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Por la caída del poder adquisitivo, el consumo de carne vacuna cayó 17,6% en el primer trimestre del año en comparación al mismo período de 2023. Se trata del registro más bajo de las últimas tres décadas, según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra).

En detalle, el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado 499,7 mil toneladas res con hueso entre enero y marzo. En tanto que el consumo per cápita fue equivalente a 42,6 kilos/año el mes pasado, ubicándose 18,5% por debajo de marzo de 2023.

El promedio móvil de los últimos doce meses del consumo aparente de carne vacuna quedó en 50 kilos por habitante por año en marzo, 4,2% por debajo del promedio de un año atrás.

En este contexto, Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, dijo a infobae: “La recuperación del consumo solo va a venir aparejada con la mejora en la macroeconomía y con la recuperación del poder de compra de la ciudadanía, no antes. Da toda la sensación que este es el motivo principal de la caída vertiginosa que tuvo el consumo en el primer trimestre del año”.

La caída del consumo en alimentos en general preocupa porque se trata de una necesidad básica. De acuerdo a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el consumo de alimentos y bebidas bajó 15,5% interanual y en lo que va del año, acumula un desplome de 28,7%.

Cuánto aumentó la carne

En relación a los precios, el rubro Carnes y derivados tuvo una suba de 9,8% mensual, quedando 0,7 puntos porcentuales mayor por encima del aumento de febrero. Sin embargo, se ubicó por debajo del Indice de Precios al Consumidor (11%) y fue uno de los que menores subas registró, sin considerar los estacionales. Los cortes vacunos subieron 9,5%, mientras que el pollo aumentó 13,1%.

Al interior, las subas mensuales fueron de 11,9% para la paleta, de 10,2% para el cuadril, de 10,1% para la carne picada común, de 9,0% para la nalga y de 6,2% para el asado. La caja de hamburguesas tuvo un alza de sólo 4,6% mensual.

Ciccra indicó que entre marzo de 2023 y marzo de 2024, en promedio, el valor de los cortes vacunos subió 278,0%. “La suba se mantuvo todavía por debajo del ritmo de aumento de la hacienda en pie, que fue de 306,4% anual”, precisaron.

En CABA, según el relevamiento de Consumidores Libres, en la primera quincena de abril el kilo de bola de lomo pasó de valer $8500 a $8600 (+1,18%), el asado, de $7600 a $7700 (+1,32%), la paleta de $7800 a $7950 (+1,92%) y la carne picada común, $5200 a $5400 (+3,85%).

Producción y situación del sector

Por otro lado, y teniendo en cuenta la caída del consumo, la producción de carne vacuna fue equivalente a 237 mil toneladas res con hueso en marzo. En comparación con febrero se produjo 6,8% menos y en la comparación con marzo del año pasado, la contracción fue de 13,3%. En tanto, en el primer trimestre, se produjeron 745 mil toneladas de carne vacuna, 7,6% por debajo de la producción del mismo período de 2023.

En este marco de caída de la producción y consumo, Schiariti aseguró: “El sector está bastante complicado. Las ventas están muy paradas, se achican las faenas y esto no es bueno para la industria porque los gastos fijos terminan por aumentar el costo por kilo de cada producto. Entonces se hace difícil mantener la ecuación. Estamos pensando que algunas fábricas no pueden soportar semejante parálisis y terminan suspendiendo o cerrando temporariamente”.

Menor consumo de carne vacuna, aumento de las ventas de cortes de cerdo y estabilidad en los despachos de pollos a las bocas de comercialización. Ese es el panorama que presenta la ingesta de proteína animal por parte de los argentinos en tiempos de bolsillos flacos y altos índices de inflación, en el que los consumidores no convalidan precios excesivos que, de todas maneras, siguen siendo elevados para un poder adquisitivo mermado.

Así surge de consultas que Infobae realizó a referentes de la producción de carne vacuna, porcina y aviar.

