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Las exportaciones de cebada argentina a China llegarían a un récord de cerca de 1 millón de toneladas en el 2021, según fuentes del sector y datos comerciales, en momentos en que Pekín busca alternativas a su tradicional proveedor del grano, Australia, con el que mantiene un conflicto diplomático.

El salto sería desde las 300.000 toneladas de cebada forrajera argentina exportada a China el año pasado y demuestra cómo Argentina busca cubrir espacios antes ocupados por el grano australiano, luego de que Pekín aplicara en el 2020 una tasa del 80,5% a las compras de cebada del país oceánico.

Compañías agroexportadoras ya han presentado declaraciones juradas al Gobierno argentino por ventas por 1,1 millones de toneladas de cebada forrajera de la campaña 2020/21, cuya recolección finalizó hace unas semanas. Operadores dijeron que la mayoría de esos embarques van a ir a China.

«Está claro que este año todas las exportaciones de cebada de Argentina van a ir a China», dijo Agustín Baque, un operador internacional de cebada en el país sudamericano. «Estimo que en los próximos meses China comprará unas 400.000 toneladas adicionales», agregó.

Muchos de los embarques argentinos que comenzarán a ir a China antes tenían como destino a Arabia Saudita, que hasta el año pasado era el principal comprador del cereal del país latinoamericano y que ha comenzado a proveerse de cebada australiana.

China está importando grandes volúmenes de granos para usar como forraje para reconstruir sus diezmadas piaras como consecuencia de un brote de Fiebre Africana Porcina, en momentos en que sus reservas de maíz son bajas.

Una fuente en China cercana al comercio de granos dijo que se espera que Argentina exporte al menos 900.000 toneladas de cebada a China en el 2021.

«Las exportaciones de cebada de Argentina a China han crecido fuertemente y están en niveles récord», dijo una segunda fuente de China con conocimiento del comercio del grano, que agregó que estaba prevista la entrega de 500.000 toneladas de cebada de Argentina al gigante asiático entre febrero y marzo.

«El principal motivo sigue siendo cubrir el faltante dejado por la situación con la cebada australiana. A su vez, los precios domésticos del maíz son altos y las reservas limitadas», dijo la fuente, que pidió no ser nombrado debido a que no tiene permiso para conversar con medios.

Otros países beneficiados por la necesidad china de cebada son Francia, Canadá y Ucrania.

CARGAMENTOS PANAMAX

En Argentina, la siembra de la cebada comienza en junio y su cosecha finaliza en enero.

«China compró tres cargamentos (de barcos) Panamax, 60.000 toneladas cada uno, de Argentina para entrega en enero del 2022. Es una muy buena señal para productores de cebada porque muestra que la demanda china va estar muy activa en la próxima campaña» 2021/22, dijo Baque.

La titular de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Eugenia Rul, también cree que las perspectivas para el cereal son buenas, en parte gracias a los altos precios internacionales.

«Creemos que la demanda de China probablemente permanezca dinámica en tanto la situación con Australia continúe», señaló Rul.

COBERTURA CON CEBADA

Baque dijo que espera que Argentina produzca 4,2 millones de toneladas de cebada en la campaña 2021/22, desde los 3,8 millones recolectados en el ciclo 2020/21.

Agricultores argentinos podrían recortar hectáreas dedicadas al trigo en favor de cebada -cultivos que compiten por superficie- este año debido a la demanda china y a temores de una intervención estatal en el mercado de trigo, señalaron productores.

«La idea de usar cebada como una cobertura contra la incertidumbre en el mercado del trigo es algo que se está hablando, pero no sabemos qué tan grande será el traslado de hectáreas», dijo David Hughes, un productor agrícola de la provincia de Buenos Aires.

Fuente: Infobae

El Gobierno suspendió hoy las exportaciones de maíz, con el fin de dar prioridad al mercado interno en un momento del año en que la oferta de ese cereal empieza a escasear.

Así lo informó el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, en un comunicado. Se resolvió suspender en forma temporaria la registración de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el maíz cuya fecha de inicio de embarque sea anterior al primero de marzo de 2021.

