El gobernador Wilson Witzel extendió hasta el 30 de este mes las restricciones que había impuesto por primera vez el 17 de marzo, mientras siguen los roces entre Bolsonaro y el ministro de Salud.
El estado Río de Janeiro prorrogó hasta fin de mes la cuarentena dispuesta para combatir el coronavirus, que ya dejó 23.430 casos confirmados y 1.328 muertes en Brasil, donde se reiteraron roces entre el presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Salud, Luiz Mandetta.
Río de Janeiro es la segunda región más afectada de Brasil, con 3.231 contagios y 188 decesos, y el gobernador Wilson Witzel extendió hasta el 30 de este mes las restricciones que había impuesto por primera vez el 17 de marzo y prorrogado el 30 de ese mes.
La medida incluye la suspensión de las clases y de la llegada de vuelos internacionales y cruceros, así como el cierre de cines y teatros, y la prohibición de celebrar actos públicos, según la agencia de noticias EFE.
Mientras tanto, continuaron los roces entre Bolsonaro y Mandetta, por un lado, y también entre el presidente y el Congreso, en ambos casos debido a las diferencias de criterio con respecto a la estrategia para afrontar la pandemia.
“Espero que tengamos modelos de trabajo unificados, porque lo que pasa es que el brasileño está en duda, no sabe si escuchar al ministro o al presidente”, dijo Mandetta anoche al canal TV Globo.
“Yo no miro la TV Globo”, respondió lacónicamente el mandatario, consultado por periodistas sobre la declaración de su ministro.
La réplica estuvo a cargo del vicepresidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Otoni de Paula, quien afirmó que “Mandetta es un cáncer que si no es extirpado va a convertirse en metástasis”, según la agencia ANSA.
Mandetta no asistió esta anoche a la conferencia de prensa en la que funcionarios del área de Salud informan diariamente sobre la evolución de la pandemia.
La semana pasada, Bolsonaro estuvo a punto de echar a Mandetta y reemplazarlo por el diputado Osmar Terra, pero a último momento dio marcha atrás, luego de comprobar la oposición a esa medida por parte de la mayoría de los miembros del gabinete y los presidentes de las dos cámaras del Congreso.
“Estoy convencido de que el pico de la pandemia es ahora y la pandemia termina en mayo”, dijo Terra, en contradicción con lo expresado por Mandetta, para quien el momento crítico llegará entre mayo y junio.
Por otra parte, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley destinado a brindar un auxilio equivalente a 17.400 millones de dólares a los estados provinciales y los municipios para afrontar la crisis sanitaria, pero el ministro de Economía, Paulo Guedes, anticipó que sugerirá a Bolsonaro que vete la norma si llegara a sancionarse.
Mientras tanto, 105 personas murieron en las últimas 24 horas en Brasil y elevaron 9%, a 1.328, la cantidad de fallecidos por coronavirus en el país, donde además se registraron 23.430 casos confirmados, según el Ministerio de Salud.
El epicentro brasileño del Covid-19 es el estado San Pablo, con 608 muertes y 8.895 casos confirmados.
En Amazonas, en el norte del país, la situación sanitaria y funeraria es de colapso según el intendente de Manaos, Arthur Virgilio Neto, quien reportó 71 muertos y 1.275 contagios.
Bolsonaro, que rechaza el cese de las actividades para combatir la propagación el virus, también está enfrentado a la mayoría de los gobernadores, apoyados por Mandetta en las políticas de aislamiento y cuarentena.
El gobernador de San Pablo, Joao Doria, convertido en uno de los principales adversarios de los bolsonaristas, anunció que va a controlar los comercios con la policía y la vigilancia sanitaria para iniciar una campaña para que vuelvan a cerrar sus puertas.
Es que en algunos barrios, retrasada la ayuda del gobierno federal, muchos comercios populares o informales abrieron sus puertas porque así se lo pidió Bolsonaro, quien acusó de la futura crisis de empleo a los gobernadores.
Doria informó que el sistema de monitoreo de inteligencia artificial determinó que 55% de la población cumplió el aislamiento.
«Necesitamos llegar a 70% para lograr el ideal de no comprometer al sistema público de salud y las camas disponibles», afirmó Doria.
El sistema de monitoreo a través de teléfonos celulares fue implementado en San Pablo pero cuando iba a hacerse en todo el país a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Bolsonaro objetó esta decisión,según el diario O Globo, señaló Télam.