Miguel Schiaritti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra), señaló que, a valores constantes, el kilo vivo de novillo está hoy un 7 a 8% más barato que el año pasado. “Los consumidores van convalidando los precios, pero muy lentamente. A fin de mes seguramente se va a notar una caída del consumo interno”, anticipó.

Según datos oficiales, en febrero la producción de carne vacuna cayó 10% respecto de enero, a 238.000 toneladas de res con hueso, equivalente un consumo de 41,78 kilos por habitante al año, 12% menos que en enero y 15% menos que en febrero de 2023. Anualizado, el consumo está en unos 51,41 kilos por habitante y por año.

Cuestión de cuartos

Los cortes de los que aumenta la demanda son los más baratos, los del cuarto delantero, como paleta y roast beef, a diferencia de los del cuarto trasero, como lomo y cuadril, más caros y menos consumidos. “Los carniceros tienen que sacárselos de encima y entonces aumentan menos los cortes más caros y lo compensa aumentando más porcentaje los del cuarto delantero”, explicó Schiaritti.

En esta situación, ¿qué ocurre con el negocio ganadero? “En la medida que haya demanda el precio va a ser mayor, sostuvo Schiaritti, según quien “los valores están empezando a quedarse atrasados”.

“Si bien el precio del ternero de destete tiene precios satisfactorios para el criador, el negocio industrial está muy complicado en el mercado interno, porque le cuesta mucho vender, caen un poco las faenas y el mercado externo están muy complicado, porque al haber caído el valor del dólar hace que en dólares la hacienda esté cara y entonces le quite competitividad. Si a eso le sumamos las retenciones, la competitividad del sector externo no es buena”, precisó el titular de Ciccra. Se trata, prosiguió, de una “buena noticia” para el consumidor porque “evita que haya disputa entre exportación y consumo; y al no existir esta puja entre el mercado interno y el externo, los precios del ganado se mantienen más o menos estables, aumentan muy poquito o caen, como ocurrió en la primera quincena de marzo”.

Sobre el impulso que el Gobierno quiere darle a la importación de alimentos, incluidos los cortes vacunos, Schiaritti dijo que eso no afectará a la industria frigorífica vacuna local, pues los valores de la carne argentina para el mercado interno son más baratos que lo que puede ofrecer cualquier país vecino que intente vender carne vacuna en la Argentina.

Cerdos

La caída en el consumo de carne vacuna se compensa con el crecimiento de la demanda de cortes de cerdo, siempre y cuando la carne porcina esté como mínimo un 20% más barata que la vacuna. Hoy la ingesta de la proteína porcina se encuentra en 21,3 kilogramos por habitante al año entre cortes frescos, fiambres y chacinados, según mediciones de la consultora especializada JLU.

Al respecto, el director de dicha firma, Juan Uccelli, recuerda que tras el pico de precios que en todas las carnes se dio en diciembre. “A partir de la segunda quincena de enero, la diferencia con la carne vacuna volvió a movilizar la demanda y hoy estamos colocando lo que se ofrece, pero sin poder bajar el stock que subió en la primera quincena de enero”, precisó.

“Desde diciembre a marzo, el precio mayorista de la carne porcina bajó un 25% y el precio minorista en los supermercados y en las carnicerías, bajó entre el 1 y el 6%. Hay una diferencia que queda entre los productores y el último eslabón de la cadena (Juan Uccelli)
Tras cierto estancamiento en diciembre, dijo Uccelli, “a partir del 15 de enero, cuando el vacuno empieza a subir y el cerdo empieza a bajar, comienzan a salir los cerdos de la granja.

Pero esa demora de 10 o 15 días hoy sigue estando en las explotaciones. No llegamos a levantar ese freno que hicimos a la producción. Estamos vendiendo animales un poco más pesados y tenemos mucha mercadería en las granjas y no puede salir más porque está sobreofertado en el mercado”, reseñó, para explicar la baja del precio del animal vivo.