Ese día se iniciará formalmente la nueva campaña 2020/21 del cereal, según estimaciones del mercado. Agricultura indicó que la decisión “se basa en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación”.

Básicamente, se busca garantizar la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción.
Agricultura informó que hasta ahora se lleva autorizada la exportación de 34,23 millones de toneladas de maíz de la campaña 2019/20.

Ese nivel representa el 89% sobre un total teórico exportable de 38,50 millones de toneladas.

Agricultura explicó la medida busca que “las 4,27 millones de toneladas restantes queden disponibles para el consumo interno, con el objeto de asegurar el abastecimiento durante los meses del verano, cuando la oferta de cereal tiende a escasear”.
“Eventualmente, y en función de cómo evolucione la oferta y la demanda, así como de las perspectivas de la cosecha de maíz 2020/21, esta cartera evaluará la reapertura del registro”, señaló la cartera conducida por Luis Basterra.

Fuente: Chubut para todos

Las exportaciones de Chubut, desde enero a septiembre de este año, sumaron USD 2.120 millones, registrando una caída del 32,20% con respecto a igual período de 2019. También las exportaciones catalogadas como de origen provincial disminuyeron: fueron de 1.495 millones de dólares, con una baja del 27,29% con respecto a igual período del año pasado.

Así lo detalla un informe sobre comercio exterior publicado por la Dirección de Estadísticas y Censos provincial, que también apunta una caída de las importaciones del orden del 57 % durante aquel mismo lapso, del cual dio cuenta el Diario El Chubut.

Esto refleja el fuerte impacto de la pandemia en la economía provincial, con un notorio descenso de las actividades productivas relacionadas con el comercio exterior. Se recuerda que hasta comienzos de año la provincia venía ocupando el cuarto lugar en materia de exportaciones.

Chubut exporta mariscos y pescados, aluminio, petróleo crudo, lanas procesadas y sucias, frutos de carozo y también productos industriales como bombas y motobombas. Los principales países de destino son Estados Unidos, China, España, Brasil y Japón. Además, en los últimos años ha crecido fuertemente la demanda de países como Vietnam y Tailandia.

Fuente: La Opinión Austral

 

Así lo anunció el MInisterio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que detalló además que hay gestiones para realizar ventas a otros países del continente.

Un total de 7.000 determinaciones del test para la detección del coronavirus Neokit-Covid-19 será enviado a Panamá tras la firma del primer acuerdo para su exportación, informó hoy el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Ante el objetivo de ampliar la capacidad de respuesta del sistema de salud frente la pandemia de coronavirus, la empresa Neokit, -creada por investigadores del Instituto Milstein y el Laboratorio Pablo Cassará-, la compañía de tecnología de YPF y del Conicet, Y-TEC, firmaron el primer acuerdo para la exportación del test para la detección del Covid-19, señaló el ministerio.

El test se enmarca dentro de las acciones que desarrolla la “Unidad Coronavirus Covid-19” del Ministerio de Ciencia a cargo de Roberto Salvarezza.

De esta manera, “un desarrollo argentino se pone a disposición del combate de la pandemia en la región, reflejando el potencial del sistema científico y tecnológico local para insertarse en nuevos mercados”, indicó la información oficial.

El ministerio destalló que hay gestiones para expandir las ventas en diferentes países del continente, entre la que se destaca la reciente obtención del registro que habilita la comercialización en Canadá.

EL producto

El Neokit-Covid-19 es un test para la detección de coronavirus de alta confiabilidad, facilidad de uso, rapidez de diagnóstico y menor costo, producido en el país a través de un acuerdo entre Neokit e Y-TEC.

La producción y comercialización masiva del producto para cubrir de modo prioritario la demanda el sistema público de salud y los mercados privados de Argentina, comenzó hace un mes y, garantizada esa demanda, se pudo obtener el permiso de exportación por parte del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, mantuvo hoy una reunión virtual con el embajador en Brasil, Daniel Scioli, quien le expresó su “reconocimiento por la iniciativa de vanguardia ‘Espacio Vincular´ para promover las exportaciones”, con eje en el sector pesquero.

