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El Tribunal encabezará la audiencia de cesura, en la que resolverán si las acusadas son culpables o no del delito de «homicidio calificado y abuso sexual ultrajante» y, de aceptar los argumentos del Ministerio Público Fiscal, podrían ser condenadas a prisión perpetua.

El juicio por el crimen de Lucio Dupuy, cometido el 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa, tendrá su primera definición el 2 de febrero próximo, cuando el Tribunal de Audiencia determine la autoría y responsabilidad penal de la madre del niño, Magdalena Espósito Valenti; y de su pareja, Abigail Páez; ambas acusadas y detenidas por el asesinato.

La jueza Alejandra Ongaro y los jueces Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora encabezarán a las 12 de ese día la audiencia de cesura, en la que resolverán si las acusadas son «culpables» o «no culpables» del delito de «homicidio calificado y abuso sexual ultrajante».

La pena no se dará a conocer ese día, sino en una audiencia posterior, aunque si el tribunal acepta los argumentos del Ministerio Público Fiscal (MPF), la única que les corresponderá a las acusadas es la de prisión perpetua, lo que hará irrelevante la segunda parte del juicio de cesura.

En caso de que el Tribunal valorara las pruebas de otra manera, tiene 15 días para dar a conocer la sentencia.

Fuentes judiciales informaron a Télam que, si bien en Santa Rosa es usual que los veredictos se den a conocer por escrito, en este caso se dispuso leerlo en la audiencia, a la que fueron convocadas las partes y a la que tendrá acceso la prensa.

Todavía no está confirmado si las acusadas estarán presentes en el tribunal pampeano o si aguardarán la decisión en el penal de San Luis donde están detenidas, agregaron los voceros.

Lucio (5) fue asesinado a golpes el 26 de noviembre de 2021 en la vivienda de la calle Allan Kardec al 2300 de la ciudad de Santa Rosa, donde residía con su madre y la pareja de ella.

Su mamá, Espósito Valente, fue acusada por el equipo de fiscales integrado por Walter Martos, Verónica Ferrero, Mónica Rivero y Máximo Paulucci, de los delitos de «abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por la ascendiente (progenitora), con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía».

A Páez, en tanto, el MPF le imputa el «abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por la guardadora, con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía».

La defensora oficial de Páez, Silvina Blanco Gómez, consideró por su parte que no existió un homicidio agravado sino un homicidio preterintencional, es decir que no tuvo intencionalidad, ya que la imputada -que admitió haberle pegado a Lucio- no buscó asesinarlo.

Por ese motivo, en su alegato, enumeró siete conductas que la imputada ejecutó para evitar la muerte del niño: la práctica de RCP para reanimarlo, su traslado a la posta sanitaria del barrio Atuel, la búsqueda de ayuda en la policía y haberlo llevado al hospital Evita, entre otras.

«Son conductas que deben ser valoradas como que no quiso matar», les manifestó la defensora a los jueces el tribunal, ante quienes, a su vez, cuestionó las conclusiones de la autopsia practicada a Lucio.

La defensa aseveró que «ninguna de las tres agravantes» planteadas por el MPF para el homicidio quedaron probadas y agregó que en el peor escenario pudo existir un homicidio simple con dolo eventual.

Con respecto a la acusación de abuso sexual, Blanco Gómez, pidió la absolución de Páez por el beneficio de la duda, al tiempo que aseveró que la mediatización del caso provocó un «estado de indefensión» en la imputada.

Por su parte, el defensor oficial Pablo De Biasi pidió la absolución de la madre de Lucio por ambos delitos, ya que «en el lugar de los hechos hubo una persona y no dos», al descartar la coautoría del homicidio.

«La única testigo fue Abigail», acotó, al tiempo que descartó cualquier responsabilidad de la madre por omisión.

En su alegato, el defensor planteó que, en forma subsidiaria, si la madre de Lucio fuera hallada culpable, solo podría imputársele una conducta preterintencional.

También manifestó que la fiscalía y la querella efectuaron «muchos recortes» a los hechos para encuadrarlos en sus teorías y agregó que durante el proceso se diluyó la responsabilidad del padre en el cuidado de Lucio.

El 7 de diciembre de 2022, al declarar en el juicio, Páez reconoció que golpeó a Lucio y dio detalles de la agresión: «Cuando llegué a la casa, lo vi a Lucio que se estaba mandando un moco. No importa qué, porque no viene al caso. Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí donde la verdad, ni sé por qué tampoco», contó, al tiempo que comenzó a llorar.

«No le encuentro una explicación todavía. Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía», agregó.

Luego dijo que vio que el niño «se estaba debilitando o desvaneciendo» por lo que lo tapó con su toallón y lo llevó a su pieza: «Lo senté en la cama y me fui a buscar ropa a su pieza para cambiarlo, lo más rápido posible porque era una situación muy desesperante en la que no sabía cómo reaccionar, ni que hacer para que él se recomponga», continuó.