En cuánto a la convalidación de los precios de los cortes porcinos, Uccelli dijo que en muchos casos hay una diferencia del 50% en valor respecto de los vacunos. “Desde diciembre a marzo, el precio mayorista bajó un 25% y el precio minorista en los supermercados y en las carnicerías, bajó entre el 1 y el 6 por ciento. Hay una diferencia que queda entre los productores y el último eslabón de la cadena, que aprovechó que bajó un 25% y en las góndolas también lo retrajeron, pero no tanto”.

El especialista también marcó que las otras carnes subieron, lo que explica por qué “al cerdo lo tienen ahí y lo tienen guardado (en el segmento minorista), porque es un buen negocio para el último que lo vende. O sea, le está ganando algo al cerdo, cosa que no sé si le puede ganar al vacuno o al pollo”, explicó.

Cortes con recorrido

Sobre el comportamiento de los distintos cortes porcinos, Uccelli señaló que se está tratando de aumentar la participación del jamón y la paleta, con avances gracias a la fuerte diferencia con sus similares vacunos, “pero hay mucho camino por recorrer aún”.

En tanto, fue muy crítico respecto de las facilidades que el Gobierno ha dado para importar alimentos, lista en la que figuran los cortes porcinos. “Haber puesto al cerdo en la lista de los alimentos que habían subido en demasía es una vergüenza total, teniendo en cuenta que los precios mayoristas bajaron un 25%, y al público entre 1 y 6%”, enfatizó.

Y agregó que “hoy la de cerdo es la carne más barata del mercado, por lo menos mayorista. Favorecer las importaciones en un momento donde hay exceso de oferta de carnes (de todo tipo) generará una caída en los precios que reciban los productores y en nada beneficiarán a los consumidores”.

Otra de las quejas del sector porcino respecto de la medida oficial es lo que consideran competencia desleal respecto de la carne importada que llega de Brasil por el uso de un promotor de crecimiento como la ractopamina, que mejora el costo de producción en un 6%, al atrasar la curva de crecimiento y producir más kilos de carne con menos alimento. Se trata de una sustancia que Argentina prohíbe, por distintos convenios que tiene con China y Europa, que no lo aceptan, y que Brasil utiliza. Aunque el país vecino también exporta a esos destinos, tiene segregada sus granjas según utilicen o no la ractopamina para la alimentación de los cerdos.

Pollo

Otra de las carnes complementarias es la de pollo, que muestra una producción estable. Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) señaló que el consumo en lo que va del año “sigue sostenido: la producción está muy estabilizada en el orden de los 3.600.000 pollos por día hábil”. Eso implica que este año el consumo rondaría los 48 kilos por habitante y por año.

El pollo es un producto con mercado ya establecido. “Los precios según los cortes que están convalidando los consumidores en general, en salida de frigorífico, por kilo, son de $2600 a 2800 más IVA para la suprema, aunque para el consumidor estamos viendo carteles de $ 5.600 hasta 8.000, algunos muy cargados y otro buscando un precio competitivo”, admitió Domenech.

El cuarto trasero, la pata muslo, con hueso y piel, ronda los $1.600 a 1.700 más IVA el kilo, en salida de planta y llega al público a entre 2.200 a 2400 pesos. Luego le siguen las alitas, un producto remanente del trozado que rondan, al público, los $1.100 a 1.200 por kilo, precisó Domenech.

En cuanto al comportamiento de la demanda de los cortes, el ejectivo de CEPA explicó que el tonelaje de consumo es parejo. “Lo que pasa es que de golpe sube el consumo de pata muslo, de golpe recupera el consumo de suprema, pero para nosotros esos son productos que el gran demandante pertenece a dos niveles distintos”, precisa.

Respecto de las últimas medidas gubernamentales, el titular de CEPA recordó que “las importaciones están abiertas desde hace 20 años, entra producto de Brasil, no en forma abrumadora porque, en términos generales, nuestro producto es más barato que el brasileño”. Por eso, no es significativo para nada el volumen que llega desde el país vecino.

