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El hallazgo de los fósiles, por parte de un grupo de investigadores del Conicet, se produjo a finales de 2019 en Río Negro.

Investigadores del Conicet encontraron en Río Negro restos fósiles de 90 millones de años de antigüedad de un nuevo dinosaurio herbívoro gigante de cuello largo que fue presentado este viernes Cipolletti, y constituye un hallazgo sin precedentes por ser la especie más grande descubierta en esa provincia.

La nueva especie, bautizada Chucarosaurus diripienda, se encuentra entre los dinosaurios más grandes del mundo con sus 30 metros de largo.

«Chucarosaurus es un titanosaurio perteneciente al grupo de los saurópodos colososaurios. Por el tamaño de su fémur, de unos dos metros de largo, estimamos que debía pesar entre 40 a 50 toneladas y tener unos 30 metros de largo. Esto lo convierte en la especie más grande hallada hasta el momento en la provincia de Río Negro», afirmó Matías Motta, paleontólogo y coautor del trabajo, según publicó el Conicet en un comunicado.

El dinosaurio fue presentado en el Complejo Cultural Cipolletti, en Río Negro, mientras que el estudio de sus restos óseos ya fue publicado en la prestigiosa revista científica Cretaceous Research.

Chucarosaurus diripienda significa «lagarto fuerte» y «revuelto», y su fémur será descubierto tras la presentación de los paleontólogos, informó la Secretaría de Estado de Cultura de la provincia.

Los restos hallados, consistentes con las extremidades de dos individuos diferentes, fueron descubiertos a unos 25 kilómetros al sur de la Villa el Chocón a finales de 2019, en el marco de una campaña del equipo paleontológico del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia», a cargo del investigador del Conicet Fernando Novas.

En esta localidad ya se han hallado una gran cantidad de dinosaurios, incluyendo enormes carnívoros, pero hasta el momento no se habían descubierto dinosaurios herbívoros.

A diferencia de otros dinosaurios herbívoros de gran tamaño descubiertos en el sur de América, los huesos del Chucarosaurus son «notablemente más gráciles, lo que hace pensar que debía ser bastante más esbelto que otros gigantes», acotó Federico Agnolín, primer autor del trabajo.

Estos hallazgos permiten a los paleontólogos conocer mejor cómo era el ecosistema del norte rionegrino hace unos 90 millones de años, que se encontraba cubierto por bosques de araucarias y una gran diversidad de otros vegetales.

«El estudio de Chucarosaurus amplía el conocimiento anatómico de los huesos apendiculares de los titanosaurios, como humero, fémures, isquiones y tibias, los cuales poseen caracteres diagnósticos a nivel de especie, que demuestran una mayor diversidad morfológica a la previamente conocida. Estas diferencias debieron estar vinculadas a diversas adaptaciones ecológicas en los ambientes continentales fluviales donde habitaban», concluyeron.

Un grupo de paleontólogos del CENPAT, junto a investigadores del INIBIOMA (Bariloche), IMIBIO (San Luis), Museo Argentino Urquiza (Neuquén) e IIPG (Río Negro), realizó una nueva campaña en el norte de Neuquén, en un área conocida como Cerro Overo, donde encontraron restos de lo que podría ser una nueva especie de dinosaurio.

El equipo viene trabajando en esa zona hace unos diez años, donde realizaron muchísimos hallazgos importantes: “En este caso, la campaña correspondía a la recuperación de material que había sido encontrado y parcialmente extraído en el año 2019. Había quedado en el campo porque pensábamos ir en el 2020 y la pandemia no lo permitió. Recién pudimos volver el año pasado, recuperamos uno de los dos ejemplares de 2019, pero también apareció uno nuevo”, cuenta Ariel Méndez, investigador del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET).