Ante el silencio de toda la sala, Páez contó cómo Lucio perdió el conocimiento: «Cuando voy a buscar ropa para cambiarlo escucho un golpe y cuando vuelvo lo veo que están él estaba tirado en el piso, sin reacción. De cara al piso. Ni siquiera había apoyado las manos. Como si estuviese desmayado, no sé. Entonces yo por el mismo temor lo toqué con el pie para ver si reaccionaba y vi que no tenía respuesta de él, entonces me acerqué y lo di vuelta, lo puse boca arriba», resaltó.

Páez dijo que intentó hacerle RCP, aunque no sabe si lo hizo bien o si pudo haberlo lastimado, tras lo cual lo llevó a la salita médica y desde allí al hospital, donde le dijeron que Lucio había fallecido.

Por su parte, Espósito Valenti apuntó al padre de Lucio, Christian Dupuy, al declarar en la última jornada del juicio: «Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque decirle padre le queda grande. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura».

Durante su declaración, en la que no aceptó preguntas, la mujer recordó que esa mañana dejó a su hijo «con vida» al cuidado de su novia, y que «al día de hoy» sigue «sin poder creer» lo que le ocurrió.

Tras ello, afirmó que a su hijo lo «llora en privado» porque es «más humano que hacerlo delante de personas que no lo conocieron» y que dijeron «un montón de cosas» sobre su «supuesto rechazo a la maternidad».

El médico forense que hizo la autopsia al cuerpo de Lucio contó antes del juicio que «en 27 años de profesión» y tras haber intervenido en «32 casos de niños golpeados» nunca vio algo así.

En tanto, la familia paterna del niño, representada por el abogado Mario Aguerrido, adelantó a Télam que denunciará al Ministerio de Salud provincial por no haber actuado ante situaciones de violencia previas sufridas por el niño y atendidas en hospitales de la provincia, al tiempo que pidió el juicio político para la jueza Ana Clara Pérez Ballester, quien le dio la tenencia del niño a su madre a pesar de que estuvo ausente dos años.

A raíz del caso de Lucio, a fines de noviembre pasado, un plenario de comisiones de Legislación General, Educación y Cultura, y Población y Desarrollo Humano del Senado dio dictamen favorable a un proyecto de ley que crea un Plan Federal de capacitación para el personal del Estado sobre derechos de niñas, niños y adolescentes.

Y el 26 pasado, mediante la publicación en el Boletín Oficial, el Gobierno nacional decretó la ampliación del temario de las sesiones extraordinarias para incluir el tratamiento del proyecto, denominado «Ley Lucio».

Fuente: Télam.

Cámaras de seguridad registraron los movimientos de la madre del nene de 5 años y su pareja tras la feroz golpiza. La mentira de un supuesto robo, la autopsia, los chats de WhatsApp, abusos sexuales y más mentiras, el decálogo de un asesinato cruel.

El próximo 2 de febrero, a las 12, los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora darán a conocer el veredicto con respecto al asesinato de Lucio Dupuy. Su madre, Magdalena Espósito, y la novia, Abigaíl Páez, son las principales acusadas y enfrentan la posibilidad de una prisión perpetua. Las chances de que sean condenadas son sumamente altas por la cantidad de pruebas que se presentaron durante el juicio oral que finalizó en diciembre del año pasado.

LOS ULTIMOS MINUTOS DE LUCIO

El viernes 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa, la madrastra de Lucio, Abigail Páez, salió de su casa, ubicada en Allan Kardec 2385, con Lucio en brazos a las 21.26. Así lo muestra la cámara de seguridad de una vecina.

Se dirigió a la posta sanitaria del barrio Río Atuel: estaba cerrada. La mujer acudió, entonces, a policías apostados en la sede la Unidad Regional de la capital pampeana, frente a la salita. Los efectivos se negaron a atenderlo y a trasladarlo.

La gravedad del estado de salud de Lucio era evidente. Ante la negativa de la policía, vecinos le hicieron reanimación: hizo una arcada, cuando lo atendió una mujer, una enfermera profesional. Otros vecinos lo llevaron al hospital Evita, según reveló Clarín.

Llegaron poco después de las 21.30 al centro de salud, donde el médico Hugo Argüello recibió al niño. Tenía vómito y sangre en la boca, un gran moretón en el glúteo derecho y golpes por todo el cuerpo. Intentó reanimarlo, pero ya era tarde. Argüello certificó la muerte a las 21.45. Es decir, 19 minutos desde que Páez salió de su casa cargando al niño.

Cuando le informaron que Lucio murió, Páez fue a buscar a Espósito a su trabajo: las cámaras la registraron en el hotel Casino Club -donde trabajaba la madre de Lucio- a las 21.59. Había entrado a trabajar a las 19.57. Ambas fueron al hospital Evita y fueron detenidas horas más tarde, la madrugada del 27 de noviembre, en la propiedad en la que vivían con el menor.