“Agradezco al gobierno de la provincia de Buenos Aires por esta primera ronda de comercio virtual con Brasil, en la que presentamos el programa para el sector de la pesca, que tiene mucha importancia en ciudades como Mar del Plata y Bahía Blanca”, sostuvo Scioli desde Brasilia, al cabo del encuentro con Kicillof .

El embajador destacó además “el apoyo de la Cancillería y la presencia del embajador Pablo Sívori (subsecretario de Promoción del Comercio e Inversiones del Ministerio de Relaciones Exteriores a cargo de Felipe Solá), con quien la Embajada trabaja en conjunto para apuntalar a nuestros exportadores”.

La provincia de Buenos Aires exporta productos como salmón, merluza y sardinas a Brasil. “En este momento es más importante que nunca acompañar a nuestros empresarios para que aumenten el volumen de sus exportaciones”, sostuvo Scioli.

“Espacio Vincular” es un ámbito de reuniones comerciales virtuales creado para potenciar las exportaciones bonaerenses, y brindarles a las empresas nuevas oportunidades de negocios en mercados vecinos, como Brasil, Uruguay y Chile, informó Télam.

Fue el tema de un encuentro del que participaron los titulares del Ministerio de Economía, Martín Guzmán; de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Felipe Solá, de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié.

El canciller Felipe Solá afirmó hoy que para el Gobierno nacional será un «tema central aumentar las exportaciones» en el nuevo escenario de pospandemia, para que el país «no repita el problema en la balanza de pagos» y evite de esa forma aumentar el endeudamiento por la necesidad de contar con dólares.

Así lo manifestó Solá tras concretarse la primera reunión de trabajo del gabinete de comercio exterior, en la cual se analizó cómo impactará la renegociación de la deuda externa en la balanza comercial del país y las herramientas disponibles para incrementar las exportaciones.

El encuentro -que marcó el inicio de reuniones ministeriales temáticas- estuvo encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y participaron los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, y Solá, se informo oficialmente esta tarde

También participaron de la reunión, que se desarrolló en el Salón de los Científicos de Casa de Gobierno, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce; la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco; y el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales de la Secretaría de Asuntos Estratégicos, Christian Asinelli.

Durante la reunión interministerial, se destacó la importancia de la renegociación de la deuda externa para equilibrar la balanza comercial del país, uno de los objetivos principales del gobierno, y se avanzó en la idea de reducir la importación de bienes e insumos en la medida que se logre la sustitución por producción local.

También se remarcó el posicionamiento estratégico de Argentina dentro del mercado internacional, potenciando la producción nacional y en la búsqueda de mercados para los productos argentinos, con una visión sostenible en materia ambiental.

En los primeros seis meses del año, el comercio internacional arrojó un superávit de US$ 8.097 millones, un 43% por encima de los US$ 5.635 millones de enero-junio del año pasado, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Pero de acuerdo a estimaciones privadas, la Argentina cerraría el año con un superávit comercial en torno a los US$ 18.000 millones, con una mejora del orden del 12% respecto a los US$ 15.990 millones de 2019, con un menor protagonismo de las exportaciones industriales y un incremento de los productos primarios.

Al respecto, el canciller Solá afirmó que «se realizó un repaso de todas las opciones de aumentos de exportaciones que tiene la Argentina y en los próximos encuentros cada ministro planteará las necesidades particulares y que sean trabajadas en este ámbito».

De acuerdo con lo consensuado en el encuentro, cada ministerio ahora tendrá la responsabilidad de asumir sus responsabilidades en la tarea de identificar todas las opciones a su alcance para el aumento de las exportaciones, según su área de acción.

«Hay que aumentar las exportaciones para que la Argentina no vuelva a tener el clásico problema de angustia o estrechamiento en la balanza de pagos de manera que crece, necesita más dólares y no los tiene, entonces o se escapa el tipo de cambio o empieza el endeudamiento», dijo Solá al hablar en la Casa Rosada.

Al ser consultados sobre el diálogo entablado con el flamante Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), dijo que la entidad es «importante» debido a que está compuesta por «43 cámaras que incluye tres actores de la Mesa de Enlace y el resto son firmas agroindustriales, industriales, comercializadores y exportadores».