Según explica el paleontólogo, lo que tenían por recuperar era una de las patas de un dinosaurio carnívoro, un abelisáurido, que está bastante completo. Faltaba extraer un fémur, la tibia y algunos otros restos como costillas y vértebras que estaban mal preservadas. Además, quedaba la recuperación de una tortuga que se encontraba en el mismo sitio, mezclada entre los restos del dinosaurio.

“Los abelisáuridos son, posiblemente, el grupo de dinosaurios carnívoros más y mejor representado en la Patagonia. Este ejemplar en particular, viendo un poco las características en el campo porque todavía no ha sido estudiado, va a ser realmente un hallazgo muy importante porque conservó partes de las cuales hay muy poca información, como por ejemplo los pies. Encontramos algunos metatarsos, algunas falanges articuladas y eso nos permitirá saber cómo es la morfología y cómo se diferencia de los otros pocos que se conocen en Patagonia”, detalla Méndez y agrega: “Haciendo una estimación rápida y comparándolas con otras formas que conocemos de la zona, no sería un dinosaurio mucho más grande. Estamos hablando de un animal de seis o siete metros, pero sí se diferencia en que parece ser un poco más robusto”.

Al haber comenzado la campaña en 2019, uno de los temas fundamentales es cómo conservar los huesos que habían quedado en el campo neuquino. Para ello, los científicos “le pusimos un consolidante para que estén en mejores condiciones, luego una capa de vendas enyesadas. Eso lo cubrimos con nylon y mucha tierra encima para que no se vea y no haya evidencia de que eso estaba ahí, más allá de que es un lugar aislado”.

Esta campaña es parte de un proyecto que llevamos adelante con distintos investigadores de la región y del Museo de Rincón de los Sauces, con financiamiento, en parte, de un Proyecto de Investigación Plurianuales (PIP) de CONICET y también como parte de un proyecto internacional con investigadores de la Universidad de Seúl (Corea del Sur) y la Universidad de La Laguna (España).

Paleontólogos argentinos descubrieron una nueva especie de dinosaurio, primera en su clase descubierta en Sudamérica. El hallazgo fue realizado por científicos de la Fundación Natural Félix de Azara, la Universidad Maimónides y la Universidad del País Vasco en el Área Paleontológica «La Buitrera», ubicada en la provincia de Río Negro.

Los dinosaurios tireóforos son muy abundantes en el hemisferio norte, pero en el registro fósil de Sudamérica son muy escasos. De hecho, en Argentina, los únicos restos que se conocían previamente se trataban de materiales incompletos, al punto que no permiten reconocer especies novedosas.

Por lo que, tras más de 200 años de historia de la paleontología de vertebrados en Argentina, este es el primer dinosaurio acorazado argentino en recibir un nombre. La nueva especie recibió el nombre de Jakapil Kaniukura. En términos del lenguaje mapuche-puelche, la primera palabra significa portador de escudos y la segunda hace referencia a la cresta de piedra que caracteriza a la especie.

Más detalles de esta nueva especie

Se trata de un pequeño dinosaurio bípedo, de unos 1,5 metros de longitud y entre 4 y 7 kg de peso. Pertenece al grupo de los tireóforos o dinosaurios acorazados, cuyo rasgo más distintivo es la presencia de varias hileras de huesos dérmicos en forma de escudos que protegen el cuello, lomo y cola del animal, similar a lo que ocurre en los cocodrilos actuales.

Al igual que el resto de los dinosaurios acorazados, el Jakapil tiene dientes en forma de hoja, similares a los de las iguanas actuales, y con grandes caras de desgaste, lo que se condice con una dieta herbívora. Su rasgo más distintivo es la forma de su mandíbula, única entre los dinosaurios de su tipo por ser relativamente corta y con una gran cresta en el borde inferior. La mayoría de los escudos son también particulares, muy aplanados, en forma de discos.

Elemgasem nubilus es el nombre del nuevo dinosaurio depredador que paleontólogos hallaron en Neuquén. Se trata del primer animal de la familia de los terópodos abelisáuridos, que vivió hace 90 millones de años en territorio argentino.