Cuando la Policía llegó al lugar había un televisor tirado en la cama y la ropa revuelta. Se trataba de una escena preparada, confirmó la investigación. La acusación sostiene que Páez y Esposito Valenti, entre las 17:30 y las 19:40 del viernes 26 de noviembre de 2021 agredieron físicamente y sexualmente a Lucio. La autopsia evidencia la atrocidad de la paliza a la que sometieron a Lucio.

AUTOPSIA

La más importante, quizás, de las pruebas presentadas en el juicio fue la autopsia. Estuvo expuesta por Juan Carlos Toulouse, el médico que realizó el estudio del cuerpo de Lucio, en la cuarta audiencia del debate oral.

Ante los magistrados, Toulouse reafirmó que el niño falleció a causa de una ‘feroz golpiza’ y que presentaba ‘lesiones en varias partes del cuerpo’, según informaron fuentes judiciales.

Aseguró que había sido víctima de abusos sexuales ‘recientes y de vieja data’, al mismo tiempo que presentaba ‘un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días’”.

“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte”, según la autopsia presentada en la causa. Lucio murió a raíz de una hemorragia interna provocada por una paliza. Además de los signos de abuso, presentó quemaduras y mordidas.

El documento de autopsia también evidenció que, al igual que Fernando Baéz Sosa, Lucio tenía la suela de una zapatilla marcada en la espalda. Gracias a una pericia scopométrica, se determinó que el calzado le pertenecía a Abigaíl Páez, la novia de la madre.

“Abigail Páez lo pisó con tanta fuerza en su espaldita que, probablemente, le reventó el corazón junto a distintos órganos”, revelaron los médicos que hablaron en el juicio.

ABUSO SEXUAL

Uno de los puntos más aberrantes expuestos en el juicio, tuvo que ver con el abuso sexual que sufrió Lucio. Su cuerpo evidenciaba, según los especialistas, “signos compatibles con abuso sexual”. Pero no fue lo único.

En el allanamiento realizado a la casa de la imputadas, ubicada sobre la calle Allan Kardec de Santa Rosa, luego del asesinato se secuestraron distintos elementos. Además de la ropa de la víctima y las acusadas, los investigadores se llevaron una serie de juguetes sexuales.

Los estudios de ADN posteriores sobre esos elementos arrojaron que contenían rastros genéticos de la madre del nene y su novia, pero, además, de Lucio.

CHATS

Tal como reveló Infobae, las conversaciones que tuvieron las imputadas, entre ellas, a través de WhatsApp los meses previos al asesinato se convirtieron en una prueba esencial. Básicamente porque allí relataban los castigos que le propinaban al nene.

“Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”, fue uno de los mensajes que le mando la mamá de Lucio a su novia cuando faltaban pocos días para el homicidio. “Estoy harta. Yo tengo que estar todo el día con este pendejo”, era una respuesta habitual en Abigaíl Páez.

Ante un episodio, de octubre del 2021, en el que Lucio vomitó, las imputadas hablaron entre ellas del castigo que se le aplicó al nene. “¿Cómo le pegaste? Ya van dos veces que vomita”. Luego de eso La novia de la madre escribió: “No lo quiero ni ver a Lucio porque me amarga la vida”.

UNA MENTIRA

El 26 de noviembre por la noche, cuando Lucio Dupuy ya estaba muerto y era llevado por Abigaíl Páez al hospital, la mujer se cruzó con un hombre que intentó ayudarla. Era un vecino de la zona que intentó hacerle RCP al nene. En esa oportunidad, el hombre le preguntó qué había pasado y la novia de la madre le respondió que habían “entrado ladrones” y que le “habían pegado” al chiquito. Por supuesto, era toda una mentira. El testigo luego declaró esa situación ante la justicia. Abigaíl no fue la única que dijo eso, también la progenitora de Lucio, Magdalena Espósito, repitió la misma mentira

Cuando tuvieron oportunidad de declarar en el debate oral, intentaron aclarar esa situación. “Yo nunca dije eso de manera oficial. Se lo dije al hombre que nos ayudó por vergüenza, para no contarle lo que había pasado”, señaló. Por su parte, Magdalena dijo que “ya estando en la comisaría” había escuchado que “alguien mencionó algo de un robo”.

DIBUJOS

Algunos días después del asesinato de Lucio, la fiscalía de instrucción que investigó el caso desde el principio, secuestró los dibujos que el nene había realizado en el colegio y los hizo analizar por especialistas.

Las conclusiones fueron contundentes. Una de las psicólogas, Lorena Roggero, dijo en el juicio que, mediante los dibujos, Lucio “gritaba su dolor”.

La psicóloga explicó que las personas dibujadas, no tenían ojos y que eso tenía que ver con la necesidad de Lucio de “no ver” la violencia familiar que sufría en su casa.

En el mismo sentido, los dibujos de Lucio, en su mayoría, no tenía parte inferior del cuerpo. Estaban dibujados hasta la cintura. Eso, según la especialista, en un signo claro del abuso sexual que sufría.

