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El Papa Francisco, durante un encuentro con trabajadores de la salud italianos.

La Pontificia Academia para la Vida reclamó que, una vez se haya encontrado la vacuna contra el coronavirus, sea «un derecho humano universal» sin que los países tengan que pagar por ello, al tiempo que denunció la agravación de la brecha social por la crisis que aumentó la pobreza.

«Las dimensiones públicas de la investigación no pueden ser sacrificadas en el altar del beneficio privado», señaló el organismo del Vaticano en un documento sobre las consecuencias de la crisis sanitaria causada por el coronavirus titulado ‘Humana communitas en la era de la pandemia: consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida’.

De este modo, el Vaticano desea que la consecución de una vacuna contra la Covid-19 esté basada en una «investigación científica responsable», es decir, que sea al mismo tiempo «íntegra, libre de conflictos de intereses y basada en reglas de igualdad, libertad y equidad».

«El bien de la sociedad y las exigencias del bien común en el ámbito de la atención de la salud se anteponen a cualquier preocupación por el lucro», señala la Academia Pontificia para la Vida. Del mismo modo, resalta la importancia de pensar y apoyar sobre todas las cosas «las necesidades y preocupaciones de los países menos adelantados que se enfrentan a una catástrofe sin precedentes».

Para el Vaticano, está claro que la pandemia amplió aún más» la brecha entre los países ricos y pobres», que pagó «el precio más alto» porque antes de la pandemia ya carecían de «recursos básicos y a menudo están plagados de otras enfermedades letales, como la malaria y la tuberculosis».

De este modo, el Vaticano incide en que centrarse en la génesis natural de la pandemia, sin tener en cuenta las desigualdades económicas, sociales y políticas entre los países del mundo es «no entender las condiciones que hacen que su propagación sea más rápida y difícil de abordar». Asimismo, pide «esfuerzos mundiales y cooperación internacional» para que sea reconocido como un «derecho humano universal» tanto el acceso a la vacuna como a una «atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales», señaló TN.

La religiosa y economista Alessandra Smerilli lo advirtió al presentar los avances de la comisión de respuesta a la Covid-19 creada por el Papa, en la que además se reforzó el pedido para frenar el gasto en armamento militar y derivarlo a los sistemas de salud.

El Vaticano advirtió hoy que la crisis generada por la pandemia de coronavirus «podría tener dimensiones desastrosas» sobre el empleo a nivel mundial y reforzó su pedido para frenar el gasto en armamento militar y derivarlo a los sistemas de salud.

«La recesión económica que afecta a todo el mundo y que continúa expandiéndose provocará el desplazamiento de miles de millones de puestos de trabajo», planteó la religiosa y economista Alessandra Smerilli, al presentar los avances de la comisión de respuesta a la Covid-19 creada por el papa Francisco.

«La crisis económica y social podría tener dimensiones desastrosas. La pandemia también ha acelerado la transición tecnológica y digital: en ocho semanas hemos visto el equivalente a un progreso de cinco años, y eso acelerará la pérdida de empleos», lamentó Smerilli, coordinadora del capítulo económico de la comisión.

En ese marco, la también consultora de la Santa Sede planteó que «hay salidas, pero requieren visión, coraje y colaboración internacional».

«Ningún Estado, como su pueblo, puede hacerlo solo, ya que se requiere una enorme inversión pública en atención sanitaria, transición ecológica, reciclaje de los trabajadores y ayuda a las empresas que inicialmente sufrirán daños por la transición», agregó Smerilli en conferencia de prensa en el Vaticano.

La pandemia también ha acelerado la transición tecnológica y digital: en ocho semanas hemos visto el equivalente a un progreso de cinco años, y eso acelerará la pérdida de empleos”

«La pandemia ha revelado el verdadero alcance de nuestra interconexión. Sabemos que la salud es un bien común mundial, y los servicios de prevención y atención deben ser también mundiales», convocó por último la consultora económica de la secretaría de Estado del Vaticano.

La presentación de los avances de la comisión reforzó además el pedido del Vaticano por un cese al fuego mundial luego de la resolución de las Naciones Unidas con un reclamo en esa dirección celebrada por el papa Francisco.