«El campo es una parte importantísima en el aumento de las exportaciones que buscamos», enfatizó el canciiler Solá.

Con el encuentro de hoy, el Gobierno puso en marcha los gabinetes temáticos, con eje en la gestión de políticas publicas para la recuperación económica, y en el caso del área de comercio exterior tendrá el objetivo de «potenciar la producción nacional, la búsqueda de mercados y la planificación de la importación de bienes y servicios que puedan producirse localmente.

Mañana a las 10, será el turno del gabinete de planificación urbana y hábitat. El miércoles, en tanto, se volverá reunir -como lo hace habitualmente desde diciembre- el gabinete económico; el jueves será el debut del gabinete de promoción federal, y el viernes se completará la ronda de gabinetes temáticos con el de ciudadanía.

Quizás no los una el amor… pero el espanto (diría Borges) de la crisis económica, que podría agravarse aún más como efecto de la cuarentena, ha acercado posiciones entre el campo y el Gobierno. Así quedó reflejado en la reunión que el presidente Alberto Fernández mantuvo con dirigentes agroindustriales este martes en la Quinta de Olivos, tras lo cual se acordó avanzar en una estrategia conjunta de reactivación “exportadora, inclusiva, sustentable y federal”.

En rigor, el Consejo Agroindustrial Argentino (CCA) es un nucleamiento de 45 cámaras y entidades con base en la producción rural pero que también involucra el procesamiento manufacturero de productos agrícolas y ganaderos, en cadenas de producción que llegan hasta los alimentos, las fibras para la nutrición animal, las bioenergías e incluso la elaboración de bienes para la cosmética y la farmacopea, como por ejemplo se ha valorado últimamente ante la demanda de alcohol común o en gel.

Ese entramado no sólo genera, desde hace años, dos tercios de las exportaciones argentinas. También representa al sector que más posibilidades tiene de dinamizar la actividad productiva en todas las provincias del país, de modo de fomentar el empleo e incrementar el ingreso de dólares en la economía. La condición de actividad esencial le ha permitido demostrar eso, quizás con una visibilidad inédita, en estos meses de cuarentena.

Por ese camino, en junio se llegó a un récord desde que se tenga registro: el 77% de las exportaciones se repartieron entre los denominados productos primarios (granos, por ejemplo, aunque tengan valor agregado implícito), con un 35,7%, y las manufacturas de origen agropecuario (desde las harinas y aceites hasta las carnes, los lácteos y los vinos), que sumaron un 41,3% de todas las ventas externas argentinas.

Semejante cuadro de situación no pasa desapercibida para los líderes políticos, incluida Cristina Kirchner, que el jueves pasado dejó atrás sus históricos desencuentros con el sector agropecuario y recibió a tres representantes del CCA, a quienes felicitó y les ofreció colaboración para avanzar en un proyecto de ley que brinde el marco normativo y fiscal para tener reglas claras a 10 años, tanto para facilitar inversiones como para planificar mejoras de infraestructura.

En la búsqueda de conciliar los intereses privados con los del sector público, en la reunión de casi dos horas realizada en Olivos se evaluaron caminos para aprovechar el potencial del sector agroindustrial, para exportar y generar empleo. Para ello, el Presidente afirmó que conformará un equipo interministerial, coordinado por Cancillería –por el objetivo central de que los productos argentinos lleguen a los mercados del mundo- y la Jefatura de Gabinete, con activa participación de los ministerios de Agricultura y Desarrollo Productivo, entre otros.

Alberto Fernández estuvo acompañado por el ministro de Agricultura, Luis Basterra; el de Relaciones. Exteriores, Felipe Solá (casualidad o no tanto, ambos son ingenieros agrónomos), la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. Como representantes del CAA, estuvieron José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires; Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina; Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas; Patricia Calderón, presidenta de la Federación Olivícola Argentina y Dardo Chiesa, Coordinador de la Mesa Nacional de Carnes.