De todas formas, aclara Domenech, que “nos llamó la atención que hagan esta apertura para un producto que ha estado abundantemente ofertado desde hace seis años o más, no ha faltado nunca en las góndolas, tiene el mejor precio de la proteína animal”, enfatizó.

Al igual que Uccelli, el dirigente avícola señaló que “sí nos preocupa que se creen reglas de juego especiales para importar un producto y que alguien quiera hacer una importación compulsiva y sobre oferte el mercado. Eso ya sería ir en contra de todo lo que todos tenemos como expectativa de este gobierno, que es incrementar la producción y las exportaciones. Deberíamos pensar en cómo incrementar la producción, aumentando la inversión y apareciendo el crédito”, propuso.

Independientemente de los indicadores de inflación, que en febrero trajeron una merma desde el punto de vista estadístico, hay productos de la canasta alimentaria que no dejan de subir. En la última semana, la carne tuvo una suba del 15% promedio, según detalló Danta Jurado, desde Frigorífico Patagonia, ante la consulta de ADNSUR.

Según explicó, los productores aseguran que el precio estaba bajo frente a la suba del maíz, además de que este año habrá una baja importante en la cantidad de terneros. «Vamos a tener un millón y medio menos de terneros este año, por la sequía del año pasado. Más lo que se está exportando, ahí vienen los aumentos de precios, porque lo que no se vende en el mercado interno lo colocan afuera, que es más rentable que el mercado interno», aseguró.

La caída de ventas ¿Podría volver atrás el aumento?

«Esta semana volvió a subir el precio, pero está muy estancada la venta, así que no sé si no van a volver para atrás -anticipó-. Ya veníamos con una baja de ventas de un 40% en el año, pero con este nuevo aumento se frenó un poco más. La gente no tiene bolsillo para comer carne».

La probabilidad de que el precio tenga un retroceso no es lejana, porque ya pasó en otros momentos donde hay un salto y luego se reacomoda ante la baja de ventas, para estabilizarse a un ritmo más cercano a la inflación mensual. O bien aparecen ofertas en el final del mes, que es cuando cae fuerte el poder adquisitivo. La carne para milanesa $8.000 a $8.500.

«Se puede conseguir a menor precio, pero la carne buena no baja de $8.000 -indicó-. El asado no existe más, anda en alrededor de $9.500 y nos está sobrando. El vacío, lo mismo».

El comerciante reconoció que la semana próxima tendrá que haber reducciones y ofertas, «estamos stockeando la carne y eso no sirve, porque después tenemos todos los pagos amontonados», refirió. De todos modos, insistió en que la semana próxima seguramente habrá ofertas porque la mayoría de la gente no tiene ‘bolsillo’ para comprar carne.

«Lo que más se está vendiendo es pollo y carne picada», indicó, para dar referencias de productos que parten desde el orden de los $3.000 y $5.500 por kilo, respectivamente. Entre los cortes más económicos aparecen la aguja y paleta por $5.500 ,y la tapa de asado a $6.500.

EL VACÍO Y LA COLITA DE CUADRIL PUEDEN SUPERAR LOS $15.000 Y $17.000

La carne de cerdo, por otra parte, presenta promociones en cadenas de supermercados, con valores de $5.000 para el carré y $5.800 para la bondiola, que suelen ser cortes sabrosos y de excelente calidad. Por fuera de las ofertas, en una cadena de super local ofrecen el vacío de primera calidad en $12.400, aunque al parecer se trata de una ‘rebaja’, ya que en el sitio online aparece tachado el precio ‘real’, de $15.400 por kilo.

De todos modos, en la misma cadena suelen sacar ofertas con ese mismo corte a mitad de esos valores, lo que puede ocurrir en la última semana del mes. La colita de cuadril se oferta en $12.800, aunque sobre un precio ‘real’ de $17.700, mientras que el peceto aparece a $10.700, con un precio anterior de $13.800.