Así, otro de los miembros de la comisión, el italiano Alessio Pecorario, aseveró que «los suministros médicos, la seguridad alimentaria y la reactivación económica centrada en la justicia social y la economía ecológica requieren recursos que pueden desviarse del sector militar en el contexto de un renovado control de armas».

«Los logros del control de armas y las estructuras de los tratados permitieron obtener un dividendo de paz en la última generación», planteó.

El cardenal ghanés Peter Turkson, coordinador de la comisión para pensar respuestas al coronavirus, aseveró en tanto que «no podemos luchar contra la pandemia si estamos luchando, o preparándonos para luchar, unos contra otros».

«Necesitamos congelar la producción y el comercio de armas», demandó el cardenal africano.

«La pandemia no conoce de adjetivos ni fronteras y nadie puede pensar en arreglárselas solo. Todos estamos afectados e implicados», dijo el Papa.

Por Corresponsal

El papa Francisco recordó hoy a las «familias enteras que no saben cómo enfrentarán la olla» por la pandemia de coronavirus, al tiempo que afirmó que la difusión de la Covid-19 hizo que «las lógicas con las que estábamos acostumbrados a dividir o clasificar la realidad desaparezcan».

«Sufrimos la pérdida repentina de familiares, vecinos, amigos, parroquianos, confesores, referentes de nuestra fe. Pudimos mirar el rostro desconsolado de quienes no pudieron acompañar y despedirse de los suyos en sus últimas horas», lamentó el pontífice en una carta que dirigió este sábado al clero diocesano de Roma.

Tras recordar «el sufrimiento y la impotencia de los trabajadores de la salud», Francisco se refirió también a «las dificultades y aprietos del confinamiento social: la soledad y el aislamiento principalmente de los ancianos; la ansiedad, la angustia y la sensación de desprotección ante la incertidumbre laboral y habitacional; la violencia y el desgaste en las relaciones».

En ese marco, afirmó: «Compartimos también las angustiantes preocupaciones de familias enteras que no saben cómo enfrentarán la olla la próxima semana».

«No se trata solamente de un hecho individual, familiar, de un determinado grupo social o de un país», se dirigió a los sacerdotes de la diócesis de la capital italiana.

«Las características del virus hacen que las lógicas con las que estábamos acostumbrados a dividir o clasificar la realidad desaparezcan. La pandemia no conoce de adjetivos ni fronteras y nadie puede pensar en arreglárselas solo. Todos estamos afectados e implicados», aseveró.

En esa dirección, analizó que «la narrativa de una sociedad profiláctica, imperturbable y siempre dispuesta al consumo indefinido fue puesta en cuestión develando la falta de inmunidad cultural y espiritual ante los conflictos».

«Un sinfín de nuevos y viejos interrogantes y problemáticas, que muchas regiones creían superados o los consideraban cosas del pasado, coparon el horizonte y la atención», añadió luego en la carta dada a conocer antes del rezo por el fin de la pandemia que Jorge Bergoglio encabeza este sábado desde los Jardines del Vaticano, señaló Télam.

Los Museos Vaticanos, con una afluencia promedio de 27.000 personas diarias hasta el inicio de la pandemia, volverán a abrir sus puertas el 1 de junio.

Luego de casi tres meses de cierre por la crisis del coronavirus, el Vaticano reabrirá sus Museos desde el 1 de junio, con el uso obligatorio de barbijo y control de temperatura para todos sus visitantes, que solo podrán entrar con reserva previa.

Según informó este sábado el Vaticano en un comunicado, los Museos Vaticanos, con una afluencia promedio de 27.000 personas diarias hasta el inicio de la pandemia, volverán a abrir sus puertas «con total seguridad» el 1 de junio, «tras casi tres meses de cierre».

De acuerdo a la Santa Sede, «en el escrupuloso respeto de las normas de higiene y de distanciamiento», todos los visitantes deberán pasar por un control de temperatura y solo se permitirá el ingreso a quien use barbijo.

«Los Museos Vaticano reabrirán con novedades en la pinoteca y en las restauraciones hechas en las denominadas estancias de Rafael», adelantó la directora de los Museos, Barbara Jatta, al recordar en un video difundido por la Santa Sede la conmemoración de los 500 años del pintor italiano.