MAS MENTIRAS

Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez decidieron declarar en el juicio oral. Según cree la fiscalía en base a las pruebas expuestas, mintieron alevosamente.

Entre las dos relataron cómo fue su día y aseguraron que fue una jornada “normal”. También señalaron que a las 19.40, Abigaíl llevó a Magdalena a su trabajo y ambas dejaron sólo a Lucio. “Lo despedí y él todavía estaba con vida”, declaró la madre.

Luego Abigaíl relató que volvió y le dio “unas pataditas en la cola” por un “moco” que se había “mandado Lucio” y que por eso murió.

Para la justicia, esto es lisa y llanamente mentira. Y esa presunción está apoyada, principalmente en la autopsia.

Es que el examen al cuerpo de Lucio arrojó que, en realidad, su muerte se había producido tres horas antes del momento en que lo llevaron al hospital. Por lo tanto, Lucio murió, o por lo menos estaba agonizante, al momento en que su mamá todavía estaba en la casa. Y, desde ya, no por unas “pataditas en la cola”.

Los testimonios en el juicio

Si bien fueron más de cien los testigos que pasaron por la sala de audiencias, entre ellos el papá y los abuelos de Lucio, existieron algunos relatos que llamaron mucho la atención porque desnudaron, aún más, el horror al que estuvo sometido el nene.

Por un lado, una vecina contó que escuchaba los golpes, que llamó a la policía y nadie hizo nada y que, un día, oyó a las acusadas decirse entre ellas: “sacale la ropa y cagalo a palos, dejalo marcado porque lo mato yo”.

Por el otro, las madres de los amiguitos de Lucio contaron cómo quedaban asombradas, cada vez que la víctima era invitada a almorzar, por la cantidad de comida que ingería. “Eso se daba porque Lucio pasaba hambre. Además de todo lo que le hacían, no le daban alimento”, señaló el abogado de los Dupuy, José Mario Aguerrido.

INGRESOS RECURRENTES AL HOSPITAL

Lucio Dupuy entró a distintos hospitales una cantidad de veces insólita para un nene de 5 años. Entre finales del 2020 y su asesinato el 26 de noviembre del 2021, fue atendido decenas de veces. Las causas eran siempre las mismas: golpes y fracturas en su cuerpo. Ningún médico, insólitamente, sospechó nada.

Algunos ejemplos de las atenciones que recibió Lucio. Las fechas marcan la asiduidad con la que lo llevaban su madre y la novia de ella.

El 15 de diciembre del 2020 el chiquito fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en miembro superior. Tres días después, el 18 de diciembre, volvió a ser atendido en el Hospital Molas por Fractura de muñeca y mano.

El 22 de enero ya del 2021, Lucio fue atendido en una posta de salud del barrio Río Ateuel, nuevamente por un traumatismo en uno de sus brazos. El 1 de febrero ingresó otra vez al Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en el cuerpo. Menos de dos meses luego de esa atención, el 23 de marzo, volvió a entrar al Evita, esta vez por deformidad en un dedo a raíz de una fractura ósea. En este último caso, alguien le había tirado el dedo para atrás hasta rompérselo.

Todos estos elementos, y más, son los que por estas horas analizan los jueces que deberán dictar sentencia el 2 de febrero a las 12 del mediodía. Un país entero estará pendiente de esa decisión.

Fuente: Infobae

El juicio por el crimen de Lucio Dupuy, cometido el 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa, tendrá su primera definición el 2 de febrero próximo, cuando el Tribunal de Audiencia determine la autoría y responsabilidad penal de la madre del niño, Magdalena Espósito Valenti; y de su pareja, Abigail Páez; ambas acusadas y detenidas por el asesinato.

La jueza Alejandra Ongaro y los jueces Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora encabezarán a las 12 de ese día la audiencia de cesura, en la que resolverán si las acusadas son «culpables» o «no culpables» del delito de «homicidio calificado y abuso sexual ultrajante».

La pena no se dará a conocer ese día, sino en una audiencia posterior, aunque si el tribunal acepta los argumentos del Ministerio Público Fiscal (MPF), la única que les corresponderá a las acusadas es la de prisión perpetua, lo que hará irrelevante la segunda parte del juicio de cesura.

En caso de que el Tribunal valorara las pruebas de otra manera, tiene 15 días para dar a conocer la sentencia.

Fuentes judiciales informaron a Télam que, si bien en Santa Rosa es usual que los veredictos se den a conocer por escrito, en este caso se dispuso leerlo en la audiencia, a la que fueron convocadas las partes y a la que tendrá acceso la prensa.

Todavía no está confirmado si las acusadas estarán presentes en el tribunal pampeano o si aguardarán la decisión en el penal de San Luis donde están detenidas, agregaron los voceros.

Lucio (5) fue asesinado a golpes el 26 de noviembre de 2021 en la vivienda de la calle Allan Kardec al 2300 de la ciudad de Santa Rosa, donde residía con su madre y la pareja de ella.