Ese período, llamado Turoniano-Coniaciano, se caracterizó por el cambio climático global y eventos de extinción masiva.

Los fósiles fueron encontrados por especialistas del Conicet cerca de la ciudad de Plaza Huincul. Su hallazgo se describe en la revista Papers in Palaeontology. Se trata de un animal bípedo y carnívoro.

“A partir de análisis histológicos de los fósiles determinamos que el ejemplar tenía una edad mínima de ocho año. Era un individuo sexualmente maduro, pero todavía no había terminado de crecer”, afirma Mattia Baiano, primer autor del trabajo que formó parte de su tesis como becario doctoral del Conicet.

El ejemplar de la nueva especie tenía una longitud aproximada de cuatro metros desde la cabeza a la cola y una altura cercana a los dos metros.

“Elemgasem nubilus era parte de una fauna que cuenta con varios dinosaurios carnívoros descritos previamente como Patagonykus, Megaraptor, Neuquenraptor y Unenlagia, todos procedentes de la misma localidad fosilífera”, destaca Baiano, ahora becario posdoctoral del Conicet en la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN).

El nombre se compone por Elemgasem, referencia al dios tehuelche, y nubilus que en latín significa “días nublados”. “La niebla es poco común en el clima semiárido de la Patagonia, pero fue muy persistente durante los días en los que se descubrieron sus fósiles”, explica Baiano.

Carnotaurus, el famoso de la familia

Uno de los terópodos abelisáuridos más famoso es el Carnotaurus sastrei, caracterizado por sus cuernos. Aparece en las últimas películas de la saga Jurassic Park. Esta nueva especie pertenece al mismo grupo.

Esta familia de dinosaurios predominó en la fauna carnívora durante el Cretácico Superior (entre 100 y 66 millones de años atrás) de Gondwana, un continente formado por lo que ahora es América del Sur, la Antártida, India, África y Australia.

La nueva especie cronológicamente se ubica entre medio de otras del grupo. Pero sorprende su tamaño más pequeño respecto de otros abelisaurios.

Importancia del hallazgo

Rodolfo Coria, reconocido paleontólogo y director de la tesis de Baiano, afirma: “Elemgasem representa una pieza clave en el rompecabezas de la evolución de este grupo, que comenzó a armarse con los primeros hallazgos de José Bonaparte, el paleontólogo argentino de vertebrados más importante del siglo 20, en la década de 1980″.

En tanto, Diego Pol, también autor del trabajo e investigador del Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew (Chubut) enfoca el hallazgo en el contexto de extinción que estaba viviendo el planeta en ese momento y cómo algunas especies sobreviven y otras no.

“Lo difícil es encontrar las especies sobrevivientes justo en la época de estas extinciones, porque si encontramos sus descendientes diez millones de años después de la extinción estaremos viendo especies ya muy modificadas”, apunta.

Y agrega: “Elemgasem nos aporta un poco de información sobre este aspecto y será un dato que en el futuro nos ayudará a comprender uno de los tantos eventos de extinción parcial que sufrieron los dinosaurios en su historia”.

Es financiada por el Ministerio de Turismo de la Nación, a través del Programa «50 Destinos», con una inversión superior a los 40 millones de pesos.

Se realizó este miércoles en Trelew la apertura de ofertas para la construcción del Centro de Visitantes del Patagotitan Mayorum que estará ubicado junto a la réplica del dinosaurio, en el acceso norte de la ciudad.

El acto público fue encabezado, en el Salón Histórico del palacio municipal, por el coordinador de Gabinete y Gobierno, Norberto Yauhar, junto a la gerenta del Ente Trelew Turístico (EnTreTur), Mónica Montes Roberts, el secretario de Planificación, Obras y Servicios Públicos, Ricardo Quiroga y el director de Obras, Jorge Yuseff.