El gran atractivo que los dirigentes agroindustriales lograron poner sobre la mesa es un plan que llevaría las exportaciones anuales de los US$ 65.000 millones registrados en 2019 (42.000 correspondieron a la agroindustria) a más de US$ 100.000 millones en 2025. Además, se propone como objetivo aumentar los empleos en todo el país: se sumarán 210 mil empleos directos y cerca de 700 mil indirectos. Esta reactivación tendría un impacto fiscal neutro, sin solicitar al Gobierno ningún tipo de subsidio, llevándose a cabo de forma sustentable, cuidando el ambiente con prácticas y procesos que no impacten en el ecosistema.

Con todo, tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner elogiaron al CCA por la construcción de consensos lograda hacia el interior de la cadena agroindustrial. Los que los escucharon en vivo y en directo, interpretaron que fue una manera de decirles que quieren dejar atrás los desencuentros. En ese sentido, vale aclarar que la Mesa de Enlace –histórica contendiente con los gobiernos K- está representada en el CCA por tres de las cuatro entidades: Coninagro, Federación Agraria y Confederaciones Rurales Argentinas. La Sociedad Rural no se sumó, pero la reciente presencia de su presidente Daniel Pelegrina en los actos por el Día de la Independencia al lado de Alberto Fernández expone que también están a favor de consensos políticos que favorezcan el desarrollo productivo.

Será el 15 de abril a las 10:30 horas a través de la plataforma Zoom, y está destinada a exportadores, emprendedores, PyMEs y todos aquellos interesados en vender en mercados internacionales en el marco de la pandemia de coronavirus.

El Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio del Chubut realizará la capacitación virtual el día 15 de abril a las 10:30 horas en la plataforma Zoom, denominada “Entrénate para exportar”, en donde el capacitador Gonzalo López y Belén Stutz se explayarán sobre las que acciones que se pueden hacer desde cada casa y prepararse para la primera exportación o desarrollar un nuevo mercado.

La misma está destinada a exportadores, emprendedores, PyMEs y todos aquellos interesados en vender en mercados internacionales en el marco de la pandemia de coronavirus.

Los interesados podrán inscribirse y recibir el link para ingresar a la plataforma en chubut.tunegocioalmundo@gmail.com.

De las 850 empresas mineras que operan en Argentina, más del 90% son Pymes y concentran alrededor del 40% del empleo del sector. En 2018 el sector minero fue uno de los que más sintió los cambios en la economía, con la reinstauración de los derechos de exportación, pero manteniendo su importancia como cuarto complejo exportador argentino y con un destacable potencial para desarrollar sustentablemente en todo el país.

La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) asegura que se generó un aumento de las exportaciones en la primera parte del año que hacia el final viró ligeramente a la baja. Sumado a que los precios de los commodities, que habían repuntado a principios de 2018, comenzaron a realizar ciertas correcciones. En este contexto, la industria cerró el año con un estimado de U$S 3.900 millones de exportaciones.

De acuerdo a los datos revelados por el sector, el litio ha sido el sector que más avanzó en el país. Argentina se posiciona como el tercer productor mundial, con dos proyectos en operación (Salar de Olaroz y Salar del Hombre Muerto) que produce 30.000 toneladas de LCE (carbonato de litio equivalente), lo que representa 16% de la producción mundial. A ellos se suman dos proyectos de ampliación de explotación y otros tres emprendimientos den exploración avanzada y construcción.

Solamente considerando los dos proyectos en operación y los seis proyectos más avanzados (y que probablemente comiencen a producir en los próximos años), Argentina casi quintuplicaría su capacidad a 2021 hasta alcanzar las 190.000 toneladas de litio equivalente. No obstante, la capacidad podría multiplicarse por siete en caso de que entren en operación diferentes proyectos que están en su etapa de exploración avanzada.

Exportaciones 2018

Contexto interno en cuanto a la minería no metalífera, vivió en 2018 un comienzo auspicioso con los avances de la obra pública, pero con un cierre de año que acompañó la situación económica nacional y el descenso en el ritmo de la obra pública.

Recordemos que la extracción de rocas de aplicación y otros minerales no metalíferos, generan en el país más de 13.000 empleos, distribuidos en 689 empresas registradas, con fuerte predominio de pymes.