Su mamá, Espósito Valente, fue acusada por el equipo de fiscales integrado por Walter Martos, Verónica Ferrero, Mónica Rivero y Máximo Paulucci, de los delitos de «abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por la ascendiente (progenitora), con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía».

A Páez, en tanto, el MPF le imputa el «abuso sexual gravemente ultrajante con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por la guardadora, con el concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de 18 años, todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía».

La defensora oficial de Páez, Silvina Blanco Gómez, consideró por su parte que no existió un homicidio agravado sino un homicidio preterintencional, es decir que no tuvo intencionalidad, ya que la imputada -que admitió haberle pegado a Lucio- no buscó asesinarlo.

Por ese motivo, en su alegato, enumeró siete conductas que la imputada ejecutó para evitar la muerte del niño: la práctica de RCP para reanimarlo, su traslado a la posta sanitaria del barrio Atuel, la búsqueda de ayuda en la policía y haberlo llevado al hospital Evita, entre otras.

«Son conductas que deben ser valoradas como que no quiso matar», les manifestó la defensora a los jueces el tribunal, ante quienes, a su vez, cuestionó las conclusiones de la autopsia practicada a Lucio.

La defensa aseveró que «ninguna de las tres agravantes» planteadas por el MPF para el homicidio quedaron probadas y agregó que en el peor escenario pudo existir un homicidio simple con dolo eventual.

Con respecto a la acusación de abuso sexual, Blanco Gómez, pidió la absolución de Páez por el beneficio de la duda, al tiempo que aseveró que la mediatización del caso provocó un «estado de indefensión» en la imputada.

Por su parte, el defensor oficial Pablo De Biasi pidió la absolución de la madre de Lucio por ambos delitos, ya que «en el lugar de los hechos hubo una persona y no dos», al descartar la coautoría del homicidio.

«La única testigo fue Abigail», acotó, al tiempo que descartó cualquier responsabilidad de la madre por omisión.

En su alegato, el defensor planteó que, en forma subsidiaria, si la madre de Lucio fuera hallada culpable, solo podría imputársele una conducta preterintencional.

También manifestó que la fiscalía y la querella efectuaron «muchos recortes» a los hechos para encuadrarlos en sus teorías y agregó que durante el proceso se diluyó la responsabilidad del padre en el cuidado de Lucio.

El 7 de diciembre de 2022, al declarar en el juicio, Páez reconoció que golpeó a Lucio y dio detalles de la agresión: «Cuando llegué a la casa, lo vi a Lucio que se estaba mandando un moco. No importa qué, porque no viene al caso. Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí donde la verdad, ni sé por qué tampoco», contó, al tiempo que comenzó a llorar.

«No le encuentro una explicación todavía. Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía», agregó.

Luego dijo que vio que el niño «se estaba debilitando o desvaneciendo» por lo que lo tapó con su toallón y lo llevó a su pieza: «Lo senté en la cama y me fui a buscar ropa a su pieza para cambiarlo, lo más rápido posible porque era una situación muy desesperante en la que no sabía cómo reaccionar, ni que hacer para que él se recomponga», continuó.

Ante el silencio de toda la sala, Páez contó cómo Lucio perdió el conocimiento: «Cuando voy a buscar ropa para cambiarlo escucho un golpe y cuando vuelvo lo veo que están él estaba tirado en el piso, sin reacción. De cara al piso. Ni siquiera había apoyado las manos. Como si estuviese desmayado, no sé. Entonces yo por el mismo temor lo toqué con el pie para ver si reaccionaba y vi que no tenía respuesta de él, entonces me acerqué y lo di vuelta, lo puse boca arriba», resaltó.

Páez dijo que intentó hacerle RCP, aunque no sabe si lo hizo bien o si pudo haberlo lastimado, tras lo cual lo llevó a la salita médica y desde allí al hospital, donde le dijeron que Lucio había fallecido.

Por su parte, Espósito Valenti apuntó al padre de Lucio, Christian Dupuy, al declarar en la última jornada del juicio: «Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque decirle padre le queda grande. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos. Sin embargo, en todo momento se desentendió de la criatura».

Son los dichos de una vecina que declaró en el juicio que terminó el 22 de diciembre. “Al nene se lo escuchaba suplicar para que no le peguen. Y lloraba y gritaba. Se escuchaba cómo le pegaban”, dijo la vecina de Espósito Valenti y de Páez.

A más de un mes de finalizado el juicio por el asesinato de Lucio Dupuy (terminó el 22 de diciembre y se espera que la sentencia sea el 2 de febrero), salen a la luz más declaraciones de los testigos que denunciaron las torturas que vivió el nene de 5 años que vivía en La Pampa en manos de su madre Magdalena Espósito Valenti, y la pareja de ella, Abigaíl Páez.