La única oferta fue presentada por la empresa Casema Construcciones S.A. por un monto de 53.034.023,92 pesos. Los trabajos tendrán un plazo de ejecución  de 180 días desde que se firme el inicio de obra.

El proyecto es financiado por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, a través del Programa Nacional de Inversiones Turísticas «50 Destinos».

Norberto Yauhar aseguró que los fondos para la obra «ya están en la cuenta del Municipio» y sólo queda por delante el trámite legal y técnico.
«Una vez que se analice la oferta, la idea es estar firmando rápidamente el contrato de obra, porque tenemos el inconveniente de la inflación, una situación compleja con precios que varían todos los días», indicó el funcionario.

Yauhar confimó, además, que «Vialidad Nacional realizará  la obra de iluminación  desde lo que será el Centro de Interpretación  hasta el empalme con la rotonda de acceso. Es un acompañamiento muy importante por parte del Gobierno Nacional», dijo.

«Es una obra emblemática»

La gerenta del EnTreTur, Mónica Montes Roberts, destacó que el Centro de Visitantes del Patagotitan Mayorum es una «obra emblemática» para la ciudad, que forma parte del Programa de Desarrollo del Turísmo Científico, delineado a principios de la primera gestión del intentente Adrián Maderna y que incluye además la puesta en valor del Centro Astronómico y el Plan de Manejo del sistema lagunar, orientado al avistaje de aves.

«Hemos trabajado de manera articulada con el Gobierno Nacional para un plan de desarrollo turístico para la ciudad hace seis años, y hemos cumplido cabalmente lo que nos habíamos propuesto, con resultados a la vista, como el 68 por ciento de ocupación hotelera que tuvimos en la ciudad durante la tres semanas de vacaciones de invierno, con un  derrame económico de más de 200 millones de pesos», sostuvo Montes Roberts.

La referente del EnTreTur explicó que el proyecto es importante por sus caracteríticas pero también por el hecho de que «hace más de 15 años que no se invertía en Trelew semejante cantidad de millones en una obra turística».
«Instalamos en el 2017 la reproducción artística del Patagotitan Mayorum y hoy estamos dando un paso enorme para que el año que viene tengamos el Centro de Visitantes. Por eso le damos un agradecimiento enorme a nuestros funcionarios nacionales, y al Intendente por el apoyo que ha venido dando al sector desde el inicio de su gestión», finalizó.

El Centro de Visitantes contará con un patio interior o claustro, a partir del cual girarán todas las actividades principales. Incluirá una sala de exposiciones, sanitarios, depósitos, centro de vigilancia, administración y office, además de un amplio estacionamiento  y una confitería.

Habría sido un grupo de jóvenes que aún no fueron identificados. Los paneles solares se colocaron para darle visibilidad a la réplica del dinosaurio, ubicada en el ingreso norte de la ciudad.

Sobre la noche del miércoles y madrugada de este jueves, autores ignorados, presuntamente un grupo de jóvenes, vandalizaron los paneles solares que habían sido colocados por el municipio, para iluminar la replicada del dinosaurio más grande del mundo, ubicada en el acceso norte de la ciudad de Trelew.

Según informaron a Jornada desde la Municipalidad, aún no se logró dar con los autores del hecho y estos actos de vandalismo se suman a los acaecidos, días pasados, en distintos puntos de la ciudad como la secretaría de turismo y la plaza central.

Si bien los costos materiales deberán ser afrontados para reponer los daños, desde el municipio lamentan que se hayan dañado edificios que tienen un valor histórico para la ciudad.

Descubrieron una nueva especie de d un «temible» dinosaurio en la Patagonia. Se trata de fósiles de una nueva especie de dinosaurio en la Patagonia argentina, que corresponden probablemente a uno de los principales depredadores de la región durante el Cretácico Superior

Vivió hace unos 85 millones de años, y sus restos denotan un formidable tamaño (hasta cinco metros de largo), mordida extremadamente poderosa, dientes muy afilados, enormes garras en sus patas, y agudo sentido del olfato.