Además, el ingreso solo se permitirá con reserva previa, por lo que el Vaticano decidió eliminar el cargo extra que cobraba de 4 euros como preventa.

Las visitas gratuitas del último domingo del mes fueron suspendidas hasta nuevo aviso, informó el Vaticano, que adelantó que también las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, antigua residencia veraniega de los papas, abrirán desde el 1 de junio.

Los Museos Vaticanos, que albergan la Capilla Sixtina y las estancias de Rafael, entre otros lugares icónicos, son una de las fuentes de ingreso principales de la Gobernación del Vaticano, con cerca de 6 millones de visitantes al año que pagan un ticket de 17 euros, señaló Télam.

Equipos de desinfectación trabajaron hoy dentro de la Basílica vaticana con una solución en base a hipoclorito de sodio (lavandina) diluido al 70% para buscar reducir la carga de bacterias en las superficies.

El Vaticano inició hoy los trabajos de limpieza y desinfección de la Basílica de San Pedro y de sus ingresos para poder adecuar sus instalaciones a las medidas de higiene que permitan su reapertura, prevista para el próximo lunes.

Equipos de desinfectación trabajaron hoy dentro de la Basílica vaticana con una solución en base a hipoclorito de sodio (lavandina) diluido al 70% para buscar reducir la carga de bacterias en las superficies y bajar la carga viral que pueda existir dentro del establecimiento.

Según informó en un video divulgado por la Santa Sede, el vicedirector de Salud e Higiene del Vaticano, Andrea Arcangeli, las medidas de este viernes se hicieron «con la cautela del caso para no dañar las obras de arte presentes» en la Basílica constuida en el siglo XVI y que alberga, entre otras, a «La Piedad», de Miguel Ángel.

En línea con las disposiciones del gobierno italiano que desde el lunes permitirá la reapertura de Iglesias y la celebración de misas en todo el país, el Vaticano también comenzó las medidas para la vuelta al funcionamiento de sus cuatro Basílicas en Roma: San Pedro, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuos y San Juan Letrán.

Fuera de la Basílica, en la Plaza San Pedro, los bomberos trabajaron a lo largo de la mañana del viernes para preparar la apertura la plaza que estuvo cerrada al público durante dos meses.

Según adelantaron fuentes vaticanas a Télam, la Santa Sede divulgará en las próximas horas una guía para la reapertura en la que se buscará evitar que los fieles crucen la Plaza, por lo que se promoverán los ingresos a través de la columna circular que la rodea.

Este viernes ya están visibles algunas marcas amarillas colocadas en los pisos bajo las columnas para ayudar a los peregrinos a mantener entre ellos la distancia de metro.

Según dijo a Télam el vocero papal Matteo Bruni, la Gendarmería Vaticana filtrará los accesos en estrecha colaboración con la Policía Italiana, y también se desplegarán voluntarios de la Orden de Malta para garantizar la seguridad de los peregrinos.

Además, Bruni planteó que no se descarta que se dispongan escáneres térmicos para medir la temperatura de los visitantes.

Tras varias semanas de negociación, Italia dispuso una capacidad máxima de 200 personas para las misas en lugares cerrados, una medida que podría ser replicada para las Basílicas vaticanas, señaló Télam.

La expropiación podría ocurrir sin una consulta adecuada y una compensación justa de las comunidades afectadas o sin prever el reasentamiento y rehabilitación, creando así desplazamiento interno, plantea en un documento.

El Vaticano denunció hoy la responsabilidad de «multinacionales y milicias privadas» entre las causas de los desplazamientos forzados de millones de personas en todo el mundo.

El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, a través de la sección para migrantes y refugiados que conduce el cardenal Michael Czerny, dio a conocer hoy una guía con «Orientaciones pastorales sobre los desplazados internos», en la que plantea los orígenes de una situación que afecta a más de 40 millones de personas en el mundo.

En la guía, el organismo considera «oportuno» señalar como protagonistas de estos hechos a «los gobiernos y las entidades del sector privado, incluidas las milicias privadas, los grupos extremistas y multinacionales, a veces son responsables de la adquisición planificada o arbitraria de ciertos territorios».