Entre los más de 100 testigos que pasaron por los Tribunales, ahora se conoció el de una vecina que denunció que escuchaba los gritos del nene cada vez que le daban una paliza. También declaró que dio aviso a la Policía pero que no le dieron atención. La mujer aseguró que en la casa donde vivía Lucio la música siempre estaba a un volumen alto para que no se escucharan los llantos y gritos del nene.

“Al nene se lo escuchaba suplicar para que no le peguen. Y lloraba y gritaba. Se escuchaba cómo le pegaban”, dijo la vecina de Espósito Valenti y de Páez. Al ser consultada sobre las supuestas denuncias a la Policía, la mujer confirmó que había llamado al 911 y a la comisaría en reiteradas oportunidades pero que nunca se presentaron en el lugar.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, incluyó el proyecto sobre capacitación en los derechos de niños, niñas y adolescentes, también conocido como “ley Lucio” en el temario de sesiones extraordinarias. La novedad fue incluida en el Boletín Oficial a publicarse este jueves 25 de enero, pero la encargada de oficializar su inclusión fue la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, que lo anunció a través de las redes sociales.

Allí señaló que el presidente Fernández le acababa de comunicar que “cumpliendo con el compromiso asumido con los familiares de Lucio Dupuy, tomó la decisión de ampliar el temario de extraordinarias e incorporará el proyecto”.

En efecto, el propio abuelo de Lucio había comunicado días pasado que lo había llamado el presidente de la Nación para disculparse e informarle que trataría de “ampliar el temario”, pues ese proyecto había sido omitido en el decreto original del Poder Ejecutivo.

Así se lo había solicitado la propia Moreau a través de una nota enviada al presidente para que tuviera a bien “incorporar en el temario de sesiones extraordinarias el tratamiento de la ley que tiene por objeto la creación del Plan Federal de Capacitación de carácter continuo, permanente y obligatorio, en derechos de los niños, niñas y adolescentes”.

Además, Moreau remarcaba que dicha iniciativa fue aprobada en la Cámara que preside por unanimidad y, a través de ella, “se genera una política de Estado para trabajar en la prevención y detección temprana de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes”.

“Entendiendo que una de nuestras mayores responsabilidades es asegurar el desarrollo pleno y armonioso de las infancias, por ello la urgencia, ya que cada día cuenta en la protección de los más vulnerables”, concluía el pedido la legisladora massista.

El proyecto obtuvo la media sanción en Diputados por unanimidad el 9 de noviembre. Inmediatamente comenzó su tratamiento en el Senado en donde logró despacho de comisión veinte días después, pero jamás llegó al recinto y la ley está encajonada.

El gobierno incluyó en el temario de las sesiones extraordinarias en el Congreso la llamada Ley Lucio, que prevé la capacitación de funcionarios públicos en casos de violencia contra menores de edad, y que lleva su nombre en honor al nene de 5 años brutalmente asesinado en 2021 por su madre y su madrastra.

Así lo anunció a través del Decreto 45/2023, que fue publicado este jueves en el Boletín Oficial, que lleva las firmas de Alberto Fernández y el jefe de gabinete, Juan Manzur, y que se define como un “proyecto de Ley tendiente a crear el “Plan Federal de Capacitación de carácter continuo, permanente y obligatorio, en derechos de los niños, niñas y adolescentes”.

El proyecto ya cuenta con media sanción, tras ser aprobada por la Cámara de Diputados por 228 votos el 9 de noviembre del año pasado, por lo que el Senado podría finalmente convertirla en ley.

“El Presidente Alberto Fernández me acaba de comunicar que, cumpliendo con el compromiso asumido con los familiares de Lucio Dupuy, tomó la decisión de ampliar el temario de extraordinarias e incorporará el proyecto”, indicó a través de su cuenta de Twitter la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau.

Las sesiones extraordinarias están vigentes desde el pasado lunes 23 de enero, hasta el próximo martes 28 de febrero. Un día más tarde, el presidente dará un discurso en el Congreso con el que abrirá formalmente el período de sesiones ordinarias.

La Ley Lucio es uno de los 28 proyectos que el oficialismo intentará aprobar en las próximas semanas, y de entre los que sobresale el pedido de juicio político contra los integrantes de la Corte Suprema, algo para lo que el gobierno no cuenta con los números necesarios, y que generó el rechazo de la oposición.

En tanto que el 2 de febrero la Justicia dará a conocer la sentencia contra la madre de Lucio Dupuy, Magdalena Espósito Valenti, y su novia, Abigail Páez, que se encuentran acusadas por “homicidio calificado y abuso sexual” y podrían ser condenadas a cadena perpetua.

El papá de Lucio Dupuy tuvo una hija en los últimos días, en la etapa final del juicio por el nene asesinado en La Pampa. El hombre expresó su emoción a través de las redes sociales.

“Llego Matilda. Hermosa gorda de 4,100kg a las 11:58 hs. Sanita, hermosa y muy cachetona…“, comentó el papá de Lucio Dupuy a través de su cuenta de Facebook el domingo, cerca del mediodía. Luego le agradecío a Lucía, su actual pareja: “Gracias mi amor por darme otro motivo para seguir adelante… Te amo sos mí vida entera”.

