El aceite de oliva virgen extra es un clásico de la dieta mediterránea, pero no siempre es la mejor opción en la cocina.
Especialistas advierten sobre su uso a altas temperaturas y recomiendan alternativas más estables para saltear o freír.
Aunque es rico en antioxidantes y grasas saludables, el aceite de oliva virgen extra se degrada rápidamente con el calor, generando compuestos que podrían afectar la salud. No todas las grasas reaccionan igual frente a altas temperaturas: algunas se oxidan, pierden sus propiedades y pueden resultar dañinas. Según C5N, su uso debería limitarse a preparaciones en frío como ensaladas o salsas.
Opciones más seguras para cocinar
Para freír o saltear, los especialistas recomiendan grasas saturadas que soportan mejor el calor, como:
- Ghee o manteca clarificada
- Manteca tradicional en pequeñas cantidades
- Aceite de coco
- Grasas animales como la de cerdo o de vaca
Estas alternativas no solo son más estables al calor, sino que también aportan sabor y textura a las preparaciones, evitando la formación de compuestos indeseados.
Grasas vegetales refinadas: menos recomendadas
Aceites de maíz, soja, girasol o margarinas industriales contienen altos niveles de omega 6 y pasan por procesos químicos que los vuelven menos seguros para consumo frecuente. Su exceso puede aumentar la inflamación y riesgos cardiovasculares.
Saber qué grasas usar según la preparación es clave para cuidar la salud y aprovechar lo mejor de cada opción. Reservar el aceite de oliva para crudo y optar por grasas saturadas al cocinar permite disfrutar de platos sabrosos y seguros.