Desde Urdinarrain, Entre Ríos,San Isidoro se consolida con genética importada desde Inglaterra.
Cabaña San Isidoro genética inglesa. Tiene 22 años de trayectoria y una apuesta firme por la genética, logró incorporar sangre 100% inglesa y exportar animales vivos a Paraguay y Brasil. Según informa: Clarín
Facundo Sánchez es la cara visible de Cabaña San Isidoro, un emprendimiento familiar ubicado en Urdinarrain, Entre Ríos. Con más de dos décadas dedicadas a la cría de bovinos Angus y ovinos Hampshire Down, la firma no solo ha ganado prestigio en las pistas, sino que también ha logrado posicionar su genética en mercados internacionales como Paraguay y Brasil.
«Empezamos con el ovino como un complemento, pero con el tiempo se convirtió en una actividad bien profesional», explica Sánchez. La cabaña nació hace 22 años, y desde hace ocho compite en las grandes ligas, con presencia en exposiciones de primer nivel como Palermo y la Nacional.
El punto de inflexión fue en 2021, cuando San Isidoro obtuvo premios relevantes en ambas competencias: en la Nacional de Río Cuarto logró la Gran Campeona Hembra, y en la edición reducida de Palermo por la pandemia —denominada Ovina Argentina—, se llevó las dos grandes campeonas hembras. “Ahí fue cuando empezamos a tener mayor repercusión y ventas”, recuerda.
Con un plantel de entre 120 y 150 hembras Hampshire Down, en su mayoría puras de pedigree, San Isidoro prepara anualmente entre 50 y 60 machos y la misma cantidad de hembras para exposición y venta. Participan en alrededor de 15 exposiciones al año, incluyendo todas las muestras importantes de Entre Ríos y Corrientes.
En 2022, la cabaña dio un salto estratégico al importar seis embriones directamente desde el Reino Unido, cuna de la raza. “Estábamos entre comprar embriones o 20 pajuelas de semen. Elegimos los embriones para jugárnosla con un macho puro inglés, y lo logramos”, cuenta con entusiasmo.
De los seis embriones nacieron cuatro corderos: tres hembras y un macho. “Ese macho es hoy el único 100% inglés en Argentina, y padre del nuevo plantel que estamos formando”, subraya. El objetivo es claro: conformar un núcleo genético 100% inglés para elevar el nivel de la raza en el país.
“Esta importación no solo es importante para nosotros, sino para toda la Hampshire Down en Argentina. Aporta oxigenación y mejora genética que ya se empieza a notar”, sostiene Sánchez.
Los resultados se ven también fuera del país. “En Paraguay tenemos muy buena reputación, y el año pasado el gran campeón y la gran campeona en ese país fueron de nuestra genética”, destaca. “Eso nos demuestra que estamos trabajando bien. Ver cómo se adaptan en climas y condiciones diferentes, donde no tienen los mismos recursos forrajeros, es una gran satisfacción”.
La pasión por lo ovino
Consultado sobre por qué eligieron la raza, Sánchez no duda: “Me encanta la actividad ovina porque es muy artesanal, de todos los días, se vive con mucha pasión. Y la Hampshire Down es la número uno. Acá en Palermo se ve: 110 animales compiten contra 40 de la raza que le sigue”.
Aunque la situación del sector hoy no es la mejor, San Isidoro sigue apostando. “La actividad ovina no está pasando su mejor momento. Antes, para una cabaña, era más rentable que la bovina. Hoy estamos en un bache. La falta de comercialización es una de las trabas, pero ojalá se logre revertir”, dice con sinceridad.