En la era de la economía de la atención, surgen dispositivos físicos como llaveros y etiquetas NFC que prometen ayudar a controlar la adicción a las redes sociales.
Estos objetos actúan como llaves físicas para desbloquear aplicaciones, creando una barrera consciente contra el uso compulsivo.
La Tecnología como Antídoto contra la Adicción Digital
Frente a la ineficacia de los recordatorios digitales de «tiempo de pantalla» -fácilmente ignorables con un par de toques-, han emergido dispositivos físicos que prometen devolver el control a los usuarios. Estos objetos, que cuestan entre 50 y 70 dólares, funcionan como llaves físicas para desbloquear aplicaciones restringidas. El mecanismo es simple: una vez alcanzado el límite diario de uso preestablecido, la aplicación se bloquea y solo puede reactivarse acercando el celular al dispositivo NFC, ya sea un llavero, una etiqueta o un muñeco diseñado para este propósito.
El Mercado Creciente de Bloqueadores Físicos
Entre las opciones disponibles se destacan Brick, que incluye una etiqueta NFC con aplicación; Unpluq, en formato de llavero; Scrolly, con diseño lúdico de muñeco; y Locked, una alternativa de código abierto que permite usar etiquetas NFC genéricas. Todos comparten el mismo principio: trasladar parte del control al mundo físico mediante lo que denominan «fricción mínima» -el simple acto de buscar el objeto físico- que basta para interrumpir la inercia automática de desbloquear el teléfono y comenzar a scrollear sin pensar.
La Paradoja de Usar Tecnología para Limitar la Tecnología
El surgimiento de estos dispositivos evidencia hasta qué punto la economía de la atención se ha infiltrado en la rutina cotidiana. Que las personas estén dispuestas a pagar por objetos que limiten el uso de sus propios celulares habla de una relación problemática con la tecnología, donde el entretenimiento digital traspasó los límites para volverse omnipresente. Estos aparatos funcionan como recordatorios tangibles de un conflicto existencial con la vida digital, resultando paradójico que sea necesario usar tecnología para limitar el uso tecnológico.
La efectividad de estos dispositivos sigue en debate, pero su mera existencia marca un punto de inflexión en cómo la sociedad enfrenta los desafíos de la hiperconexión digital. Información extraída del medio La Nación.