“Lo nombramos Llukalkan aliocranianus. La primera palabra es un vocablo mapuche que significa el que asusta o causa temor y la segunda, en latín, hace referencia a un cráneo distinto. Las diferencias que presentaba en el cráneo, en comparación con el de otras especies de abelisáuridos, permitieron en definitiva darnos cuenta que estábamos ante una especie nueva”, comenta Federico Gianechini, investigador del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (IMIBIO-SL, CONICET-UNSL) y primer autor del trabajo.

Tenía un extraño cráneo corto con huesos ásperos, por lo que en vida su cabeza presentaba protuberancias y prominencias como algunos reptiles actuales como el monstruo de Gila o algunas iguanas. Su audición también era diferente a la de otros abelisáuridos. La composición de su cráneo sugiere que esto era mejor que la mayoría de los otros abelisáuridos y similar al de los cocodrilos de hoy en día.

Los restos fósiles de Llukalkan y Viavenator se encontraron a solo 700 metros de distancia en la Formación Bajo de la Carpa, cerca del mismo sitio famoso de fósiles en La Invernada, en Argentina.

«Este es un descubrimiento particularmente importante porque sugiere que la diversidad y abundancia de abelisáuridos fueron notables, no solo en la Patagonia, sino también en áreas más locales durante el período crepuscular de los dinosaurios», dice el autor principal, el doctor Federico Gianechini, paleontólogo.

Los abelisáuridos eran una llamativa familia de dinosaurios terópodos con un promedio de cinco a nueve metros de largo que merodeaban principalmente en la Patagonia y otras áreas del antiguo subcontinente sur de Gondwana, reconocido hoy como África, India, Antártida, Australia y América del Sur. Hasta la fecha, se han desenterrado casi 10 especies de este temible depredador en la Patagonia. Si bien los abelisáuridos se parecían a T-Rex en apariencia general con pequeños brazos rechonchos, tenían cráneos inusualmente cortos y profundos que a menudo tenían crestas, protuberancias y cuernos, y eran únicos.

Moviéndose erguido sobre sus extremidades traseras con enormes garras que pueden haber usado para apuñalar a su presa, Llukalkan tenía mordidas extremadamente poderosas y dientes muy afilados con los que derribar a su presa mientras se movía rápido gracias a sus poderosas patas traseras.

Los restos fosilizados de Llukalkan incluyen un cráneo magníficamente conservado y sin triturar. Teniendo en cuenta que el endocráneo estaba muy bien preservado, se convocó a la especialista en paleo-neurología e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA), Ariana Paulina-Carabajal, quién pudo reconstruir el encéfalo y el oído interno en forma digital en 3D, utilizando tomografías computadas, y reflejar en forma relativa la forma y tamaño del encéfalo y órganos de los sentidos.

A los dinosaurios los pudo extinguir un cometa en vez de un asteroide, según un nuevo estudio.

Investigadores de Harvard teorizaron que un trozo de cometa se estrelló contra la Tierra hace más de 66 millones de años y creó el cráter Chicxulub. Así lo señala el estudio publicado este lunes en la revista Scientific Reports.

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El cráter Chicxulub se encuentra en la península de Yucatán, en lo que actualmente es México, y se extiende por unos 177 kilómetros. El impacto que creó el cráter se relaciona con el evento de extinción Cretácico-Paleógeno, que acabó con los dinosaurios y muchas otras especies, según el estudio.

«Debió haber sido una vista hermosa. Pero la diversión terminó cuando la roca golpeó el suelo», señaló el coautor del estudio Abraham Loeb, profesor de ciencias en la Universidad de Harvard.

La teoría de Loeb es que un trozo de cometa fue el responsable del evento de extinción masiva, y no un asteroide como es la hipótesis de muchos científicos. El cometa se originó en la Nube de Oort, un grupo de objetos helados ubicados en el borde del sistema solar, señaló.