En el marco del Plan Provincial del Manejo Sostenible del Guanaco el Gobierno Provincial, a través del Ministerio de la Producción, Comercio e Industria, impulsa el programa “Carne de guanaco” con el fin de promover el consumo, aumentar su visibilidad en el mercado y poner en valor la producción provincial.

Como parte de las acciones llevadas a cabo por el gobierno para fortalecer la industria de esta carne característica de nuestra región, como lo fue la inversión en equipos para facilitar el encierre de guanacos; también se trabaja en fomentar su consumo a partir de la promoción de los distintos cortes.

De acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Desarrollo Social, la carne de guanaco se produce cumpliendo con las normas de bienestar animal y se procesa en establecimientos habilitados por SENASA y CAP. Es una carne magra, baja en grasa y colesterol y alta en proteínas de calidad, hierro, zinc y vitamina B12. Asimismo, es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, esenciales para el crecimiento y la reparación de tejidos; lo que lo convierte en un alimento ideal para incorporar en múltiples menús.

El objetivo del programa es acercar a los ciudadanos una opción de alta calidad, rico en proteínas y de mayor accesibilidad al tener un precio hasta dos veces inferior a la carne vacuna. El valor de referencia por kg puede variar entre 2000 y 2800 pesos dependiendo del tipo de corte: lomo, picada, paleta, entre otros.

En este sentido, durante la etapa de promoción del consumo en el mes de noviembre se colocaron distinciones en los comercios que venden carne de guanaco para facilitar su identificación; y se difunden recetas fáciles para realizar en casa de la mano de reconocidos chefs locales en las que el protagonista del plato es el guanaco.
Ya se encuentra disponible la página oficial del gobierno del Programa “Carne de Guanaco”, la cual contiene recetas, información nutricional y ubicación de los puntos de ventas autorizados con trazabilidad y garantía oficial, ingresando en https://minpro.santacruz.gob.ar/carne-de-guanaco/

El intendente de Trelew, Gerardo Merino, se presentó este miércoles en la Fiscalía y presentó una denuncia penal para que se investigue un hecho de «defraudación al Estado Municipal».

Al dialogar con la prensa, Merino reconoció que encontraron «irregularidades en una compra que consta de dos expedientes por un monto aproximado de 70 millones de pesos destinado a la compra de pollos y carne».

El mandatario municipal indicó asimismo que «no hemos encontrado ninguna documentación de que ello haya sido retirado ni entregado».

«Tenemos la obligación como Estado Municipal de todas esas irregularidades que nosotros encontremos de denunciarlas. Es plata de los contribuyentes y es comida que no le llegó a los más necesitados», expresó.

Precisó además que los expedientes son de octubre de 2023 y remarcó: «como nosotros estamos con la ley, defendiendo las arcas municipales, presentamos esta denuncia en la Fiscalía».

«Esto se pagó, pero no tenemos registro que se haya retirado ni entregado a las personas que necesitaban. Corresponde al área de Acción Social y fue en base a un expediente de Emergencia Alimentaria», manifestó.

Para finalizar, Merino comentó que «si hay alguien que quiere hacer un descargo tiene toda la libertad de hacerse presente el Fiscalía. La compra fue a proveedores de Trelew, los nombres están en la denuncia, Los pagos fueron emitidos y recibidos, pero no se entregó el alimento».

El mercado ganadero de Rosario, Rosgan, informó que el consumo de carne del 2023 fue de 113 kilos per cápita. La medida incluye a los tres tipos de carne (vacuna, pollo y cerdo). «Frente a un proceso de fuerte deterioro real de los salarios y los aumentos sostenidos en los precios, el consumo de carnes no cayó, sino que aumentó ligeramente», afirmaron en el informe.

