La realidad espeluznante a la que se ha llegado en la India por el covid-19 ha sido calificada por algunos como un «genocidio». Los hospitales que no se dan abasto frente al aluvión de personas que necesitan tratamiento urgente y los dramas humanos difíciles de describir realmente han sido demoledores.
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“Un acto criminal”. “No menos que un genocidio”.
Genocidio, sí. Ni más ni menos.
Así calificó un alto tribunal en India lo que ocurre en su país estos días.
Y es que la realidad sigue siendo realmente traumatizante. A muchos periodistas nos recuerda lo que a veces hemos tenido que vivir cuando hemos cubierto guerras o, alternativamente, desastres naturales.
Una situación para muchos indignante en la que, por un lado, llega al país muchísima ayuda internacional, entre ella oxígeno, pero por otro, muchos siguen asfixiándose desamparados incluso dentro de los hospitales.
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¿Cómo se llegó a un absurdo así? Este es el tema central de este podcast.
Primero querría referirme a la realidad espeluznante a la que se ha llegado. Con hospitales que no dan abasto frente al aluvión de personas que necesitan tratamiento urgente… en dramas humanos difíciles de describir, realmente demoledores.
Familias que se encuentran impotentes mientras ven cómo sus seres más queridos a veces sucumben frente a ellos por falta de oxígeno. Una madre, un padre, un hijo. Son a menudo familiares los únicos que pueden efectuar esos masajes cardíacos, desesperados, para intentar revivir a los suyos.
Simplemente no hay suficientes equipos médicos para poder dar respuesta a cifras tan enormes de pacientes. Aunque sus teléfonos no paren de sonar, estos doctores tienen que rechazar a muchos, con lo que eso implica. O como decía en uno de estos hospitales a CNN el doctor Gupta: “Nos morimos por dentro. Nuestra función debe ser salvar vidas, no matar a nadie”.
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En los alrededores de los hospitales, CNN ha visto cómo –a veces– familiares lloran sin consuelo por los suyos, incluso por sus hijos, sin que nadie pueda ayudarles.
La situación es tan extrema que hay enfermos en situaciones graves que prefieren hasta huir de los propios hospitales. No solo porque no reciben tratamiento médico –y para eso mejor estar en casa– sino porque ver y escuchar justo al lado la agonía de tantos pacientes es espeluznante.
Eso sí. Resulta que lo que se vive en India es tan extremo que ha logrado que decenas de países del mundo hayan decidido ayudar a este gigante asiático. Esto, a pesar de las necesidades propias de cada nación.
Pero qué es lo que pasa. Frente a tantos aviones con ayuda, hay denuncias de que muchos de los envíos simplemente se quedaron días y días atascados en los hangares de los aeropuertos por problemas –sobre todo– burocráticos.
Sin oxígeno, varias personas mueren en hospital de India 3:32
Si se ve por un lado que están los medios, sobre todo oxígeno, y por otro muchos continúan asfixiándose en casas y hospitales –con 23 mil muertes contadas por las autoridades en solo una semana– la realidad pasa a ser realmente indignante.
¿Qué es lo que pasa? Aparentemente, India no tenía programas preparados de emergencia para hacer frente a una realidad semejante o gestionar todos los procesos.
Y como muestra, un botón –se dice–. A veces el conteo de las cantidades que acaban de llegar no correspondía al que aparecía en los documentos. Entonces había que efectuar largas verificaciones para certificar la discrepancia. Y todo esto, repito, cuando en el otro lado muchos siguen sofocados… sin oxígeno.
¿Ahora se entiende mejor por qué ese alto tribunal del estado de Uttar Pradesh llegó a utilizar durísimas palabras como “crimen” o “genocidio”?