Un cometa es una pieza de escombro espacial conformada principalmente de gas congelado. Mientras, el asteroide es una pieza de roca que se encuentra más comúnmente en el Cinturón de Asteroides, una colección de asteroides entre Marte y Júpiter, según Chad Myers, corresponsal meteorológico de CNN.

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Las probabilidades de que un asteroide con un diámetro de al menos 9,9 kilómetros provoque un evento de impacto en Chicxulub es de una en cada 350 millones de años, según el estudio. Los cometas largo periodo ––cuya órbita es de más de 200 años–– que son capaces de generar un evento en Chicxulub resultan significativamente más inusuales. Solo uno ocurre de 3,8 a 11 mil millones de años, encontró el estudio.

El posible camino del cometa
Los investigadores presentan una teoría de cómo el cometa podría haber superado esas probabilidades remotas.

A medida que el cometa viajaba al centro del sistema solar desde la nube de Oort, la fuerza gravitacional de Júpiter podría haberle dado un impulso, de manera que tuviera la velocidad suficiente para alcanzar el Sol, según Loeb.

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«Júpiter actúa como una máquina de pinball», señaló Loeb. «Cuando algo se le acerca, puede darle una patada».

Al llegar al Sol, la fuerza gravitacional del nuestra estrella podría haber quebrado el cometa en múltiples pedazos, según el investigador. Al tener más piezas de cometa, es 10 veces más probable que el cometa golpeara la Tierra cuando las piezas se alejan del Sol, según Loeb.

Otros investigadores cuestionan la nueva teoría

Otros investigadores no estuvieron de acuerdo con los hallazgos del nuevo estudio. En ese sentido, señalan que varias pistas apuntan a que un asteroide creó el cráter Chicxulub y acabó con los dinosaurios.

Por un lado, el iridio ––junto a un puñado de otros elementos químicos–– se encontró esparcido por todo el mundo después del impacto, dijo David Kring, científico principal del Instituto Lunar y Planetario en Houston y quien no participó en el estudio del cometa.

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Kring destacó que las proporciones de esos elementos son las mismas proporciones que se ven en las muestras de meteoritos de asteroides.

La pieza del cometa también habría sido demasiado pequeña para formar un cráter de ese tamaño, consideró Natalia Artemieva, que tampoco participó en el estudio. Artemieva es científica principal del Instituto de Ciencias Planetarias.

El estudio estimó que el tamaño de la pieza del cometa era de aproximadamente 6,4 kilómetros de ancho. Pero, Artemieva argumentó que el cometa necesitaría tener al menos 12 kilómetros de ancho para hacer un cráter de la magnitud de Chicxulub. En ese sentido, explicó que con el pequeño trozo de cometa eso «es absolutamente imposible». También indicó que el tamaño del cráter del impacto sería al menos la mitad.

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Por otro lado, Kring señaló que la frecuencia con la que un asteroide o cometa golpea la Tierra para crear tal impacto es estadísticamente insignificante.

No importa si es aproximadamente «una vez cada 350 millones de años y tuvimos un evento hace 66 millones de años». Porque, estadísticamente, esa sería la única ocurrencia en el lapso de 350 millones de años, dijo.

Los investigadores también tienen una gran cantidad de muestras de asteroides para estudiar en comparación a los cometas, indicó Kring.

«No hay absolutamente ninguna evidencia que demuestre que su modelo sea incorrecto. Pero, por otro lado, hay muchas pruebas que todavía apuntan a que un asteroide es el elemento más probable que impactó», dijo Kring.

Loeb señaló que está interesado en buscar piezas de cometas restantes de la ruptura para verificar su teoría.

CNN

Un equipo de científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) descubrieron huesos de un nuevo dinosaurio que vivió hace 98 millones de años. De acuerdo a los paleontólogos, podría ser la especie más grande conocida hasta el momento.