Según revelan, a pesar de haber atravesado una etapa complicada, el sector minero en su conjunto sigue dando sustento a más de 81.000 trabajadores, considerando tanto empleo directo como indirecto, a través de contratistas, puestos en las industrias de base minera (cemento, cal y yeso) y aquellos generados por las empresas exploradas y constructoras.

“No ha sido un año fácil para la Argentina ni para el sector. Pero desde la industria, queremos redoblar nuestro compromiso de apoyar la construcción de un país mejor.

Estamos genuinamente convencidos de que la minería puede generar un aporte importante en este momento crítico, desde la macroeconómico, pero por sobre todo, desde el punto de vista de la transformación de los territorios que más lo necesitan”, expresa Marcelo Álvarez, de CAEM.

Contexto interno

Según explica Javier Cao, analista especializado en energía, minería e infraestructura de la consultora Abeceb, “el aporte de la actividad minero al desarrollo económico de la Argentina debe analizarse desde un enfoque multidimensional, que considere tanto el plano macroeconómico como los impactos en la microeconomía, así como su articulación con el resto del entramado productivo local”.

Esta visión en profundidad permite entender que de las 850 empresas mineras que operan en Argentina, más del 90% son pymes y concentran alrededor del 40% del empleo del sector. En tanto que el 60% del empleo restante se halla en la nómina de grandes empresas de más de 100 empleados.

Entendiendo la importancia de las PyMEs para el crecimiento del país. CAEM trabajó junto al Ministerio de Producción para generar líneas de crédito con condiciones preferenciales y se actualizó la categorización de las empresas mineras, permitiendo que más compañías puedan ser consideradas “pyme” y accedan recursos que propicien la producción. El objetivo de estas herramientas financieras es apoyar tanto a compañías productoras, como a empresas de servicios y proveedores.

Los proyectos mineros constituyen el núcleo de un entramado de proveedores y actividades vinculadas.

Entre ellas, la cadena de proveedores locales de bienes y servicios, empresas constructoras de obras civiles y sus subcontratistas.

Asimismo, las actividades de exploración suelen ser realizadas por pymes especializadas. Por eso, desde la exploración, la construcción y la producción, las empresas articulan una red, en cuyo núcleo se hallan los proyectos mineros. A esto debe sumarse el hecho de que 80% de las compras de las compañías mineras se realizan a proveedores locales.

Según un informe recientemente publicado por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) la minería explica el 80% de las exportaciones de la provincia de Catamarca, el 74% de las de San Juan y el 71% de las de Santa Cruz.

Fuente: El Diario de Madryn

La economía tiembla con el coronavirus. Las consultoras recalculan las posibles pérdidas para el país y en un primer análisis, “ya podemos asumir que, al menos durante todo el primer semestre, el golpe dolerá”, resume el director de DNI, Marcelo Elizondo. Más en detalle, Abeceb estima una caída del 5% en las exportaciones, por un total de US$3.400 millones. “Por la irrupción de la pandemia se prevé una desaceleración del PBI en 0,5%, pero los últimos eventos sugieren que la caída en la actividad podría trepar hasta 1,5%”, advierte la consultora.

Son cálculos provisorios de una crisis global, pero que repercute en varios rubros locales, como la agroindustria, petróleo, autos, turismo, electrónicos y al mercado interno. Pero por sobre todo, los expertos consideran que lo más grave son las complicaciones para reestructurar la deuda pública, un tema crucial para un país que “se encamina a transitar su tercer año consecutivo de retracción en el nivel de actividad”, explica Soledad Pérez Duhalde, de Abeceb.

Los pronósticos para la Argentina ya eran desalentadores, con un estancamiento del PBI supeditado a una rápida y exitosa resolución de la deuda. Y son cálculos efectuados antes del surgimiento de dos “cisnes negros”: el coronavirus y la baja abrupta del precio del petróleo. Esos eventos inesperados generaron un cuadro muy complejo en países como Brasil, el mayor socio comercial del país y destino de casi el 65% de las exportaciones de autos locales.

