes de trabajo, que se desarrollarían insumos y apoyo para los habitantes de la zona.

Fuente: Río Negro

En estas semanas, la autodenominada Red de Académicos por la Minería Sustentable, políticos afines a la megaminería, cuentas truchas en redes sociales y medios de comunicación promineros, estuvieron difundiendo un informe en el que bajo la firma del CONICET, se pretendía dar a entender que aquellas regiones del país que tienen emprendimientos de minería a gran escala, tienen mejores índices de calidad de vida.

Sin embargo, el viernes pasado, el autor del trabajo, el geógrafo Guillermo Velázquez, director del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales del Conicet, compartió una nota como réplica, en la que indica que el informe es falso y fue modificado intencionalmente para favorecer a las empresas mineras. El gobernador Mariano Arcioni y el ministro de Hidrocarburos, Martín Cerdá, además, utilizaron este informe trucho en una comisión de la Legislatura para defender su proyecto de zonificación.

Velázquez aclara en su réplica que el informe es exclusivamente sobre calidad de vida y no sobre minería, y que justamente el indicador ambiental considera a los desarrollos mineros como negativos.

Desde Voces por la Tierra, programa que se emite por Radio Nacional Esquel, hablaron con el director del instituto responsable del informe, quien explicó que la investigación fue ultrajada. “Usaron el sello del Conicet para poner todas la cosas truchas que dicen”, explicó: «nosotros somos geógrafos, trabajamos en temas de calidad de vida con un índice que combina indicadores socioeconómicos y ambientales, justamente uno de los indicadores que tomamos en contra no es solo la megaminería, sino la minería en general. De ninguna manera se puede decir que contribuye a mejorar la calidad de vida o el desarrollo”.

Velázquez explica que le enojó mucho la malversación: “jamás en todos los informes que tengo publicados expuse a favor de la minería (…) Si estos tipos hubieran tenido buena fe hubieran ido a la fuente completa, está disponible”.

Fuente: No a la Mina