Las piezas, encontradas en Neuquén, fueron identificadas como perteneciente a la familia de los dinosaurios saurópodos, que tenían cuellos y colas inmensamente largos, patas en forma de pilares e incluye especies que crecieron hasta alcanzar el tamaño más grande conocido para un animal terrestre.

Los hallazgos fueron publicados en Cretaceous Research. Allí los científicos revelaron que se trata de un titanosaurio, un grupo de dinosaurios saurópodos de cuello largo cuyas distintas especies prosperaron en todo el mundo.

Sin embargo, los últimos titanosaurios vivieron en América del Sur, donde evolucionaron hasta convertirse en gigantes.

En mayo de 2014, apareció un ejemplar enorme llamado Patagotitan. Se cree que pesaba casi 60 toneladas, alcanzando longitudes de más de 31 metros. “Dado el tamaño de estos huesos, que superan a cualquiera de los animales gigantes conocidos anteriormente, el nuevo dinosaurio es el animal más grande conocido que caminó sobre la Tierra», manifestaron en aquel momento.

El pariente más cercano a este ejemplar y al nuevo descubierto es el Andesaurus, un tipo de «titanosaurio de gran tamaño» que existió durante la mitad del período Cretácico en América del Sur. Estos grandes saurópodos llegaron a medir 18 metros de largo.

Sin embargo, los fragmentos de huesos fosilizados indican que el nuevo titanosaurio era mucho más grande, superando fácilmente en tamaño al Andesaurus, por lo que probablemente es el animal terrestre más grande conocido. Detrás quedan otros dinosaurios gigantes: el Patagotitan y el Argentinosaurus, ambos tipos de saurópodos.

El nuevo espécimen es «considerado uno de los saurópodos más grandes jamás encontrados, probablemente superando el tamaño de Patagotitan», declararon los autores.

El hallazgo proporciona a los paleontólogos una mayor comprensión de la aparición de dinosaurios saurópodos gigantes, de cómo evolucionaron y cómo vivieron. Parece que numerosas especies de saurópodos vivían una junto a la otra, lo que sugiere que ocuparon diferentes roles en la red alimentaria, dijeron los científicos.

«El espécimen aquí reportado sugiere fuertemente la coexistencia de los titanosaurios más grandes y medianos con rebaquisáuridos de tamaño pequeño (una familia de dinosaurios saurópodos) al comienzo del Cretácico Superior en la provincia de Neuquén, lo que indica una supuesta partición del nicho».

Los dinosaurios saurópodos alguna vez estuvieron muy extendidos, y se han encontrado restos fosilizados en todos los continentes de la Tierra, incluida la Antártida.

Fuente: Baenegocios

La Universidad Nacional del Comahue (UNCo) informó que personal de la empresa Pampa Energía halló restos fósiles pertenecientes a un dinosaurio herbívoro que vivió hace 100 millones de años, en la zona de Sierra Chata, al norte de la localidad de Añelo en la provincia de Neuquén.

“Los restos fósiles corresponden a un dinosaurio herbívoro, probablemente de la familia de los Rebbachisauridae. Estos dinosaurios, que estuvieron distribuidos en el supercontinente Gondwana, han sido registrados principalmente en África y América del Sur. Los restos, a pesar de ser fragmentarios, pertenecen permiten brindar información relevante de este grupo”, indicó la UNCo en un comunicado.

Los paleontólogos Domenica dos Santos y Juan Porfiri, coordinaron las actividades de rescate para lo cual “aplicaron técnicas especiales de preservación de las piezas en campo y de recubrimiento de las piezas que permitieran protegerlas durante el traslado al laboratorio del museo de la UNCo”, explicó el escrito.

Finalmente, destacó “el compromiso de la empresa Pampa Energía en dar aviso del hallazgo y el rápido accionar de la Dirección de Patrimonio de Neuquén y el personal que trabaja en los Museos de la UNCo y Añelo para resguardar este valioso patrimonio paleontológico que formará parte del acervo del nuevo Museo de la localidad de Añelo”.