“La economía brasileña no crece y eso perjudica a la industria automotriz (principal socio en el rubro), por la menor demanda de manufacturas argentinas”, comenta Ricardo Delgado, director de Analytica. “Esto se refuerza -añadió el economista- por la devaluación del real y la salida de capitales de la economía vecina”. En el primer bimestre del año, según Adefa, la producción cayó 1,4%. En el sector aguardan a ver cómo evoluciona la crisis para hacer proyecciones.

El coronavirus inició su recorrido en China, el destino del 75% de los despachos de soja y carne de origen nacional. Las exportaciones caen, según coinciden los expertos, por los menores volúmenes y también por la baja de precios. Con respecto a esto, Abeceb prevé menores ingresos de dólares por la soja (US$1.360 millones), carnes (US$790 millones), maíz y trigo (US$460 millones) y petróleo (US$400 millones). Como contrapartida, observa una mejora de US$360 por las exportaciones de oro.

Por la crisis de las bolsas y una sensación de pánico que se generaliza, la tonelada de soja el jueves cotizó al precio más bajo en seis meses: US$315. A su vez, la oleada bajista arrastró también a las cotizaciones de maíz y trigo en Chicago, golpeando la rentabilidad de los productores..

La baja del precio del crudo complica el desarrollo de Vaca Muerta. Y en forma colateral, “tiene un fuerte impacto en la siderurgia”, que podría perder más de US$300 millones este año si la crisis continúa. Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, coincide en que el freno en la economía global impacta de lleno en la actividad doméstica. Pero subraya que el peor escenario podría agravarse mucho más si se repite la crisis de 2009, con la gripe A. “Esto complicaría el consumo”, subrayó el economista.

La gripe A (H1N1) causó en el país 626 muertos y provocó una caída en el PBI de 5,9% por una sumatoria de de factores, entre ellos el conflicto con el campo, la crisis de Lehman Brothers, la caída de los precios de la soja (que rozaban los US$600 la tonelada) y la sequía. A eso se sumó la epidemia, con cierre de espectáculos y otra clase de eventos, para evitar la propagación del virus. “Algunas de estas cosas ya la estamos viendo”, añadió Sigaut.

Por la expansión del coronavirus, Gobierno y empresas toman medidas de contención, lo que afecta al mercado interno. Ayer nomás, la productora DF Entertainment reprogramó el Lollapalooza, el tradicional festival que se iba a llevar a cabo en el Hipódromo de San Isidro entre el 27 y el 29 de marzo y que se realizaría en el segundo semestre. Ya hay varios shows cancelados, al igual que muchos eventos deportivos y culturales. Tal es el caso de la Feria del Libro, que está en duda. “Muchas de estas actividades tienen impacto directo en el consumo interno”, dice Sigaut.

China es destino de exportaciones y también es un fuerte proveedor de insumos para industrias locales, como la electrónica fueguina. Al respecto, Federico Hellemeyer, de la AFARTE, admite que en Tierra del Fuego “todas las industrias están afectadas, en alguna medida, en sus esquemas productivos. La industria electrónica argentina también está sintiendo el impacto de esta problemática global”, dijo y añadió que “cada empresa está gestionando sus niveles de stock, sus vínculos comerciales y sus estrategias productivas”.

Un alto ejecutivo de un fabricante fueguino reconoció que los envíos de componentes desde China tienen una “demora de 30 días”. Por ahora, señaló, la falta de insumos no paralizó a las terminales y que por ahora se toman medidas coyunturales, como adelantamiento de vacaciones para el personal. “Desde China se comprometieron a normalizar la situación en junio, pero no sabemos si van a cumplir”, describió.

El estallido del coronavirus cayó como balde de agua fría a una economía cuya mampostería ya tenía rajaduras y filtraciones. Sobre este punto, Bárbara Gueretza Echagüe, analista del estudio Arriazu, describió que la pandemia está afectando a la economía mundial. “Se detiene el comercio internacional, bajan las importaciones, la producción, la demanda de productos y también los precios”, enumeró. Pero destacó que para la Argentina, el impacto por ahora es limitado. Y que lo prioritario “es avanzar con la reestructuración de la deuda y la política fiscal”.