«En 2023, las cifras oficiales suman un consumo total de los tres tipos de carnes de 113 kilos per cápita, aunque en la composición la carne vacuna perdió en comparación con 10 años atrás unos 10 kilos mientras que el pollo y el cerdo aumentaron en promedio entre seis y siete kilos, respectivamente», precisó Rosgan en el relevamiento publicado este miércoles.

En este sentido, consideró «curioso» que «frente a un proceso de fuerte deterioro real de los salarios», que aumentaron el 152,7% en 2023 contra una inflación de 211,4% anual, y «a pesar de los aumentos sostenidos en los precios, el consumo de carnes no sólo no cayó, sino que aumentó ligeramente».

Sube el consumo de carne impulsado por mayor demanda de la vacuna

De acuerdo a los datos divulgados por Rosgan, en 2023 el aumento general de 111 a 113 kilos per cápita se explica casi íntegramente por un aumento en el consumo de carne vacuna puesto que el resto de las carnes, tanto pollo como cerdo, se mantuvieron estables.

«El conocido efecto de sustitución de bienes que suele observarse en contextos de fuerte pérdida real de los ingresos parece no estar dándose en el consumo de carnes, en particular con la carne vacuna que, siendo más cara en relación a otros tipos de carne como pollo o cerdo fue, a su vez, la que mayor incremento porcentual de precios registró en el último año», continuó la entidad rosarina.

¿Cuanto aumentó la carne en 2023?

Según el relevamiento de precios minoristas que realiza el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), «mientras que el precio de la carne de pollo aumentó 240% en 2023 y la carne de cerdo 254% anual, la carne vacuna registró un aumento de 307% en esos 12 meses».

Concretamente, los precios de la carne vacuna aumentaron tres veces desde diciembre de 2022, mientras que las otras carnes lo hicieron en 2,5 veces.

«En diciembre de 2023, con el equivalente en pesos a un kilo de carne vacuna ($ 4.969) era posible comprar 3,5 kilos de pollo fresco ($ 1.448) cuando un año atrás se compraban 2,9 kilos y algo semejante sucede con la carne de cerdo», comparó Rosgan.

Asimismo, al medir el gasto promedio mensual destinado a carnes y descontando la inflación acumulada a diciembre de 2023, concluyó que «el gasto total, lejos de crecer, en términos reales ha disminuido ligeramente en los últimos tres años» porque «a pesar del fuerte aumento de precios durante el último año en los tres tipos de carne, los precios en general siguen estando más baratos que hace tres años».

En este sentido, la entidad remarcó que «la carne vacuna, que representa el 65% del presupuesto total de compra, en promedio se encuentra un 11% más barata que lo que costaba en 2021, llevado a moneda actual».

 

La inflación desaceleró en enero, pero aún así se mantuvo por encima del 20% y los alimentos, el rubro más sensible para el bolsillo de cualquier grupo familiar, tuvieron un incremento del 20,4% en el primer mes del año. De esta manera, los productos contemplados dentro del ítem “alimentos y bebidas no alcohólicas” alcanzaron una suba anual del 296,2% entre enero de 2023 e igual mes de este año, según la medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

De acuerdo al último estudio publicado por el organismo, los incrementos más marcados dentro del rubro alimenticio se dieron en la zona de la Patagonia, donde registraron un aumento interanual del 313,9%.

Las demás regiones aún no cruzan la barrera del 300%, pero no se mantienen lejos. Las subas fueron del 297% en el noroeste, de 295,8% en Gran Buenos Aires y la región Pampeana, de 293,8% en Cuyo y de 287,2% en el Noreste.

Si se analizan los demás rubros que componen el IPC, se observa además que un sólo ítem tuvo un incremento más pronunciado que el de los alimentos y bebidas. Se trata de “Bienes y servicios varios”, donde están comprendidos los artículos de tocador, servicios para el cuidado personal y otros bienes y servicios diversos (311,4%).

