El periodista ruso Ivan Zuev, corresponsal militar de la agencia estatal RIA Novosti, murió en la región ucraniana de Zaporiyia tras un ataque con dron.
Según informó su propio medio, el ataque ocurrió en la zona ocupada por Moscú y también dejó gravemente herido a su colega Yuri Voitkevich.
RIA Novosti comunicó que Zuev trabajaba para la agencia desde hace varios años y había recibido distintas condecoraciones por su labor en zonas de conflicto. “El corresponsal militar Ivan Zuev murió como resultado de un ataque de un dron ucraniano”, señaló la agencia en un comunicado oficial.
Condolencias desde el Gobierno ruso
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia expresó sus condolencias a la familia del periodista y manifestó su pesar por la pérdida. En el mismo mensaje, las autoridades rusas desearon una pronta recuperación al reportero herido.
Según DW, este hecho se suma a una serie de ataques que han cobrado la vida de profesionales de la prensa desde el inicio de la invasión rusa a gran escala contra Ucrania, en febrero de 2022.
Más periodistas víctimas del conflicto
El fallecimiento de Zuev se produce apenas dos semanas después de que el fotógrafo de prensa francés Antoni Lallican muriera en un ataque similar con dron ruso en el este de Ucrania. En ese mismo hecho, el reportero ucraniano Georgii Ivanchenko resultó herido.
La Unesco y varias organizaciones de periodistas informaron que más de 20 comunicadores han perdido la vida en territorio ucraniano desde el comienzo del conflicto. Entre ellos, se recuerda al periodista de video de la AFP, Arman Soldin, muerto en 2023 durante un bombardeo con cohetes.
El periodismo, otra víctima de la guerra
La muerte de Ivan Zuev refleja una vez más el riesgo extremo que enfrentan los comunicadores que cubren la guerra en Ucrania. En el frente, la labor informativa se ha vuelto tan peligrosa como impredecible, con ataques que no distinguen entre combatientes y reporteros.
Mientras el conflicto continúa, las organizaciones internacionales de prensa exigen garantías de seguridad y respeto al trabajo de los periodistas en zonas de combate, considerados esenciales para documentar la verdad de una guerra que ya lleva más de tres años.