«El objetivo es a menudo la construcción de infraestructura u otros proyectos inmobiliarios, pero también la minería, el cultivo intensivo y la apropiación de tierras. La expropiación podría ocurrir sin una consulta adecuada y una compensación justa de las comunidades afectadas o sin prever el reasentamiento y rehabilitación, creando así desplazamiento interno», plantea el documento.

Según las cifras citadas por la guía, a fines de 2018 había 41.3 millones de personas en todo el mundo víctimas de desplazamientos internos, el número más alto de la historia.

El documento, publicado este martes, plantea además una autocrítica por la acción de la Iglesia en la gestión de conflictos étnicos y tribales en los años recientes.

«Conflictos étnicos y tribales pueden ser la causa de desplazamientos internos y la Iglesia no siempre operó de manera proactiva para la resolución de los mismos, denunciando las injusticias y promoviendo paz y reconciliación»reconoce el documento de 122 puntos colmado de citas del papa Francisco.

Ya en 2017, el propio Pontífice había ensayado un mea culpa en nombre de la Iglesia católica por el rol que cumplió durante el genocidio en Ruanda, que dejó unos 800.000 muertos a raíz de las matanzas de la minoría tutsi a manos de la etnia mayoritaria hutu.

En el documento presentado este martes, la Iglesia se convoca a trabajar por la reconciliación, la aceptación recíproca y el respeto entre grupos étnicos o tribus de cara al futuro.

Entre las acciones concretas, plantea la posibilidad de generar rezos conjuntos entre los líderes enfrentados, indicó Télam.

Debido a la cuarentena por la pandemia de COVID-19, un grupo de mujeres trans que ejercen la prostitución en un balneario cercano a Roma se presentó en una parroquia y pidió ayuda por su situación económica. Las mujeres mandaron cartas al Vaticano y “el Robin Hood del Papa”, el cardenal Konrad Krajewski, acudió rápidamente para socorrerlas, según comenta U24.

Debido a la pandemia de COVID-19, millones de personas en el mundo están sufriendo problemas económicos. Como siempre, los más damnificados son los de los estratos más bajos.

El párroco de la iglesia Beata Virgen Inmaculada de Torvaianica cercana a Roma, Andrea Connochia, recibió a un grupo de personas transexuales quienes “se armaron de valentía; una a una fueron llegando a la parroquia tocando la puerta para pedir comida, consolación y ser escuchadas“.

“Vinieron de una manera muy respetuosa, delicada, poco a poco comenzamos a comunicar, a escucharnos, a saber de sus historias de vida. Ellas pedían ayuda para cosas esenciales: para pagar el alquiler de la habitación, pagar el tanque de gas, la factura de la electricidad”, indicó Connochia a la agencia Aleteia.

“Eran personas de Perú, Colombia, Argentina…entonces, se me ocurrió de decirles: ‘Escribamos al Papa, él es de Latinoamérica’, nos escuchará, cuéntenles algo de ustedes, cómo viven, qué hacen, desde hace cuánto están aquí y así pueden pedir un auxilio”, contó Connochia.

En las cartas, reveló el párroco, las remitentes “lloraban por el dolor, por la vergüenza, por la marginación, la soledad y por las vidas que llevaban, una de ellas le cuenta al Papa su enfermedad (VIH)”.

Las misivas fueron entregadas al cardenal Konrad Krajewski. Este es conocido como “el Robin Hood del Papa”, y está a cargo de las caridades del Vaticano. Por eso, transfirió el dinero necesario a la parroquia para ayudarlas.

“No entiendo por qué esto está recibiendo tanta atención”, dijo Krajewski a Reuters por teléfono. “Este es trabajo común para la Iglesia, es normal. Así es como la Iglesia es un hospital de campaña”. Además, afirmó que las prostitutas transexuales posiblemente eran indocumentadas, lo que les hacía difícil buscar ayuda en las oficinas estatales en Italia.

“Todo está cerrado. Ellas no tienen ningún recurso. Ellas fueron a su pastor. Ellas no podrían haber acudido a un político o parlamentario. Y el pastor vino a nosotros. Ellas están realmente en problemas porque algunas veces sus pasaportes les fueron arrebatados por la mafia de proxenetas que las controlan. Nosotros seguimos el evangelio”, comentó.