Los demás rubros medidos por el Indec estuvieron por debajo de la inflación de los alimentos, aunque tuvieron un comportamiento similar los ítems de “Equipamiento y mantenimiento del hogar” (285% de aumento anual) y “Salud” (276,3%).

Preocupación en Comodoro Rivadavia por la baja en el consumo de carne. Según pudo saber ADNSUR, un comerciante de la ciudad aseguró que “la gente se volcó a lo que rinde”. Además, dio detalles de la situación a la que se enfrentan las carnicerías y sostuvo que comparado a la primera semana de diciembre, en enero bajó un 40% el precio, sin embargo el consumo no se normalizó.

“Bajó mucho el consumo, también en las fiestas ya se notó. La primera semana después de la asunción (de Javier Milei) subía, subía y subía, entonces la gente compraba para tener en stock. Después se notó la baja antes de navidad, obviamente por los precios y por todas las subas” reveló.

Asimismo, remarcó que “desde el 10 al 18 de diciembre de 2023 subió el costo de la carne, aunque recordó que “ahora (enero) ya bajó” y “comparado a los precios de la primera semana de diciembrebajó el precio un 40%, pero el consumo no se normalizó”. En esta línea, aseguró que “la gente se volcó directamente para lo que rinde, como la pulpa, la milanesa, la picada. El consumo está volcado a eso”.

EL CIERRE DE CARNICERÍAS Y LOS PRECIOS DE LOS CORTES

“Tengo entendido que han cerrado muchas carnicerías ‘de barrio’ o ‘chicas’ que les ha golpeado tener que volver a reponer el stock”, explicó el comerciante a ADNSUR. También, se refirió a los precios de los cortes y reveló que “por más que tengas precio viejo, te actualiza y vos tenés que reponer esa mercadería. Si lo vendes con precio viejo y no lo podés reponer, se te complica y se te desbalancea la cadena de pagos”.

“En nuestro caso y en todos los distribuidores, más allá del aumento de la carne, se achicaron los plazos de pago y nos perjudicó bastante”, añadió. En este sentido, recordó que anteriormente los plazos eran a un mes o 25 días y ahora pasó a una semana o 15 días. “Entonces tuvimos que solicitar algún tipo de crédito para tener mercadería para vender”.

“Siempre desde los distribuidores, en los casos nuestros ya sabemos cuánto va a salir la semana que viene por ejemplo o cinco días, una semana. A veces en las carnicerías chicas de barrio que reciben la carne de los distribuidores que hay en Comodoro, se encuentran con el aumento en el momento que le bajan la mercadería. Esa es la diferencia a veces con nosotros y también les golpea peor a ellos”, añadió.

Por último, sostuvo una inquietud desde el sector, en el marco del DNU del Gobierno Nacional. En esta línea, el empresario explicó que a partir del Decreto de Necesidad y Urgencia “se abre la exportación de carne completa de cualquier corte y eso elevaría el precio al valor del dólar”. «Hoy aproximadamente debe estar valiendo 15 o 20 euros el kilo de carne. Si se puede exportar todo lo que uno quiera, el precio se va a elevar bastante. Espero que le pongan cierta traba y eso lo que están esperando los frigoríficos exportadores a partir de la semana que viene”, concluyó.

En diciembre el precio de la hacienda tuvo un fuerte salto que se trasladó a mostrador y sumó presión a la inflación. Sin embargo, ante un menor consumo, en enero la carne se mantiene estable. Y seguirá así, al menos, hasta marzo.

La división con mayor incidencia en el salto de la inflación de diciembre fue la de los alimentos. Y, tal como informó el INDEC, al interior de este rubro se destacó el aumento de precios en “carnes y derivados”. Justamente, de acuerdo a un informe del IPCVA, los precios de los distintos cortes de carne vacuna aumentaron 40,9% en el último mes del año, para acumular una variación interanual de 307,3%.

El fuerte incremento en la carne durante diciembre se explicó, entre otros motivos, por el salto que tuvo el precio de la hacienda durante los primeros días del mes. Subas que, según destacan analistas del sector, fueron desmedidas en un contexto de incertidumbre ante el cambio de gobierno, según publicó Ámbito.