Los mensajes de apoyo y cariño no tardaron en llegar. “Felicidades Christian, tu ángel te dio el bello regalo para sigas adelante. El jueves dos vamos a estar ahí apoyando la justicia por Lucio”; ”Gracias Matilda por llegar a este mundo en este momento tan difícil para papá. Sé que lo ayudarás muchísimo y que eres enviada por un ángel celestial llamado Lucio”; ”! Dios te da otro motivo para seguir, ¡bienvenida Matilda!”; ”Una bebé arcoiris que llegó después de una pérdida lamentable. Disfruten de ese regalo de Dios”; ”Muchas bendiciones, fuerza Cristian, motivos para seguir luchando”; ”A disfrutar esos hijitos que tu Ángel cuida desde el cielo”, comentaron los usuarios.

El pasado jueves 22 de diciembre, luego de 18 audiencias, terminó el juicio oral por el asesinato de Lucio Dupuy, el nene de cinco años que murió tras una brutal golpiza el 26 de noviembre de 2021. Las imputadas por el caso, Magdalena Espósito Valenti (madre de la víctima) y su pareja, Abigail Páez, enfrentaron el proceso por el delito de “homicidio calificado y abuso sexual gravemente ultrajante”, el cual prevé una pensa de prisión perpetua.

El próximo 2 de febrero se conocerá el veredicto final por uno de los casos más resonantes de los últimos años. Durante el juicio, la prueba forense fue clave.

Este lunes 2 de febrero llegará el veredicto, para uno de los casos que más interpelaron a la sociedad argentina en la historia reciente: la de Lucio Dupuy, el nene asesinado en noviembre de 2021 en La Pampa, ocurrido en el Tribunal de Santa Rosa.

Según trascendió, durante las audiencias se conoció el resultado de la autopsia que el especialista que lo realizó, con casi 30 años de profesión, calificó como algo que “nunca había visto”.

De acuerdo con el Ministerio Público Fiscal, representado en el debate por Verónica Ferrero, Mónica Rivero y Marcos Sacco, las imputadas “agredieron físicamente, en forma conjunta” a Lucio entre las 17.30 y las 19.40 del 26 de noviembre de 2021 en la casa en la que vivían en Santa Rosa, ocasionándole múltiples lesiones que le provocaron la muerte, luego de un período de agonía. Su madre y la pareja de la misma habían dicho en el centro médico que al que lo llevaron ya moribundo que un ladrón había entrado a su casa y había golpeado al chico: era mentira.

Según trascendió, al momento de escuchar el resultado de la autopsia por parte del forense especializado Juan Carlos Toulouse, tanto la madre del menor asesinado como su pareja decidieron dejar el recinto y no escuchar los detalles. El forense explicó que Lucio sufrió abuso sexual antes de morir, presentaba signos de “feroz golpiza y lesiones en varias partes del cuerpo”. La fiscalía lo citó a declarar y detalló que presentaba signos de abuso sexual de “reciente y vieja data y un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días”.

“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte. No hablo de todo lo que tenía por respeto al nene y a la familia pero tengo 27 años de forense y 5 en La Plata. He visto nenes y traumatismos, pero esto así no lo vi nunca”, agregó poco después.

La causa de la muerte, se logró determinar, fue por una hemorragia interna de los golpes que recibió. También presentaba signos de abuso sexual, mordidas y quemaduras de cigarrillos.

Sobre Magdalena Espósito pesa la causa por “abuso sexual gravemente ultrajante por las circunstancias con acceso vía anal con un objeto: agravado por haber sido cometido por la madre; en concurso de dos personas y aprovechando la convivencia con la víctima menor de edad; como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por el vinculo, por ensañamiento y alevosía”. Sobre su pareja, pesan los mismos cargos excepto por el agravante del vínculo. Podría recibir una pena perpetua.

El 2 de febrero se conocerá el veredicto por la muerte del pequeño de 5 años, que el 26 noviembre de 2021 fue asesinado brutalmente, según sospecha la Justicia, por su madre y la novia de ella.

Ramón Dupuy es el abuelo de Lucio, el chico de 5 años que el 26 noviembre de 2021 fue asesinado brutalmente, según sospecha la Justicia, por su madre y la novia de ella.

El juicio ya se realizó y el 2 de febrero se conocerá el veredicto. “Todavía creo en la Justicia, a pesar de que la Justicia fue la que le dio mi nieto a esas asesinas, todavía creo en ella”, dice Ramón.

El crimen de Lucio ocurrió en la madrugada del viernes 26 de noviembre del 2021. Esa noche, el chico, fue llevado al Hospital Evita de la capital pampeana por su madre, Magdalena Espósito, y la novia, Abigail Páez, con múltiples lesiones. Casi no tenía signos vitales cuando llegó. Había recibido una golpiza bestial. Ante los médicos, las mujeres -según la acusación en su contra- fabularon que habían sido víctimas de un robo y que los atacantes habían agredido al chico: era todo mentira. Lucio no pudo ser reanimado y su muerte se confirmó en pocos minutos.