“En Pascua le hemos llevado miles de paquetes a presos, entre los cuales había transexuales y prostitutas. Mi tarea es ayudar a quien lo necesita y vaciar la cuenta para la caridad del Papa. Si está vacía, está bien y cuando se vacía, por suerte siempre hay benefactores que siguen donando”, le dijo el cardenal al Corriere della Sera.

«Le pedimos al Señor que le dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y la obediencia a las disposiciones, para que la pandemia no vuelva», dijo el pontífice.

El papa Francisco pidió hoy que la gente tenga «prudencia y obediencia» en la salida de la cuarentena, en medio del levantamiento gradual de las medidas de restricción por la pandemia de coronavirus en varios países.

«En este tiempo, cuando empezamos a tener disposiciones para salir de la cuarentena, le pedimos al Señor que le dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y la obediencia a las disposiciones, para que la pandemia no vuelva», dijo el pontífice durante la misa que celebró en su residencia de Casa Santa Marta.

El pedido de Jorge Bergoglio se cuando algunos países, como Italia, informaron ya un plan de flexibilización gradual de las restricciones que supone, de todos modos, una larga «fase de convivencia» con el virus.

Los dichos del Papa llegan además al día siguiente de los cruces entre la influyente Iglesia italiana y el primer ministro del país, Giuseppe Conte, por la negativa del gobierno a incluir la celebración de misas en la primera lista de actividades que serán admitidas desde el 4 de mayo, cuando empiece la salida gradual de la cuarentena, señaló Télam.

El Vaticano salió hoy a respaldar el pedido del papa Francisco para que se condone la deuda a los países pobres en medio de la pandemia de coronavirus y destacó en su sitio oficial que es «una idea apoyada desde hace mucho tiempo por la Iglesia».

«La cancelación de la deuda de los países más pobres ha estado por mucho tiempo en los labios de la Iglesia y los Papas», planteó hoy el Vaticano en un artículo de su sitio oficial, Vatican News.

«Ya en 1967, en su encíclica Populorum Progressio, Pablo VI abordó la cuestión refiriéndose al desarrollo de los pueblos», recordó la Santa Sede, que consideró «un pequeño paso para muchos países» la decisión de los ministros de finanzas de los países del G20 de adoptar una moratoria de un año sobre la deuda de los países más pobres.

En el artículo de este lunes, el Vaticano recordó también que Juan Pablo II hizo «de la deuda uno de los temas del Jubileo del Año 2000» y que el Papa polaco «se basó en particular en la campaña internacional para la cancelación de la deuda de los países del Tercer Mundo lanzada 10 años antes por el Consejo Africano de Iglesias».

El respaldo del Vaticano a la decisión del G20 se da luego de que el papa Francisco pidiera a mitad de abril la condonación de la deuda de los países más pobres, durante su bendición Urbi et Orbi de Pascua, señaló Télam.

El papa Francisco realizó este Viernes Santo la ceremonia del viacrucis en el Vaticano y, por primera vez, no contó con la presencia de fieles debido a la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19).

El viacrucis tradicionalmente se lleva a cabo en el Coliseo de Roma (capital italiana), pero en esta ocasión se realizó en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.

 

Una docena de personas caminaban con una gran cruz y cirios en sus manos para simbolizar la recreación de la Pasión de Jesús. La medida se implementó para evitar aglomeraciones que generen riesgos de contagios.

Al término de la ceremonia, dedicada este año a la memoria de las personas que guardan prisión, el pontífice impartió la bendición apostólica. Esta tradición tiene sus raíces en el siglo XVIII y evoca la pasión de Jesús en su recorrido al calvario.

Horas antes de iniciar el evento, el papa Francisco aseguró a un medio local que está cerca «del pueblo de Dios, de los más sufrientes, especialmente de las víctimas de esta pandemia, del dolor del mundo».

Todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se han realizado sin la presencia física de creyentes por “la emergencia de la salud pública actual global”, anunciaron previamente desde el Vaticano.

Fuente: Telesur