Sin embargo, dichos aumentos no fueron convalidados por una demanda que empezó a desinflarse, a partir de la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos. Y es por eso que en las últimas semanas el valor del ganado en pie se retrotrajo y eso se reflejó en los mostradores.

“La caída de la demanda en enero está indicando el poco poder adquisitivo que tienen los consumidores, y esto hace que los precios empiecen a retrotraerse en el mercado de Cañuelas, donde la semana pasada hubo una caída del 4 o 5%”, explicó a Ámbito Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de la Carne (CICCRA), quien en ese escenario destacó que “sin dudas, en cuanto al carnicero le baja el valor de la media res, la traslada al público porque ellos tampoco están vendiendo mucho y necesitan vender”.

En ese sentido, el consultor ganadero Víctor Tonelli explicó que “el precio de la hacienda es una referencia directa al precio de la carne al mostrador”. “La correlación promedio en todos los cortes es de alrededor de 4 a 1: es decir que el precio de la carne termina promediando cuatro veces el precio del ganado en pie”, graficó.

Y detalló: “Cuando mueve la hacienda para arriba, mueve la carne. Lo mismo sucede cuando baja la hacienda de la manera que bajó después de esa suba brutal de comienzos de diciembre, la cual no tuvo ninguna explicación lógica más allá de que todo el mundo estaba expectante con el cambio de gobierno. Una vez que se vio que esa suba disparatada, que fue de casi del 70% en tres semanas, no la iba a convalidar el mostrador y que tampoco tenía ninguna explicación racional, bajó. Y ahora se mantiene”.

De tal manera, sostuvo el analista, “mientras el ganado está hoy en torno a los $1.400/$1.500 el kilo vivo, la carne va a estar entre $5.500 y $6.000”.

Durante la última semana de diciembre del 2023, muchos frigoríficos de la ciudad habían decidido bajar el precio de la carne por una notable baja en las ventas y varios comercios “tuvieron que quedarse con muchísima carne que no vendieron”, habían confirmado fuentes del rubro a ADNSUR.

De esta manera, los cortes populares y especialmente buscados en las fiestas de fin de año, como cordero y lechón, tuvieron un importante retroceso, y se habían ubicado en alrededor de $6.000 por kilo, luego de haber estado entre $7.500 y $7.800, o incluso más. También el asado y al vacío habían tenido sus bajas, ya que se encontraban en torno a los $9.500 y $10.000 por kilo, para reacomodarse entre $8.500 y $8.000, o incluso en algunos casos hasta los $7.000. Pero, ¿cómo están hoy?

ADNSUR recorridó varias carnicerías durante estas primeras semanas de enero y pudo ofrecer dos opciones de costo, el “asado gasolero” y la versión “premium”.

Asado gasolero

En principio, un asado “gasolero” para cuatro o cinco personas con: un corte de falda (1,1kgs, $3.675), corte americano (1,2 kgs, $7.220), tapa de nalga (1,7 kgs, $9.234) , y cuatro chorizos (0,6grs,$2950), el costo alcanza los $15.860.

Asado premium

En cambio, un asado “premium” para la misma cantidad de comensales, con vacío de ternera (2,2kgs, $18965), matambre de cerdo (1,8 kgs, $16.598), chorizos de cerdo y parmesano (0,8 grs, $5.635) y una tira de asado de costillar de ternera (1,5kgs, $10.800), el valor escala a $35.398.

Cabe recordar que, para encender el fuego, no podemos olvidarnos de la bolsa de carbón y leña, que -cada una, de 3 kilos- sale $3000, y el carbón de 5 kilos, ronda los $4.500. Es decir que, los valores finales rondarían en cerca de $20.000 en la versión “gasolera”, y más de $40.000 la versión “premium”. Sin contar bebidas ni ensaladas