¿La crisis financiera favorece la posibilidad de un acuerdo por la deuda? Para Guido Lorenzo, de LCG, “caen los incentivos para llegar un arreglo”. Pero Delgado, de Analytica, sostiene que la menor entrada de dólares comerciales (por la caída de las exportaciones y la baja de precios) implica un mayor esfuerzo por parte del Gobierno para presentar una propuesta menos agresiva a los acreedores.

Lo explicó de este modo. “Para salir de esta situación, si no es por el lado de las exportaciones, se debe encontrar algún atajo más amigable con los mercados. Posiblemente la negociación no sea tan dura, que le permita al Gobierno obtener financiamiento voluntario, que alivie la baja de los ingresos de dólares comerciales”, finalizó.

Un primer semestre muy duro

La expansión de la enfermedad producida por el llamado coronavirus tiene por principal efecto el sanitario. Pero, adicionalmente, está generando consecuencias económicas. Algunas, inmediatas, ya podemos advertirlas; y otras, mediatas, aún son inciertas.

En la Argentina impactará en distintos planos. El primero de ellos es el comercio exterior. Sufrirán por un tiempo los precios de los commodities, un mercado significativo para la Argentina. En 2019 se exportaron alrededor de US$40.000 millones en estos productos (de los cuales los agropecuarios -unos US$25.000 millones- son el principal componente. Aunque también se despacharon minerales por casi US$4.000 millones.

Adicionalmente sufrirán los volúmenes embarcados. Principalmente por la menor demanda de China (segundo mayor mercado para Argentina en el planeta pero principal cliente de agroexportaciones), algo que resulta inexorable.

En 2019 China importó US$7.000 millones desde la Argentina y dos tercios de esa cifra estuvo explicada por el complejo sojero: del total, US$3.600 millones fueron productos primarios y US$3.000 millones manufacturados de origen agropecuarios. Dicho sea de paso, hoy las carnes también tienen en China su principal mercado.

Asia, que es un foco crítico del problema sanitario, es (con US$21.000 millones exportados en 2019) para la Argentina más relevante comercialmente que Europa.

Pero la creciente problemática en Europa (con epicentro en Italia y España pero con capacidad de afectar a toda la economía continental), a su vez, también podría impactar en las exportaciones argentinas (más de US$10.000 millones exportados a toda Europa, y unos US$8.800 a la Unión Europea), que en su mayoría se componen de productos de origen agropecuario y alimentos (alrededor de US$5.500 millones).

Y por propiedad transitiva, a la vez, Brasil, principal cliente de la Argentina en el mundo (las exportaciones el año pasado a ese país alcanzaron US$10.500 millones), está fuertemente expuesto a China y a la Unión Europea y una consecuente desaceleración de la economía brasileña implicará menos importaciones desde la Argentina (que es el cuarto mayor proveedor de Brasil en el mundo).

Hay otros planos donde el fenómeno impacta en la Argentina: la demora en la concreción de inversiones en Vaca Muerta (donde se estima que cuando el precio del petróleo desciende por debajo de Us$ 50 el negocio pierde sustento.

El barril de crudo ha caído ya 30% por debajo de esa cifra y el golpe en las cotizaciones que afecta el valor de empresas argentinas, posterga decisiones de inversión en general y debilita la posibilidad de financiamiento, y la mayor dificultad para el Gobierno en la búsqueda de renegociar los términos de la deuda pública en un escenario volátil, donde todo resulta más difícil y riesgoso.

Sobre la evolución del problema del COVID-19 es mucho más lo que no sabemos que lo que sí sabemos. Pero ya podemos asumir que, al menos durante todo el primer semestre, el golpe dolerá. Y si el impacto de la pandemia (como se prevé) se consolida globalmente, se verán afectados otros commodities, como frutas y legumbres (US$1.300), cereales (US$9.000 millones en 2019) y hasta en alguna medida los vinos (US$1.000 millones).

Y para después, empiezan a aparecer interrogantes sobre el impacto en la geoeconomía global. ¿Cambiarán las bases de las alianzas internacionales? ¿Se ponderarán aún más cuestiones cualitativas y/o culturales que las meramente comerciales en los procesos de integración? ¿Mutará la evaluación para la elegibilidad de los países? ¿Será esta calamidad la madre de algo distinto? Todavía no hay respuestas .