Ante la notable cantidad de hematomas, cortes y heridas de diversa data que presentaba el cuerpo, desde el hospital decidieron llamar a la Policía provincial. Tanto la madre como su novia quedaron detenidas.

El médico forense que revisó el cuerpo, Juan Carlos Toulouse, aseguró que en sus 27 años de trayectoria nunca había visto algo así. Descubrió que Lucio había sido abusado sexualmente, golpeado hasta ser fracturado, mordido y quemado con cigarrillos.

Murió por una hemorragia interna, producto de las agresiones. Luego del asesinato, se supo que Lucio vivía con su madre y la novia de ella por orden judicial. En rigor, era así por un acuerdo entre Magdalena Espósito y la familia del padre que luego fue homologado por una jueza. Nunca se hizo ningún tipo de estudio socioambiental para saber si el menor vivía en condiciones adecuadas.

El juicio para conocer las responsabilidades en el asesinato comenzó el 10 de noviembre y finalizo el 22 de diciembre del año pasado. Fueron 18 audiencias en las que quedó acreditado el sufrimiento que padeció Lucio mientras vivía con su madre y la pareja. En el debate declararon testigos y se exhibieron pruebas. Pero también hablaron las acusadas. En especial Magdalena, la madre de Lucio.

“Cuando lo dejé en mi casa, me saludó, estaba con vida. Hoy sigo sin poder creerlo. A muchos les parecerá mal que no esté llorando, pero me mentalicé ser lo más fuerte posible para poder hablar claramente. Yo a Lucio lo lloro en privado, me parece más humano que hacerlo delante de personas que no me conocen a mí, ni conocieron a Lucio, y dijeron un montón de cosas sobre mi supuesto rechazo a la maternidad”, dijo ante el tribunal. Fueron sus únicas palabras.

Ramón Dupuy no le cree nada. Ni a ella ni a la novia. Mucho menos luego del cruce que tuvieron cuando el abuelo de Lucio tuvo que presentarse a declarar en una de las últimas audiencias del juicio. “Cuando llegue, una de las asesinas, la novia, me miró a propósito. Se dio el lujo de provocarme. Se sonrió y me guiñó un ojo. Tan cínica como eso. Sentí mucha impotencia. Estuve a punto de reaccionar”.

Ramón no fue el único familiar en declarar. También lo hizo Cristian el padre de Lucio. Él también tuvo que soportar tener a las acusadas a pocos metros. Pero hubo alguien que no se las cruzó en la sala de audiencias, aunque hubiese querido. Es Silvia, la abuela de Lucio, pareja de Ramón. Muy pocas veces habló con la prensa.

“El día que me tocó declarar, pedí expresamente que ellas estuvieran. Quería verles la cara. Pero lamentablemente ellas pidieron no estar. No se animaron. No pudieron mirarme a los ojos”, dice Silvia. En cada intervalo de la conversación agradece la posibilidad de difundir su pedido de justicia.

La mama de Lucio Dupuy, expresó sus últimas palabras ante los jueces. Cabe destacar que el próximo 2 de febrero se conocerá la sentencia a Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez acusadas por la muerte del nene, el 26 de noviembre de 2021 en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa.

Según la autopsia, Lucio “presentaba politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data” y que el deceso se produjo por una “hemorragia interna”.

Qué dijo la madre de Lucio Dupuy

«A muchos les parecerá mal que no esté llorando, pero me mentalicé para ser lo más fuerte posible para poder hablar claramente. A Lucio lo lloro en privado, me parece más humano que hacerlo delante de personas que no me conocen a mí, ni conocieron a Lucio», sostuvo Espósito Valenti.

Por otra parte, según informó Minuto Uno, apuntó contra el padre del nene, Christian Dupuy. “Se me critica a mí, pero no al progenitor, porque padre le queda grande. A él se lo justifica cuando la responsabilidad era de los dos”, aseguró.

La palabra de Abigail Páez

Por su parte, la pareja de Espósito Valenti, pidió perdón a las personas que se hayan sentido tocadas por el tema y por toda esta situación, que lo lloran y lo extrañan”.

Asimismo, se refirió a su madre y aseguro le falló, porque «ella no me enseñó estas cosas. No sé realmente lo que pasó, tengo muchas lagunas en la cabeza, y si no conté detalles es porque estoy muy traumada”.

Que pidió la fiscalía

En la audiencia, la fiscal del juicio pidió que tanto Espósito Valenti como Páez sean declaradas culpables por “homicidio calificado y abuso sexual”. Cabe aclarar que estos delitos prevén la prisión perpetua.

Dónde es el juicio

Cabe recordar que el juicio se desarrolla en la sede de la Ciudad Judicial de Santa Rosa. Además, es a puertas cerradas, porque la víctima era menor de edad y se debate un delito contra la integridad sexual.